CAPÍTULO ²⁵

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Alain

No logro entender nada de lo que mamá balbucea, parece estar inconsciente, pero su boca emite sonidos, sé que me quiere decir algo, pero no logro descifrar que es, mi abuela no para de llorar y eso hace que Terry esté más tenso.

Llegamos al hospital y nos atienden en seguida, no nos permiten pasar del pasillo y mis nervios me están matando, estoy temblando como loca y Terry detiene mis manos y me abraza fuerte.

-Todo va a estar bien Ali, tranquila, tu madre estará bien.- dice mi mejor amigo enterrando sus dedos en mi cabello para tranquilizarme.

-¿Dónde está mi abuela?- le pregunté separándome de él.

-Está en recepción, tiene que darle algunos datos a la secretaria.- asentí y nos sentamos uno al lado del otro, todo es más pasable cuando él esta, no sé cómo nunca antes lo vi, es el quién desde que nos conocimos ha estado conmigo, me cuida y me apoya como nadie, me siento tan afortunada de tenerlo.

Me recosté en su pecho y sentí el peso en mis ojos, el sueño se había apoderado de mí.

•••

Siento un leve toque en mi hombro y mis ojos se abren, hay esta él todavía a mi lado, busco sus ojos y nuestras miradas conectan.

-Tu madre ha despertado ya.- dice él enviando una corriente de felicidad a mi corazón, mamá y yo no tenemos una gran relación o prácticamente no tenemos nada, pero eso no quiere decir que no sienta nada por ella, lo menos que quiero ahora es perderla.

-¿Puedo verla?

-La señora Blanca está dentro, podrás verla cuando salga.

-Oh Terry, has estado todo el día conmigo, si quieres puedes volver a casa.

-Me quedaré contigo Ali, lo haré siempre princesita borracha.- dijo picando mi nariz con su pulgar.

-No entiendo por qué todavía me llamas así.- dije fingiendo estar molesta.

-Te llamo como quiero.- dijo con voz de mandón y valla que me hizo reír.

-Ali, tu madre quiere verte.- la voz de mi abuela nos interrumpió, me pone nerviosa pensar que por primera vez hablaré con mamá, nunca hemos tenido una charla, nunca ha querido hablar conmigo y tengo tantas cosas por decirle aunque sé que no es el momento.

-Descuida hermosa, estaré aquí para cuando vuelvas.- dijo Terry, le di una mirada de te lo agradezco y caminé hasta la habitación en la que estaba mamá.

Di un ligero toque a la puerta y escuché la voz de la enfermera.

-Adelante.- dijo, abrí la puerta y me deslicé en la enorme habitación, la vi tan vulnerable y tan pálida que mi corazón se estrujó.

-Hola, Ali.- dijo ella en un hilo de voz, supongo que ha de estar débil por todas las heridas y la sangre que perdió.

-Mamá.- fue lo único que dije y mis ojos se cristalizaron, sentí la necesidad de estar entre sus brazos y me lancé sobre la camilla para estrecharla.

-¡Auch! No tan fuerte nena.- se quejó ella.

-Lo siento, lo siento.- dije sentándome a su lado.

-Ali lo siento tanto, creo que un perdón no solucionaría nada aquí, pero debo decir que lo siento por todas esas veces que debí estar hay para ti y no fue así, desde que te fuiste a vivir con mi madre la casa no tiene vida, sé que nunca fuimos tan cercanas, pero llegar y que no estuvieras hay para querer cenar con nosotros fue tan deprimente para mí, comencé a extrañarte y quise buscarte, pero tu padre no quería que estuviera cerca de ti, dijo que me desconcentraría y que no sería la misma en el trabajo, esta mañana me decidí a buscarte y lo enfrente y así terminé.- mis ojos se cristalizaron.

-Mamá, ¿papá te hizo esto?- inquirí sin querer saber la respuesta, ella solo asintió y las lágrimas abandonaron sus ojos.

-Tenemos que denunciarlo.- dije muy molesta.

-No valdría de nada hija, tu papá es uno de los hombres con más influencia en este país, tiene dinero y no durará ni media hora tras las rejas, solo quiero dejarlo atrás y empezar una nueva vida, Alain si eres capaz de perdonarme quiero que recuperemos el tiempo perdido, no merezco nada de ti pero lo necesito.

-Mami no tengo nada que perdonarte, siempre te quise, siempre te he querido y aunque nunca me viste siempre estuve aquí, claro que vamos a iniciar una nueva vida juntas.- le dije tomando sus manos entre las mías.

-Tu abuela me contó por lo que has pasado mi niña y no puedo evitar sentirme culpable por no haberte orientado sobre la vida, pero cuando todo esto pase, porque pasará, quiero que llenemos nuestros días de primeras veces, que salgamos juntas, te quiero conocer mi niña, quiero saber todo de ti, quiero ser tu madre.- la sinceridad que destila la voz tenue de mamá hace que mi corazón se sienta tan feliz, esto es lo que siempre quise.

Ella me miró fijamente durante varios minutos, -Vamos a cuidar de ese bebé juntas y no estarás sola en ningún momento, seré tu apoyo en todo y no pretendo meterme en tu vida porque la verdad es que no tengo ningún derecho, pero quiero empezar de nuevo mi niña, quiero estar a tu lado.

Me balanceo otra vez sobre ella, esta vez con más cuidado para no lastimarla, le susurré que todo estaría bien y que se tenía que recuperar rápido, salí de la habitación y la dejé para que descansara.

-Ali vete a casa, Terry te llevará y yo me quedaré con tu madre, descansa.- no me quiero ir, pero la verdad es que me siento muy cansada así que hice caso a la sugerencia de mi abuela.

•••
Para cuando llegamos el sol ya se había ocultado, durante todo el camino Terry y yo hablamos de mamá, él tenía mucha curiosidad en cuanto a ella y a mí no molestaron sus Preguntas.

-Iré a casa y traeré cena para los dos, me quedaré contigo esta noche Ali.- a veces creo que a este lo inventaron en un laboratorio y que está programado solo para ser dulce y tierno.

-Te diría que no es necesario, pero la verdad es que si necesito compañía Ter.- dije abrazándome a mi misma, él asintió y salió cerrando la puerta suavemente.

Me duché y me coloqué un pijama de miraculous, busqué una peli para ver con Ter y me senté en la sala de estar para esperar a mi dulce amigo.

Casi me quedaba dormida cuando sonó el timbre de la puerta, me levanté y fui a abrirle a Terry, para mi gran sorpresa no era el sino Marco y borracho para el colmo.

-Tú, ¿qué estás haciendo aquí?- pregunté retrocediendo, él se adentró y empujó la puerta tras de él.

-Todo iba bien Alain, todo estaba bien y tuviste que embarazarte.- dijo en un tono que me resultó intimidante.

-¿Perdón?, te recuerdo que tú también fuiste parte de esto, no hice este bebé sola, vino de ti.- dije alejándome aún más de él.

-Alain, solo tienes que deshacerte del bebé y todo estará bien entre nosotros, rayos no sé lo que quiero, pero me la pasó bien contigo.

-No, te equivocas, de lo único que me desharé es de tu recuerdo y de tu presencia en mi vida, el tiempo que pasamos en la tierra es muy corto como para esperar a alguien que no sabe lo que quiere.

-¿Y como será tu vida sin mi Alain?- inquirió cruzándose de brazos.

-No lo sé, pero sé que el tiempo me contestará esa pregunta o hará que ya no me importe la respuesta.- dije con voz de firmeza.

-Pero tú me quieres a mi pequeña.- cada palabra que decía me enfurecía más.

-¿Sabes algo Marco? A veces hay que aceptar las cosas como son y no como uno quiere que sean.- dije sintiéndome totalmente segura de mis palabras.

-Tú solo estás enojada, sé que se te pasara-dijo sarcásticamente.

-Te equivocas, no es enojo, es decepción y eso es peor.

-Tú sin mí no eres nadie Alain Ferrety.- dijo dándole un trago a la botella que traía en la mano.

-¡Suficiente!- gritaron mi mente y mi corazón, por fin se pusieron de acuerdo.

-Dime, ¿qué es lo que harás si me voy de tu vida? ¿Llorar verdad?- él en serio cree que con esas palabras hará que me arrepienta de dejarlo atrás.

-Escuché decir que no debemos detener a quien se va ni rechazar a quienes llegan, tú te vas y otro llega, simple y sencillo.- dije cruzada de brazos, de verdad siento algo muy fuerte por este chico y fingir que no es así me está doliendo al doble, pero debo sacarlo de mi vida o terminaré en colapso eminente.

-Vamos Alain, no podrás estar sin mí, solo desate del problema.- no puedo creer que esté llamado problema a su propio hijo.

-Ya me di cuenta de que hay personas que permanecerán en mi corazón, pero no estarán en mi vida y esta es mi elección, te quiero fuera de mis días, tu hijo sabrá quien es su padre, pero lo nuestro terminó.

-Dime, ¿quién te hizo cambiar tanto? Ese poder solo lo tengo yo.- esté debe estar drogado o algo parecido.

-Discúlpame, pero no tengo que pedirte permiso para cambiar; la trasformación interior no requiere el visto bueno de nadie y si no es mucha molestia te pediré que te vayas ya de aquí.- dije apuntando a la puerta que se encontraba media abierta.

-¿Por eso estás dejándome?- pero de verdad tiene el descaro de preguntar eso.

-No. Te estoy dejando porque me di cuenta de que estoy siendo mucha luna para dar luz a un hombre que solo me necesita cuando el sol está dormido.

-¿Estás hablando en serio?- inquirió incrédulo.

-Sí, estoy hablando muy en serio y no te juzgo porque sé que algo debió haber pasado en tu vida para que seas así y algo más, hasta que no vacíes tu alma de todo aquello que te atormenta, no podrás llenarla de todo aquello que te hará feliz, espero que de verdad puedas cambiar y que encuentres el verdadero amor, que halles a esa mujer que te transforme y que con ella seas feliz.- dije y no miento para nada, es todo lo que deseo para él.

-Eres una tonta niña.

-Cuidado, no me subestimes, sé más de lo que digo y pienso más de lo que hablo.

-Pero me amas y ese es mi poder sobre ti.

-Ja, ja, ja.- reí sarcásticamente y continúe hablando.-Ni tú eres para tanto ni yo para tan poco.

Al parecer estas palabras sacaron la bestia oculta tras esos lindos ojos que llegue a amar y esa bonita apariencia, Marco se abalanzó sobre mí haciéndome caer al suelto, se mueve torpemente por la borrachera, pero obviamente es más fuerte que yo.

-¡Suéltame idiota!- le grité forcejeando contra él.

-Lo que necesitas es sentirme de nuevo Alain.- gruñó apretando mis muñecas y rayos sí que me está lastimando.

-Estoy embarazada estúpido, me puedes hacer daño.- dije sintiendo como los nervios y el llanto se apoderaban de mí.

-Eso no suena nada mal, de paso nos deshacemos del problema.- no lo puedo creer.

-¡No por favor!- grité tratando de soltarme de su fuerte agarre, sentí sus labios en mi cuello y por primera vez me dio asco sentirlo.

-Alain.- escuché la voz de Terry fuera de la casa, gracias al cielo ha llegado.

-¡Terry, ayúdame por favor!- grité con todas mis fuerzas, Marco cubrió mi boca con su mano derecha mientras que sostenía mis muñecas con la otra.

De momento sentí que me quitaron ese gran peso de enésima, Terry estaba sobre él golpeando su cara.

-Terry vasta, no vale la pena, por favor déjalo.- dije tratando de separarlos, gracias al cielo me hizo caso y dejó de golpearlo, sacó su teléfono del bolsillo de su chaqueta y marcó un número, le dio la dirección de la casa de mi abuela y supe que había llamado a la policía.

Me quedé inmóvil durante unos largos minutos hasta que escuché las sirenas, en pocos segundos la casa estaba llena de agentes armados, Terry les explicó lo que había pasado y se llevaron a Marco esposado, mentiría si dijera que no me dolió verle en esa situación, pero no dejaría que mi corazón dominara, es el momento de darle paso a la razón y dejar de lado los sentimientos.

Uno de los agentes me tomó la declaración y aunque fue muy poco lo que le dije, pareció ser suficiente para él, los vi marcharse y corrí a los brazos de mi mejor amigo.

-Gracias por llegar a tiempo Ter, tenía tanto miedo.- dije en un hilo de voz, Terry me abrazó fuerte y beso mi cabello.

Me olvidé de la cena y de la película, olvidamos todo y nos tiramos al piso, me duele tanto ver a Terry llorar y no me parece débil en lo más mínimo, es el hombre más fuerte que he conocido, nos abrazamos durante toda la noche y acordamos no decirle nada a mi abuela, no quiero preocuparla más de lo que ya está, nos dormimos y gracias al cielo esta larga noche había llegado a su final.





















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Nota de la autora: Demasiadas emociones en una noche. No olviden votar y comentar.
Nos vemos, los amodoro.

La vida de una adolescente ✓ [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora