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Parte 1/2

Bartolomé los había llamado y ahora estaban sentados en el primer escalón de las escaleras

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Bartolomé los había llamado y ahora estaban sentados en el primer escalón de las escaleras. Lleca se había quedado en las habitaciones.

Justina se estaba riendo con maldad, para mostrarles lo mal que habían hecho al juntarse con Bauer. –¿Se creyeron que iban a poder con el señor Bartolomé? –Thiago salió del escritorio de Bartolomé y Justina se paró enseguida. –¿Vio niño Thiago? Se ha hecho justicia.

–Chicos hablé con un abogado mío, nos va a ayudar…

–No. –dijo Justina riendo. –Lo que va a tener que llamar es a un oculista, para ver quién es quién en esta casa.

–Veo bien la bosta que son. –dijo Thiago mirando a Justina ,y vio por el hombro como venía caminando su papá. –Vos y mí viejo.

–Gracias Thiaguito yo también te quiero. –dijo mirando a Thiago. –Y ustedes purretes…. Gracias por no ser desagradecidos.

–Que ganas de matarlo. –dijo Amelia en un susurró que solo pudieron escuchar los chicos.

–Cielo yo no quise mentir. –fue lo primero que dijo Aleli cuando Cielo llegó a dónde estaban los chicos. Ella tenía una expresión más seria y decidida.

–¿Cómo? –preguntaron Bartolomé y Justina al mismo tiempo como si estuvieran sorprendidos en serio. –¿Mintieron?

–No. –dijo Justina alargando la "o". –El fiscal escuchó la verdad y solo la verdad.

–No se preocupen chicos, que yo sé que los obligaron. Pero no sientan culpa, eh, porque Don Indi va a salir de donde está.

–Chicos los necesito. –Dijo Bartolomé y Justina chasqueó los dedos.

–No, usted no necesita a nadie. –dijo Cielo haciendo frente a Bartolomé. –Chicos vayan.

Los chicos -menos Tacho y Amelia- se levantaron y empezaron a caminar hacia la cocina. Ambos rubios se acercaron a Bartolomé y Justina, el primero en hablar fue tacho.

–Nosotros ya hicimos la parte del trato.

–Ahora cumplan ustedes. Traigan a Rama. –les dijo Amelia por lo que Tacho asintió, se dieron la vuelta pero vieron al fiscal, Tacho siguió de largo y Amelia se quedó con Cielo. Si iban a hablar la rubia quería estar presente.

–El jardinero me dejó pasar. –le dijo el fiscal a Bartolomé.

–Si, pasemos al escritorio. –Bartolomé dijo con una sonrisa falsa.

–Yo también quiero hablar con usted. –le dijo Cielo llamando la atención del fiscal.

–Y yo con ustedes. –dijo mirando por el hombro de Cielo a Amelia. –Y con usted también señora. –ahora hablo mirando a Justina. –Si, sobre la documentación de Luz García, la que no aparece en registro alguno. ¿Puede creer?

𝗡𝗘𝗪 𝗛𝗜𝗦𝗧𝗢𝗥𝗬, 𝖼𝖺𝗌𝗂 𝖺𝗇𝗀𝖾𝗅𝖾𝗌 ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora