CAPÍTULO ¹⁷

152 73 25
                                    

Narra Alain

Nada como llegar a un viernes luego de una agotadora semana de clases. Ya estoy lista para irme, desayuné y me despedí de la abuela. Mientras caminaba a la puerta escuché el pitillo de mi teléfono.

Mensaje entrante

Mejor amigo📥: Ali, hoy no podré pasar a buscarte, tengo que llevar a mamá al hospital antes de ir al instituto, últimamente sus ataques de asma son más frecuentes y hoy tiene cita con su doctor.

Yo📤: Está bien Ter, no hay problema, cuídate mucho y nos vemos en clases, besitos.

En ese momento escuché el claxon de un auto y pensé que Terry me estaba jugando una broma. Siempre que viene a buscarme hace sonar la bocina de su auto para que salga. Salí muy entusiasmada por ver a mi mejor amigo y quedé boquiabierta al ver que no era el quién aguardaba por mí fuera de casa.

-¿Y tú qué haces aquí?- inquirí totalmente sorprendida.

-Vine a buscarte pequeña.-dijo, el muy esestupido

-Espera, ¿pero cómo es que siempre sabes donde vivo?- pregunté molesta.

-Las gemelas, preciosa.- reí ante lo dicho por Marco, mataré a las gemelas por siempre hacerme esto.

-Pensé que eras más de motocicletas.- dije cruzada de brazos.

-Pues suelo sorprender a la gente constantemente.-dijo haciendo ademanes.

-Ya veo.-dije torciendo el gesto.

-¿Y qué? ¿Vienes o te quedas?

-Oh claro, vamos.- me acerqué a su auto y tomé la manecilla de la puerta para abrirme paso.
Terry es más romántico que Marco, siempre abre la puerta de su auto para mí.

-¿Qué hay entre tú y Terry?- preguntó tomándome de sorpresa.

-Somos amigos, ¿por?

-Nada.- dijo y pisó el acelerador.

Llegamos al instituto en menos de lo que canta un gallo. Durante todo el camino nadie habló, me dediqué a mirar por la ventana y una que otras veces nuestras miradas conectaban. Abrí la puerta para salir del auto, pero su mano me detuvo.

-Sal conmigo está noche.- demandó en tono de voz dulce.

-Y... Yo no creo poder.- dije como pude. Me pone muy nerviosa la cercanía entre nosotros.

-Vamos, no seas aguafiestas.

-¿Si digo que si, dejarás que baje del auto?- inquirí fastidiada.

-Sí.- respondió.

-Está bien, nos vemos más tarde
- dicho esto me bajé del auto tomando mi maleta.

Siento las miradas de todos sobre mí y no entiendo por qué si hoy me vestí decente, supongo que por haber llegado con Marco.

•••

Por fin sonó el timbre. Una manada de leones se abalanzó sobre la puerta y como no si es viernes. Fin de semana, lo anhelaba desde el lunes.

Salí para buscar a Terry. Mo lo encontré y me parece raro que no haya venido, algo debió haber pasado, busqué en mi teléfono su contacto y marqué, pero me respondió el contestador. Me doy cuenta de que fue un error decirle a Donna sobre mi cita con Marco en el momento en que aparece a mi lado con su hermana y me propone ir a su casa para arreglarme el cabello y según ella, prepararme para una buena cita.

Es increíble que se hayan tardado cinco horas en lavar, secar, peinar mi cabello y pintar mis uñas. ¡Dios! Sí que son intensas estas chicas.

Me regresé a casa en taxi y volví a llamar a mi mejor amigo, pero seguía apagado su celular. Tenía planeado ir a verle después de clases, pero tomando en cuando que fui secuestrada por dos gemelas obsesivas, no pude llegar.

Subí a mi habitación y me duché, me coloqué un vestido color crema, un ramillete y unas zapatillas plataforma del mismo color. Dejé caer mi ondulado cabello tras mis hombros, me apliqué un poco del labial rosa que me obsequió Donna y bajé dispuesta a esperar a Marco.

-Abuela. ¡Llegaste!- me asusté, no esperaba verla.

-Por supuesto pequeña, tuve un largo día. ¿Vas a salir?- inquirió ella.

-Sí. Un chico me invitó a no sé donde, creo que es sorpresa.

-Mi niña tendrá su primera cita.- dijo acercándose para darme un cálido abrazo.

-Sí y estoy muy nerviosa.- dije respondiendo a su abrazo.

-Bueno, pero si Terry y tú ya han salido antes.- dijo ella y me sonroje.

-No abuela, no saldré con él, se llama Marco.- en ese momento escuché el claxon de un auto y supuse que ya había llegado.

-Es él, ya vino por mí.- chillé como niña pequeña.

-¿Y es que a caso no piensa entrar a buscarte?- inquirió ella al escuchar una vez más el pitillo del claxon.

-Creo que no- dije un poco decepcionada.

-¿Qué clase de hombre invita a salir a una chica y ni siquiera se adentra a su casa para conocer a su familia o pedir permiso?- inquirió. Las palabras de mi abuela me hacen mucho sentido, ella tiene razón, pero tal vez espero mucho de Marco.

-Supongo que así es él.- fue lo único que le dije, deposité un beso en su mejilla y salí de la casa. Marco no se había movido de su asiento, ni siquiera salió del auto.

-Te ves hermosa.-dijo con una sonrisa ladina.

-Gracias.- dije antes de abrir la puerta y entrar al auto.

-¿A dónde vamos?- pregunté nerviosa.

-Ya lo vas a ver- dijo y puso el auto en marcha. Me limité a asentir y mirar por la ventana, el sol ya cayó y las luces de la ciudad se ven realmente hermosas.

El auto se detuvo y supuse que habíamos llegado, esto parece una finca o villa. La vista es alucinante, Marco salió del auto y me miró para que lo siguiera, caminé hasta estar cerca de él, sentí un cosquilleo electrizante por todo mi cuerpo en el momento en que él unió su mano con la mía. Caminamos hasta llegar a una linda casita de madera no muy grande.

Mis ojos se abrieron de par en par al percatarme de lo hermosa que estaba decorada por dentro, había pétalos por todas partes y una mesita con candelabros y dos lugares.

-Es una cena Romántica.- dije para mi misma. Miré a Marco a los ojos sin poder creerlo, es obvia la sorpresa en mi cara.
























••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••
Nota de la autora: Me huele a que alguien se está haciendo el romántico para conquistar a Alain. Veamos que pasa.
Hasta luego mis ojitos de koala.

La vida de una adolescente ✓ [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora