Capítulo ⁴

273 128 14
                                    

FELIZ CUMPLEAÑOS ALAIN ²

Narrador:
Alain

Todo transcurrió con normalidad y las clases fueron igual de aburrida que la semana anterior.

Hoy conocí a dos gemelas, Danna y Donna si mal no recuerdo. Parecen buenas personas, hablé un rato con ellas y me agradaron.

No deseo tener amigos, la verdad nunca los he tenido y creo que no me hacen falta porque así estoy bien así.

Nadie sabe que es mi cumpleaños así que no hay ningún inconveniente en salir por esa puerta despavorida al sonar el timbre.

Para mi mala suerte Taylor llegó a buscarme más temprano, entró al salón con un enorme ramo de rosas blancas en sus manos y le susurró algo a la maestra, la vi levantarse de su asiento y me pidió que pasara al frente, yo solo negué con la cabeza.

Mataré a Taylor al salir de aquí por hacerme esto, él sabe que detesto las sorpresas, pero siempre se las ha ingeniado para hacerme sentir especial en mis cumpleaños.

Él, al darse cuenta de que no me movía de mi asiento, llevó el ramo de flores hasta donde estaba yo y dijo de manera muy audible, ─Feliz cumpleaños señorita Alain.

Lo miré enojada, le di las gracias y él solo asintió.

─La espero en el estacionamiento para llevarla a casa señorita.─ dijo alejándose.

─Espera Tay, hoy no iremos a casa.─ le respondí y su cara se contrajo en sorpresa.

─¿A dónde entones, señorita?─ ¿solo sabe decir señorita?

─Vamos Taylor, llámame por mi nombre, soy Alain para ti.─ dije y él asintió.

Noté que nuestra conversación estaba acaparando las miradas de todo el salón, así que le pedí a que saliera.

Todo absolutamente fue raro desde ese momento hasta la hora de la salida.

Cuando escuché el timbre tomé mis cosas y salí distraída, choqué de frente con lo que parecía ser una pared y las flores cayeron con dirección a todos lados.

─Disculpa, no te vi venir.─ esa tiene que ser la voz varonil más encantadora del mundo. Bueno, tampoco es que haya escuchado tantas.

Levanté la vista para encontrarme con unos intensos ojos color café que me dejaron embelesada, es un chico con lo que acabo de tropezar.

Es alto, fornido y seguramente atleta. Me extendió su mano y me ayudó a levantarme.

─No se disculpe, yo venía distraída.─ respondí un poco nerviosa, nunca he tenido un chico tan cerca.

─No me trates de usted, soy Marco.─ dijo quedando más cerca de mi y extendiendo nueva vez su mano.

─Lindo no...nombre─ hablé como tartamuda estrechando su mano.

Mantuvimos los ojos puestos el uno en el otro hasta que escuché una voz bastante familiar mencionar mi nombre.

─Señorita Alain, ¿se encuentra bien?─ Preguntó Taylor y asentí.

Él procedió a recoger las flores y el chico se arrodilló para ayudarle.

Me siento rara frente a él, mis mejillas arden como nunca. ¿Qué te pasa Alain? Pregunté para mi misma.

Cuando terminaron de recoger las flores, el chico se disculpó nueva vez antes de irse y lo vi perderse entre la multitud que salía de los salones.

─¿A dónde vamos señ...?─ lo miré enojada antes de que pudiera terminar.

─Deja de llamarme señorita, puedes decirme Alain y vamos a la peluquería de mi abuela, quiero hacerme un corte de pelo.─ él sonrió y asintió.

Ya que mis padres nunca están usaré su dinero que es lo único que saben dar.

─¿Desea algo especial para hoy?

─Ya me diste algo especial, gracias por siempre tenerme en cuenta.

─Usted sabe que la quiero como la hija que nunca tuve.─ por alguna razón sus palabras me causan nostalgia.

─Gracias Tay, eres más padre para mi que tu jefe.─ Cuando llegamos le pedí que me esperara en el estacionamiento.

─Buenas tardes señorita, que gusto tenerla por aquí.─ Malli, la recepcionista me recibe sonriente cómo siempre. ─Feliz cumpleaños y que Dios me la bendiga.

─Muchas gracias Malli, ¿mi abuela está?

─No señorita, vino muy temprano y se fue en seguida.

─Está bien. Entonces quiero que la estilista de turno me ponga un tono castaño y un nuevo corte hasta la altura de mi frente en una pollina.

─En seguida, póngase cómoda.─ asiento con una sonrisa y dejo que me guíe al sofá de la recepción.

→──✦──←

Me gusta como me veo, crecí siendo insegura, pero los días con mi tía me ayudaron mucho en cuanto a aceptarme como soy.

Lo único que no me gusta de mi cuerpo es que se hace más voluptuoso con frecuencia, duelen mucho mis senos y eso me molesta. Le di las gracias a la chica que me atendió e intenté pagarle, pero no quiso aceptar el dinero.

Salí y Taylor apareció ante mis ojos con el auto, subí y nos dirigimos a la casa.

─Se ve hermosa. ─ le brindé una sonrisa de gracias y recosté la cabeza en el asiento.

Todo el camino fue en silencio, me dediqué a ver por la ventana hasta llegar a casa. Tomé mis cosas y me bajé del auto despidiéndome de Taylor.

Subí a mi habitación y me duché, me cambié y bajé hasta la cocina para contarle a Marilus algo que se me había ocurrido de regreso a casa.

─Hola nana.─ saludé acogiéndola en un abrazo.

─Hola pequeña. ¿Qué tal tu día?─respondo encogiéndome de hombros. ─Nada nuevo, ya sabes. Taylor fue a mi clase con un ramo de flores más grande que yo y tuve un...─ bajé la mirada y dudé para decirlo.

─¿Y tuve un...?─ ella me anima para que continúe.

─Nada nana, olvidado.- frunce el ceño viéndome dudosa. ─¿Me puedes ayudar a preparar algo especial?. Quiero sorprender a mis padres para ver si esta noche se quedan a cenar conmigo.─ asintió emocionada y nos pusimos a preparar una lasaña.

Cuando terminamos subí a mi habitación. Me duché, me cambié y bajé a la sala de estar para esperar a mis padres.































 Me duché, me cambié y bajé a la sala de estar para esperar a mis padres

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

No olvides dejar tu estrellita de amor❤

Hasta la próxima.

La vida de una adolescente ✓ [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora