Genes Malditos

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¿Saben lo que pasa cuando los magos pasan años suprimiendo su magia? Cosas peligrosas. La energía permanece dentro y no sale, solo se absorbe del ambiente pero no sale. La debilidad en el cuerpo de Touya se presentó, haciéndolo propenso a enfermarse.

Nadie sabía porqué ocurría y prefirieron aceptar que no podría heredar el trono. Se apresuraron a concebir otro varón que pudiera heredar el trono y así nació Shoto con tres años de diferencia del nacimiento de Natsuo.

Touya estaba furioso, él quería heredar el trono tal y como se lo había prometido su padre y se negó a dejar de estudiar para ello. Su tutor dejó de ir, lo que hizo que Touya se escabullera a la biblioteca a pesar de que lo tenía terminantemente prohibido. También, entrenaba esgrima a solas y montaba a caballo, tratando de vivir su vida como antes de que le dijeran que era demasiado débil para hacer esfuerzo.

Las cosas pudieron haber salido mejor para todos si no hubieran llenado de sueños demasiado grandes al pobre Touya.

Cuando el rey y la reina salieron de la habitación con el bebé recién nacido en brazos, Touya corrió furioso. ¡Una semana antes de su cumpleaños número ocho habían decidido darle como regalo a su hermano que serviría como su reemplazo! Era tonto pero no le importaba. Quizá fue el arranque de coraje del momento, quizá fue la magia retenida por tanto tiempo en su cuerpo, quizá simplemente esa era la verdadera naturaleza de los suyos.

Un rayo de magia salió disparatado de su mano al momento que corrió hacia ellos, intentando asesinar al nuevo bebé. Enji fue el que reaccionó, sin podérselo creer. Su propio hijo, su amado primogénito era un monstruo. Por otro lado, Touya al haber liberado esa rafaga de magia se sintió más vivo, como si toda debilidad hubiera abandonado su cuerpo.

Un fuerte golpe por parte de su padre lo hizo tumbarse en el suelo:

—¡Ahora entiendo por qué insistías tanto en que Touya no podía heredar el reino! —y luego el golpe fue para ella, sin importarle que llevara un bebé en brazos—. ¡De seguro eres una maldita bruja!

—¡Su majestad! —corrieron a auxiliarla los presentes, pero el rey se lo impidió.

—Llevense al príncipe Shoto y revisen que no sea una alimaña, lo mismo para Fujumi y Natsuo —les indicó—. Yo me encargaré de Touya y Rei.

Un médico revisó al recién nacido y a los otros dos niños, que lloraban confundidos por la situación. Por otra parte, Enji pidió estar a solas con Rei y Touya. La mujer, suplicó por su vida y por la de sus hijos.

—Me mentiste.

—No podía dejar que lo asesinaras, era un bebé inocente.

Fue un enorme shock para Touya enterarse que él era un brujo como el que despreciaban tanto los de su clase.

—Tus genes están malditos.

Y otro golpe a su madre, pero Touya no hizo ademán por protegerla, él también se encontraba furioso porque toda su vida había vivido en una mentira. De no haber sido por ese arrebato de magia que tuvo, posiblemente hubiera muerto a causa de la debilidad. Su madre era la culpable de todo, hubiera preferido morir sin enterarse.

—Y a ti pequeño engendro del demonio, te quemaré y les diré a todos que moriste por tu enfermedad —sintió un fuerte tirón, intentó defenderse pero fue en vano.

—¡No! ¡Touya es inocente! ¡Por favor!

Pero los gritos de su madre no servirían de nada.

La hoguera fue encendida y sintió el calor quemar toda su piel, a pesar de los gritos de dolor su padre no mostró piedad.

Hechízame, brujitaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora