¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Era un embole el compromiso. Estábamos todos sentados en los sillones esperando a no sé quién. ¿Ya mencioné que era aburrido?
Estaba preocupada por Mar, ¿Ya la habrá sacado Gorra?, ¿Estará bien?. Quería saber y llamar a Mar, pero no podía. Además no éramos súper amigas como para preguntar y llamar por ella.
– Ya está acá. – menciona Barto cuando fue a ver la puerta. – Vamos, vamos cada uno a su lugar. Tipo, tipo, relajados, normales moviendo las cabezas.
Bartolome va a abrir la puerta y entran dos hombres de traje que se quedan en la puerta, y en eso entra el presidente y todos empiezan a aplaudir.
– El mismísimo presi. – dice Cielo emocionada.
– Presidente muchas gracias por haber venido. Muchísimas gracias porque se haya molestado. – dice estrechando las manos con el presidente. – Es un placer para mí tenerlo acá, un honor y si, si Barto mí cuñado, señor presidente.
– Para un segundito Mowgli. Señor presidente eso es tuyo. – dice Nico y Mowgli le entrega un cuadro en papel madera. – Gracias por todo.
– Un ejemplar como su padre, eh, muy bien Bauer. Muy bien.
– Muchas gracias por haber venido hasta acá. Muchas gracias. – dijo Nico – Saldos..
– ¿Están festejando algo?...– dijo el presidente.
– S-si, si, no.
– Me invitó con su permiso.
– ¡Si, si! Lo invito yo excelentísimo señor presidente, por favor. – Y se escuchaba como Nico decía "No, no es necesario, no, no" – Por favor adelante. Protocolo chicos. – dijo mirándonos – Le voy a presentar a los pimpollos. Por acá, estos son los chiquitos, acá no, Tacho. Jazmin. Amelia. Rama. Lleca. Mar…. – dice señalando al aire, pero se dio cuenta que mar no estaba y lo arregló diciendo – Maremoto le decimos a éste. – señalando a Monito.
– A este lo conozco. – dice el presidente.
– Encantada señor. – dice Justina tirando todo el cuerpo para abajo y alzando su mano, la cual fue ignorada porque Barto lo siguió presentado al resto de los invitados.
– Por acá señor presidente.
– Ya, ya, ya es la hora. Ya habrá llegado mí amigo. – dice Lleca a Rama. Se fueron sin que nadie los vea. Jaz nos acercó a Tacho y a mí para que no notarán que faltaban ellos.