¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
En el altillo los chicos estaban pensando en cómo salir de la mansión sin que Bartolomé los vea.
– Para mí hay que irle de frente a mí viejo.
– ¿Justo vos vas a ir de frente? – pregunto Mar irónica a lo que dijo Thiago.
– A tu viejo no podemos decirle nada, no nos va a dejar y tampoco le cabe. Punto.
– Hay que irse por dónde sea chicos.
– ¿Y si saltamos del altillo? – preguntó Amelia en voz alta. Todos la miraron raro. – ¡Es una opción!
– Tengo une forma mejor de engañarlo.
– Nah, eso seguro, seguro.
A Thiago se sonó el teléfono. – ¿Hola? Vengan al altillo.
– Si ella viene yo me voy. – habló Mar levantándose de la cama.
– "Ella" es Nacho, Dylan y unos amigos amigos. – cuando Amelia iba a hablar se escuchó el ruido de la puerta. – Me parece que tengo la forma en que nos vayamos sin que se de cuenta.
[…]
– Ay gitanita, que no se olvidé que esto lo hago por vos. – habló Nacho de espaldas a las chicas que se estaban cambiando.
– Lo que uno hace por la chica que le gusta, eh. – habló Dylan y Amelia se quería reír de lo hipócrita que había sonado.
– Esto lo hacemos solo por ustedes, eh. Hace un frío acá arriba, man.
– Dios, me congelo. – le siguió Dylan.
– Dos nenas. ¿No quieren que les prestemos remeritas? – habló Amelia haciendo una sonrisa divertida.
– No, gracias, estamos bien.
– Eh, bueno, listo, ya pueden mirar, eh. – habló Mar cuando terminó de cambiarse. Jazmin y Amelia ya estaban vestidas.
– Listo, lleca ya sabe que tiene que hacer.
– ¿Y que tiene que hacer? – preguntó Thiago confundido.
– ¿Y si hablamos menos y hacemos más? ¿Vamos?
– Gracias, ¿No? Digo. – dijo Nacho y Jaz le respondió un "a vos".
Cuando Amelia se iba a bajar de la cama casi se cae, y casi porque Dylan la agarró, justo a tiempo.