La rubia sintió la varita en la garganta, lo que la hizo sudar frío.
Debajo de ellos, Ochaco se congeló. No podía hacer nada así, pues podría lastimar a la ojiazul.
La de anteojos logró quitarse la varita de encima con un movimiento rápido, empujó al brujo que casi cayó de no ser porque se agarró con una mano del palo, quedando colgado de éste. La princesa se debatió entre empujarlo y dejarlo morir o mostrar piedad y dejarlo vivir; pero no tuvo tiempo para decidir pues su atención se fue a la carroza que comenzaba a caerse.
—Tú te vienes conmigo —sintió como era jalada de la falda por el brujo, perdiendo el control de la escoba y perdiéndose entre las copas de los árboles.
La castaña lanzó un hechizo que hizo flotar a los caballos junto a Neito y un Deku desmayado por el esfuerzo. Pero la carroza lamentablemente sí se estrelló y destrozó, junto con algunas de las cosas.
—Melissa... —trató de explicar el rubio lo obvio.
—Todos vimos lo que pasó.
Katsuki estaba malhumorado, pero era casi imposible en una misión que suponía de momentos como estos.
Colocaron al peliverde sobre la hierba, a un lado del carro que seguía intacto. Ochaco y el dragón estaban suministrandole con cuidado de una poción para que recuperara fuerzas; mientras despertaba los demás debatían qué hacer.
—Entonces, se cayó... —asintió Tenya, que no dejaba de dar vueltas por el lugar.
—Sí, pero llevaba una escoba y ella sabe volar, quizá se salvó —trató de animar el ojigris.
—Por supuesto que se salvó —casi suplicó la castaña, a la vez que comenzaba a notar que el pecoso iba despertando—. Deku, ¿estás bien? ¿Cómo te encuentras?
El de ojos esmeralda tosía fuertemente al despertar y sentir un sabor dulzón en la garganta.
—Mierda, me estás tosiendo encima —se quejó el ceniza arrojandole un trapo para que se limpiara—. Si vas a vomitar aléjate de nosotros, idiota.
—E... estoy bien —se agarró el pecho para sentir su ritmo cardíaco, se le dificultaba hablar y no recordaba muy bien qué había pasado—. ¿Qué sucedió? —se miraron entre sí, sin saber qué responder y el brujo al notar que cierta rubia faltaba en el grupo, preguntó—: ¿Dónde está Melissa?
El silencio reinó, hasta que Ochaco se animó a responder.
—La perdimos, se cayó con una escoba en mano.
El pecoso sintió como la sangre se le bajó a los talones, pero logró ponerse en pie con ayuda de la de cabellos chocolates.
—Pasenme la esfera de cristal, rápido; la buscaré —con ayudas de la bruja lograron llegar a la carroza y tomar la esfera; menos mal la esfera iba en la carroza intacta, fue solo una coincidencia—. Maldición, no la veo —murmuró.
Tenya se desesperó aún más.
—Solo estamos perdiendo tiempo, tenemos que empezar a buscarla...
—Pero no tenemos idea de a dónde ir —mencionó el rubio, que comenzaba a rascarse los brazos con algo de desesperación.
—¿De verdad no ves nada, Deku?
—No, es que ni siquiera sé cómo usarla —se desesperó—. Hasta ahora las visiones habían venido solas, ni siquiera tengo idea si me muestra el futuro, pasado o presente...
—Genial, entonces viajamos para nada —se quejó el de ojos grises—. Quien sabe si lo que viste era el pasado de hace miles de años...
—No es verdad, no viajamos para nada —lo defendía Katsuki para su sorpresa—. No podíamos estar escondidos como ratas para siempre, tarde o temprano nos tendríamos que ir de allí.
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Hechízame, brujita
FanfictionNo se sabe cuándo comenzó esta guerra, nacieron cuando esta ya tenía miles de años empezada. Ochaco emprende un viaje a una pequeña aldea para conseguir un mentor que le ayude a controlar sus poderes. Así, llega a casa del maestro Toshinori. Un anci...