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Después de la clase de baile que tuvimos con Cielo, Tacho nos reunió en el patio interno

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Después de la clase de baile que tuvimos con Cielo, Tacho nos reunió en el patio interno.

– No chicos, yo no participo. – habló Jazmin intentando irse, pero Mar la frenó.

– Para, Jazmin, vení escucha. No lo dejas hablar. – señaló a Tacho.

– Tiene que ver con todos, sino no podemos. La cosa es está, un amigo mío del teatro conoce una discográfica qué está buscando demos.

– ¿Qué busca? – pregunte al no entenderle.

– Demos, son grabaciones en grupo para ver si se pueden reproducir. – me dijo Rama.

– Y está bueno para presentarnos, el tema es que sale guita.

– ¿Y de dónde la vamos a sacar?

– Yo no estoy muy de acuerdo. – le contestó Rama a Mar.

– Y lo único que sabemos hacer. – hablo tacho.

– ¿Robar?

– Robar. – afirmó lo que dije yo.

– No, justamente esto es lo que no quiero, no, no, ni loca, olvídate. – habló Jaz negando lo que dijo Tacho.

– Pero espera, no le vamos a robar a la gente. – dijo tratando de convencerla. – Le vamos a robar a Barto.

– ¿A Barto? – dije con una mini sonrisa.

Entraron los chiquitos y nosotros nos miramos alarmados de que ellos hayan escuchado algo, si bien ellos se coparian con la idea, pero eran chiquitos y no tendrían que estar involucrados en esto.

Entramos al salón baile y nos alejamos de la puerta, así nadie nos escuchaba. Nos sentamos en ronda y yo quedé entre medio de Jaz y Rama.

– Igual, no sé, barro se va a dar cuenta que somos nosotros. – siguió negando Jaz. – Sino quien más le va a robar de la caja fuerte.

– Y quien dijo que es la caja fuerte. – dijo tacho dejándonos confundidos.

– ¿Qué? ¿La plata no está en la caja fuerte?

– Si, Lía, a la buena teca la guarda en otro lado. Hace un tiempo, volvía de laburar y le di la recaudación y me quedé tomando sol, y me apoye en la ventanita que está al fondo, ¿La tienen?

– ¿La que está clausurada?

– Si, no está clausurada. Toqué la ventana y se abrió. Me pinto la curiosidad y me mande.

– No me digas que el turro guarda la plata ahí.

– No exactamente ahí, en la ventanita hay un pasadizo y al fondo hay una habitación, más específicamente un baño todo roto, destruido. Nunca había visto ese lugar, y de repente escuche unos pasos que se acercaban, era don Barto. Toco el botón para tirar la cadena y el inodoro se corrió, y abajo había una caja fuerte. Don Barto tipio un código en un tablero, metió la plata y se rajo. Yo me quise mandar para robarle todo, pero cuando le quise tocar paso una cuchara, se electrocutó.

𝗡𝗘𝗪 𝗛𝗜𝗦𝗧𝗢𝗥𝗬, 𝖼𝖺𝗌𝗂 𝖺𝗇𝗀𝖾𝗅𝖾𝗌 ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora