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Día 91.

Habían pasado tres meses desde que Roma se fue, desde que huyó dejándome solo y vulnerable en ese aeropuerto.

He tratado de justificarla de mil formas, he dado vueltas en mi cabeza ¿Por qué lo hizo? Sé qué el ultimo tiempo había sido difícil, sé qué hubieron peleas y malos tratos de ambas parte pero... ¿no nos amábamos? Éramos una familia, era un momento difícil y vulnerable, teníamos que estar juntos pero no le importó y se fue.

Solo le importó ella misma, sus cosas, su vida y no importaba si yo me quedaba tirado en el camino, me abandonó.

Sé que amor es dejar ir, pero ¿No podía amarte menos? Quizá si te hubiera amado menos, esto no estaría doliendo tanto, quizá si te hubiera amado menos hubiera sido yo el que se fuera y hoy no estaría en guerra conmigo mismo.

Si te hubiera amado menos...

Si me hubiera amado más...

Te fuiste y te llevaste la persona que solía ser, te fuiste y te llevaste mi amor, te llevaste el amor que tenia por ti y el amor que le tenía al amor.

Si me hubiera ido cuándo me enteré que por meses me mintió en la cara diciendo que no era la chica de la dulce voz, quizá nada de todo esto hubiera pasado. Si me hubiera dado la oportunidad hubiera cambiado mis planes, me hubiera adaptado, hubiéramos podido hacerlo, hubiera dejado todo por ella porque la amaba mas de lo nadie amo, la amaba más de lo que me amaba a mí mismo.

¿Y todo lo que pasamos?

¿Todo lo que fuimos?

¿Todo lo que sentimos?

Todo lo que sentí yo

Le fue muy fácil irse, como sí no sintiera nada, no sé le movió un pelo al marcharse y eso es lo que más me duele.

Se fue, me dejó, me abandonó y no le importó, hoy está haciendo su vida y yo, la persona que ella decía que era el amor de su vida quedó atrás, destrozado y solo, pero ella consiguió lo que quería sin importar que para conseguirlo tenía que pasarme por encima, tenía que tirar a la basura años de lo que yo creí que era amor.

El despertador sonó, ni siquiera tuve que despertarme pues la noche anterior no pude ni siquiera dormir, la ansiedad y los pensamientos intrusivos no me dejaron.

Fui hasta la cocina, mis nuevos amigos llamados sertralina y clonazepam estaban allí en el blíster sobre la mesa. Él antidepresivo es lo primero que tomo al despertar mientras que el ansiolítico lo dejo para los momentos de extrema ansiedad o para los ataques de pánico aunque debo confesar que últimamente lo utilizaba para acallar los pensamientos, necesito silencio mental de vez en cuando.

He salido con chicas en este tiempo, pero no es como era con ella, no se siente igual el contacto físico, ni los besos, besar a alguien que no es ella es un horror, he besado al menos 5 chicas diferentes y ninguna me ha volado la cabeza y el corazón ¿Por qué la gente besa tan mal? ¿Dónde aprendieron a besar?

Es tan raro... Estoy en mi peor momento, necesito que me contengan pero no quiero a cualquiera, la quiero a ella, quiero sus brazos, sus besos, sus caricias, ¡QUIERO SU MALDITA PRESENCIA! La quiero a ella conmigo, como al principio, como cuando todo estaba bien.

Apoyé mis manos en los bordes del lavamanos, me miré en el espejo y por dentro me repetí una y mil veces -No llores, no llores, no llores...

Pero fue inevitable. Lloré.

Estaba acostumbrado, he llorado más en estos meses que en toda un vida pero ese agujero, ese vacío horrible en el pecho, esas ganas de arrancarme el corazón y dejar de sentir, ya no quiero... no quiero sentir, no quiero llorar, no quiero reír, no quiero nada, ni a nadie, ni a mí mismo, solo la quiero a ella y es lo único que no puedo tener.

Me volví tan dependiente a ella, a su olor, a su amor, fui un adicto y ahora ella no estaba y nada ni nadie se parecía, nadie podía llenar ese vacío. Necesito un corazón nuevo porque el mío ya no sirve.

