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Llegaron a la sala con las chicas cuando escuchamos gritos de Bartolomé. Estaba siendo arrestado por dos policías. Todos estaban ahí en la sala.
–¡....Quiero hablar con el juez! ¡Con el juez Velasco! –grito. –¡Llámalo bolida! –le gritó a Malvina.
–Barti redimite, es ahora o nunca. –Nico asintió a lo que había dicho Malvina. Nosotros sonreímos y el se dio cuenta de eso.
–¿Ustedes que miran mocosos…!? –los policías empezaron a tirar de él hacía la puerta. –Chiquitos, no salgan afuera que hace frío… ¡Justicia, justicia! –se fue gritando y saltando.
Malvina fue y cerró la puerta. Le gritó algo que no entendían los chicos y empezó a caminar hacia ellos con una mueca. –¿Y? Festejen, ¿No es lo que querían?
–¡Vamo'! –grito Lleca empezando a saltar. Nico y Rama le siguieron mientras que Jaz aplaudía con una sonrisa, mientras que Mar y Lia solo sonreían.
Nico se giró y le cambió la cara. Estaba Thiago viendo todo. Venía con Dylan atrás quien no sabía qué expresión tener. Por un lado estaba feliz por su novia y por sus nuevos amigos, pero por otra parte se sentía mal por Thiago.
[...]
–VAMO'. Por fin una buena, Barto está preso y Justina también. –festejo Nico entrando al patio interno con los chicos atrás de él. Cielo lo retó porque estaba Thiago atrás y se giró hacía él. –Perdoname campeón. Pasa que tanto tiempo que uno venía sintiendo… ¿Cómo estás? –Siguieron hablando y la rubia se alejo.
Amelia se acercó a Tacho, ella lo había visto mal y ido en todo el día. El no se había dado cuenta de su presencia hasta que le tocó el hombro. –Hey, ¿En qué pensabas?
Lo miró nervioso, Amelia si lo conocía y tenía miedo de que se enterará de lo que había hecho. –Nada, boludeces. –le dio una sonrisa de labios apretados.
–A que no sabes. –ella habló llamando la atención de todos. –Barto está preso.
–¿Qué? –se sorprendió.
Cielo los hizo pararse y ponerse uno al lado del otro. Ella les sonrió y les fue sacando las pulseras a cada uno. Lo hacía con delicadeza.
Los chicos sentían alivio, sabían que Barto no iba a estar preso por mucho tiempo, que algo iba a hacer para salirse con la suya y salir, pero el tiempo que tenían, era como respirar aire fresco.
Tiraron las pulseras en una bolsa y Cielo la agarro mostrándola a los chicos. –Esto va derechito a la basura.
–Y hoy van a dormir muy tranquilos. –Nico sonrió y se le marcaron los hoyuelos. –Vayan a dormir, dale. –les dio un beso a Lleca y Lía en la cabeza. –Ponganse el pijama.