Capítulo ³

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FELIZ CUMPLEAÑOS ALAIN

Narrador:
Alain

Hoy es un día igual que todos, se supone que debería ser especial porque cumplo mis diecisiete años, pero estoy tan acostumbrada a que nada pase que ya lo veo como una fecha más en el calendario de mi vida.

Como siempre, Marilus vino a despertarme con un pequeño pastel y cantó las mañanitas para mi.

Esta vez no deseé nada, estoy cansada de pedir algo y que no pase nunca, lo único que quiero es que mis padres noten que existo. No sé ni para qué me tuvieron si no asumirían ningún tipo de responsabilidad conmigo.

No les costaría nada demostrarme un poco de afecto, preguntarme aspectos de mi vida o al menos involucrarme en algo que tenga que ver conmigo.

¿Cómo haré al enamorarme? Si no tenga ni siquiera los conejos de mi madre.

Después de que se fue la nana me levanté, me duché y me alisté para ir al instituto.

A penas llevo una semana y no he socializado con nadie más que los maestros, siempre fui participativa en clases, pero la verdad es que últimamente no me importan mucho mis calificaciones.

He llegado a pensar que tal vez si bajo la guardia y dejo de ser buena estudiante mis padres me hagan caso.

Que estúpida eres Alain. La voz en mi cabeza tiene mucha razón.

Recuerdo mi primera regla, estaba muy asustada porque no sabía lo que me pasaba.

Marilus ya me había hablado de ello, pero la verdad es que nunca le di mucha importancia. Se supone que es tu madre quien te da charlas sobre ese tema.

Corrí con mamá para contarle y me ignoró, fui con la nana y me explicó todo lo que tenía que hacer. Ella sabía que mis padres nunca estaban para mí, que nunca pasaban tiempo en casa, por lo que se mantenía al pendiente mío.

Para cuando cumplí mis quince años, mi cuerpo ya había cambiado muchísimo. Era más voluptuosa, mis senos crecieron y eso no me gustó para nada, puesto que los chicos me miraban de forma extraña en el instituto.

Papá siempre me obliga a participar en sus reuniones de negocios, es lo único para lo que me saca de casa.

Sus clientes me parecen bastante irrespetuosos, teniendo esposas se la pasan de cacería.

Flashback

─Daría lo que tengo y un poco más por conocer lo que guardas en ese vestidito.─ me doy la vuelta para encontrarme con el animal más asqueroso del mundo, un gordo de algunos 46 o 47 años.

─Alejarse de mi es lo que tiene que hacer.─ digo dando medía vuelta para dirigirme hacia donde están mis padres.

─¿Podrías por favor decirle a tus clientes que dejen de molestarme con sus cochinas propuestas? Papá, por favor.

─Siempre queriendo ser el centro de atención, vete a casa y no jodas más. Taylor te llevará.

─¿Para qué me traes?

─Cuidado como me hablas. Lárgate, ¡Ya!

Asiento asustada y dejo que el chófer del troglodita que tengo como padre me guie al auto.

Fin flashback

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Hoy es lunes. Luego de una larga jornada en el instituto me fui a pasar el fin de semana con mi tía y regresé el domingo por la tarde para poder asistir a clases.

Me levanto entre bostezos y ganas de volver a acostarme, me ducho rápido y me pongo lo primero que encuentro. Tomé mis cosas y bajé las escaleras para ir a desayunar.

Como todos los años, encontré una caja enorme en la sala de estar con una pequeña nota, "Feliz cumpleaños hija".
Mamá y Papá

Esto es lo único que hacen en todos mis cumpleaños, dejar una caja gigante con regalos y una nota que parece ser fotocopiada, porque siempre dice lo mismo.

Por lo menos se acuerdan de mi fecha, si es que lo hacen ellos.

¿Nunca entenderán que yo no quiero regalos? Quiero su cariño, su afecto, que me regañen cuando haga lo incorrecto, aunque siempre he sido una buena chica. ¿Tanto les cuesta?

Nunca les pedí que me tuvieran.
Me gustaría tener el tiempo que los padres le dedican a sus hijos, ese siempre fue mi deseo cada cumpleaños, cada estrella fugaz, pero esto parece ser irremediable. Tomé la caja y la llevé a mi habitación, la abrí y en ella encontré un iPhone 11.

La verdad nunca me ha gustado eso de tener uno, pero como cambié de instituto tengo que usarlo para los grupos de clases y para comunicarme con mis primas, ya que no las veo con tanta frecuencia como antes.

Extraño a esas dos, junto a mi tía han sido de gran ayuda para mi.

También encontré una laptop nueva, tiene una nota de mamá pegada en la pantalla que dice nada más y nada menos que para tus clases.

Así es ella, seca y fría, parece que me tuvieron por accidente, no creo que hubieran deseado tener una hija nunca.

Volví a bajar para desayunar rápido y casi muero atragantada. Me despedí de Marilus y salí corriendo de casa para que Taylor me llevara a clases.

Detesto llegar en los autos de papá, son demasiado caros y lujosos y todo mundo se me queda viendo. Me siento sumamente incómoda, aunque todos los que vienen aquí son personas adineradas, pero llegan en motos o en sus propios coches.

La nana me dijo que tengo que hacer amigos y socializar más, que tal vez conozca a un chico que me guste, pero no me hace nada de ilusión eso, no quiero a nadie.

Veía la vida de mis primas con sus novios, todos los días tenían discusiones con ellos, soy de poca paciencia y no quiero dificultades. No más de las que tengo.

Me despedí de Taylor y salí del auto para adentrarme a las instalaciones del instituto, vi el auto desaparecer y empecé a caminar.























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Nota de la autora:
Alain, no sabes lo que te espera en este nuevo instituto. Acompáñenme a leer el Siguiente capítulo mis queridos ojitos de koala.

Los amo.
Ari.

La vida de una adolescente ✓ [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora