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Sintiendo como la movían, Amelia se removió en la cama en la que estaba dormida. Rama estaba con una sonrisa divertida al ver cómo Amelia se resignaba a levantarse.
– Lía te quedaste dormida en la cama de Tacho ayer… ya es tarde. Tenemos ensayo con cielo. – seguía insistiendo Rama. – ¡LIA!
A tal grito todos se asustaron, y Amelia se cayó de la cama al grito que había pegado Rama. El rubio se empezó a reír a carcajadas al ver cómo Amelia se había caído.
– ¿¡Qué te pasa, Ramiro!?
– No te levantabas. – dijo sonriendo con inocencia. Le lanzó una mirada que lo tomó como una señal para salir corriendo. La rubia enojada, salió detrás de él con la intenciones de molestarlo.
Rama cuando salió de la habitación escuchó como Mar saludaba a Brenda. Pero no tuvo tiempo de saludarla cuando sintió que lo empujaban y alguien caía encima de él.
– Upa, creo que me pase con la fuerza. – comentó un poco graciosa y al mismo tiempo incómoda, mientras se levantaba y antes de que pudiera darle la mano a Rama, Brenda ya lo había ayudado a levantarse.
– Eyy, me vas a dejar viuda antes de casarme. – le dio un beso a Rama, y vieron cómo entraban Dylan con una sonrisa en su cara. Amelia saludo a Brenda con la mano, y ella solo le sonrió con una sonrisa un poco forzada, a modo de saludo.
– Hola Lili – dijo dándole un beso en el cachete.
– Hey, hola Dy.
Dylan había pasado ayer a la tarde para saludar a Thiago y ver que onda con él, pero también tenía intenciones de ver a Amelia, pero ella no estaba porque había salido con Jaz para que ambas se pudieran despejar.
– Chicos estuve haciendo un par de averiguaciones, todavía no apareció nada, pero algo voy a hacer. – los chicos asintieron mientras que Tefi miraba a Mar de forma sutil.
Empezaron a bailar solos, cada uno por su lado.
Amelia intentaba concentrarse en el baile, pero no podía. Tenía tanto por lo que estar preocupada, pero aún así seguía sonriendo.
Por ejemplo estaba preocupada por lo que pasaba por la cabeza de su tía. ¿Tenía dependencia emocional con ella? Si, pero nadie la podía culpar. Después de perder a su familia, que la abandonaran, de vivir en la calle; y que por casualidad llegará un familiar alegando que la había estado buscando, la hacía sentir bien y querida.
Ella sentía que necesitaba hablar con alguien, que no fueran sus amigas, que además, le costaba muchísimo soltar sus problemas con ellas. Con la única persona que no tenía miedo de hablar era con Cielo y un poco con Tacho, pero con ella sentía algo en el pecho cada vez que la tenía cerca y eso lo tomaba como buena señal.
