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Después de que todos los chicos estén listos para ir a la iglesia -porque se iban a casar Nico y Malvina-, salieron con Cielo.
Ella estaba mal. Iba a ver al amor de su vida casándose con alguien más. Los chicos no sabían cómo ayudarla, o como subirle el ánimo, pero ellos la entendían, era razonable que esté así.
Amelia estaba preocupada por Nico y Cielo, ella sabía cuánto amor se tenían, cuanto se amaban, en realidad era fácil saberlo si mirabas con ellos se miraban.
Cuando llegó la hora de que Nico y Malvina se casarán, Cielo estaba sola, por lo que Luz y Amelia le fueron a mostrar que estaban con ella.
A la vuelta del casamiento -en la mansión-, los ubicaron en la mesa más alejada de dónde estaban los novios. Cielo indignada por la ubicación, y por la mala comida que le llevaban, fue y le saco la comida a Bartolomé y Justina, para que los chicos pudieran comer comida en serio.
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Brenda, Rama y Aleli se iban a ir, y los chicos querían irse con ellos.
– Chicos no podemos está Cielo también.
– Para mí tenemos que hablar con ella. Ya no estamos solos.
– Chicas en que momento vamos a tener otra oportunidad como está. – hablo Tacho tratando hacerlas entrar en razón.
– Tacho yo más que nadie sé que está es una oportunidad en un millón, pero yo de acá no me voy, está Cielo y no la voy a dejar sola. – habló Amelia segura.
– Vamos chicos, que hacen, ¿Vienen o se quedan?
Antes de que pudieran responder a la pregunta de Rama, escucharon un ruido. Era Justina, y quería que ellos fueran a trabajar.
Cuando llegaron al sótano empezaron a discutir de nuevo, pero sin gritos. Amelia y Jazmín pensaban lo mismo, que no se podían ir sin Cielo. Tacho, Rama y Mar pensaban lo mismo pero decían que podían volver para ayudarla, pero las chicas seguían en contra de esto.
Rama les volvió a hablar de porque tenían que irse ahora, y las chicas parecieron razonar. Ellas no querían irse sin Cielo, pero si no lo hacían ahora, por ahí no lo iban a volver a poder hacer.
Salieron todos del sótano, decididos a qué se iban a ir, pero iban a volver para poder ayudar a Cielo, en algún momento.
Agarraron sus cosas más importantes, y salieron. La última en entrar al salón fue Mar, que se vio interrumpida por Thiago, que había visto a los chicos entrar al salón con ropa, los chicos inventaron una excusa y el se la creyó.
Cuando -nuevamente- iban a salir, fueron interrumpidos -otra vez-, por Justina, pero ella no los vio. Entró al salón y cerró la puerta. Agarró el demo y lo puso en reproductor de música, y empezó a bailar. Los chicos estaban divertidos con la actitud de Justina.