Quiero encontrarme ¡MALDITA SEA! Quiero ser yo, quiero amarme, quiero que me amen, quiero poder estar feliz sin saber que todo lo que sube tiene que bajar y que en unos días voy a estar dopado de clonazepam para evitar pensar.

Me senté en el sofá con su chat abierto en mi teléfono, todos los mensajes que le envié marcaban en azul, ella los veía pero nunca los respondia, ni siquiera le importaba lo suficiente como para responder. Marqué su número y sin pensarlo presione en llamar.

Un llamado...

Dos llamados...

Tres llamados...

Al llamado número seis cuando no hubo respuesta mis ojos llenos de lágrimas y mi desesperación se rindieron, otro día sin respuesta.

Miré el libro que mi mama había traído hace unos días "Rota se camina igual" de Lorena Pronsky. Según mi madre me ayudaría a asumir y procesar el duelo.
Empecé a leerlo, cada maldita página representaba a la perfección lo que sentía, era el libro que debía leer en este momento de mi vida, terminó de destrozar lo que Roma no pudo destrozar.

¿Qué queda cuando no queda nada?

La nada misma ¿Y qué se hace sobre la nada misma?

Construir.

Tenía que construir, tenía que construirme.

Día 148

Me estoy encontrando con una persona nueva, no me disgusta pero es completamente diferente de lo que era, estoy sorprendido de lo diferente que soy.

Sí, aún lloro, no sé cuánto tiempo va a llevarme dejar de llorar y dejar de pensar en ella, no sé si algún vez pueda dejar de pensar en ella...

Estoy en terapia.

Lo primero qué le dije a mi terapeuta fue "¿Como hago que ya no me duela?" a lo que él respondió:

-Terapia no te hace olvidar los problemas, te enseña a resolverlos, a convivir con ellos o a cómo superarlos, pero no puedo darte la fórmula mágica para que el dolor no duela porque el dolor duele.

Voy una vez por semana y he entendido muchas cosas:

1-No es mi culpa. Si ella se fue es su problema, no el mío.

2- Soy valioso. Que una persona no haya sabido ver lo que valgo no significa que no tenga valor.

3- No era feliz. Ya no estaba feliz y de cierta forma que ella se fuera me dió la oportunidad de vivir cosas que con ella no habría podido vivir, no por algo en particular sino porque así se dieron las cosas.

4- Está bien no estar bien. No debo sentirme bien todo el tiempo, me duele y me va a doler por un tiempo y eso está bien, todos mis sentimientos son válidos y tengo el derecho de exteriorizarlo, con lagrimas, gritos, enojo o quizá quedándome en casa a ver tele y dormir.

5- No hay una explicación. Yo no puedo intentar descubrir una razon, ella se fue y no va a volver, eso es todo, no hay un trasfondo, ni una persona extra, ella se fue porque quiso, nadie la presionó ni obligó.

6- El proceso no es lineal. Hay días en los que voy a estar bien y va a parecer que ya la olvidé y habrán días en los que la extrañaré y solo quiera llorar y llamarla pero todo es parte del proceso.

7- Ningún dolor es eterno. Lo que hoy me duele en 6 meses o un año ya no va a doler, tengo que darme tiempo a mí mismo, aceptar el dolor y el duelo, aceptar que habrán días y días, aceptar mi nuevo yo, aceptar el proceso y solo esperar. Un día despertaré y ya no dolerá.

Y aunque había entendido todo eso, en mi existían aún dos dolores distintos. Él de su partida y el de no poder cumplir las expectativas de seguir sin ella.

¿Cuándo deja de Doler?










N/A:
Holiii!! ¿Cómo están?
¿Que les pareció el primer capítulo de esta segunda parte?
Espero que les haya gustado mucho esta parte y como estamos empezando voy a subir el segundo y tercer capítulo luego iré subiendo un capítulo por semana así tengo tiempo de escribirlos con calma, la verdad que este libro está siendo una parte muy personal de mí vida y quiero poder mostrarles todas esas emociones y que quede realmente bien.

La Chica De La Dulce Voz [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora