Capítulo 40: Infinito

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La última semana es la más dolorosa porque sabes que en tan solo siete días habrá una separación.

—Debes cuidarlo bien, no lo dejes salir y no lo dejes afuera, esta haciendo frío, dale de comer en la mañana y en la noche, no más, le gusta el helado pero no le des de chocolate y si compran pescado no se lo des crudo, el duerme en mi cama pero como esta solo posiblemente no quiera dormir en mi cama, llevalo a tu habitación—Le di todas las indicaciones del cuidado de Salem a París.

—Roma, Salem estará bien, la que me preocupa eres tú.

—¿Yo?.

—Esto no es fácil, despedirte así es muy complicado y tú pareces un muro de acero reforzado con este tema, no reprimas tus emociones, se me hace raro que no hayas llorado.

—No voy a llorar por esto París, hace meses que se que esto pasará, ya me adapte a la idea.

—¿Estas segura?.

—Si París tranquila.

Pasajeros con destino a Londres, favor de abordar. Primer aviso.

Ya era hora, Luke terminó de despedirse de Maddie con un fuerte abrazo y juntos nos alejamos, pasamos las maletas por la cinta y finalmente fuimos hasta la puerta de embarque, con una sonrisa triste en el rostro Luke dio un último adiós a todos.

Nos subimos al avión, yo quede junto a la ventana y después de todo el protocolo y las normas de seguridad el avión despegó.

***

Cuando llegamos a Londres pedimos un taxi y fuimos hasta su Universidad, el viaje fue silencioso pues yo aún estaba asimilando que estos serían nuestros últimos días juntos hasta dentro de algunos meses.

Cuando llegamos ayude a Luke con una de sus maletas y juntos nos quedamos de pie frente a la entrada, el se adentró en el establecimiento pero yo solo me quedé allí, de pie, sin decir ni una palabra.

Por mi mente solo pasaban cosas como que Luke encontrará a alguien mejor, que ira a fiestas y a la mañana siguiente despertara con una rubia a su lado, que cuando se gradué se irá muy lejos de mi y se que no debería pensar estas cosas, se como es el y se que no hará ninguna de esas cosas pero la distancia es complicada, la distancia es mortal para las relaciones.

—Oye, se supone que el que debería estar nervioso soy yo, no tú.

—Lo se Lukibú es solo que...

—Todo estará bien, ven conmigo—Luke se acercó a mi y tomó mi mano para caminar juntos por esa enorme y pronunciada entrada.

La Universidad eras muy linda, grandes puntos verdes, muchas plantas, huertas, cosas realmente hermosas.

Al entrar lo primero que había era una recepción, allí Luke se registró y le dieron la habitación en la que se quedaría.

Es la habitación 104 del tercer piso íbamos camino al ascensor porque las maletas estaban pesadas y no íbamos a subir tres pisos con toda la ropa de Luke a cuestas.

Camino al ascensor pasamos por una gran cocina con cada utensilio existente, cada olla, cada sartén y a Luke se le iluminaron los ojos al verlo, tenían esa mirada esperanzadora, llena de ilusión.

Subimos al ascensor y Luke marcó el tercer piso.

Habitación 104, todas las habitaciones tenían una puerta negra y por lo distanciadas que estaba una de la otra parecía que serían bastante espaciosas en el interior.

Cuando entramos habían tres chicos sentados alrededor de una mesa, todos nos miraron y seguido se pusieron de pie y vinieron hacia nosotros.

—Tu debes ser el nuevo, bienvenido, mi nombre es Steffan—Saludó con acento francés.

La Chica De La Dulce Voz [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora