CAPÍTULO ²⁴

121 59 17
                                    

Alain

El sol se asomó por la ventana y había llegado el momento difícil, contarle a mi abuela de mi embarazo, volver a enfrentar al padre de mi bebé y lo más difícil aún, llevarlo dentro de mí.

Confieso que no me siento lista para ser madre, pero desde que supe que esta criatura era parte de mí lo amé, siento muchas cosas en este momento y no soporto la mayoría de ellas, me siento desilusionada y decepcionada de la vida, creo que nada es como la nana Marilus me decía, la extraño tanto, quisiera ir a verla, pero tengo miedo de que la despidan por mi culpa.

Me enamoré y fracasé al hacerlo, la palabra amigas les quedó muy grande a quienes pensé que lo eran, todo esto me ha dejado una gran lección, no debo confiar en personas que no conozco, personas de quienes no se nada, no debo abrirle mi corazón a personas que no se dan el tiempo de conocerme para saber quien realmente soy y lo más importante, aprendí que no tengo que cambiar para agradar a los demás, cambie mi forma de vestir y de ser por estar con personas que no merecían eso de mí, aprendí que verdaderos amigos son aquellos que te aceptan tal y como eres, esos que no te piden que cambies y te apoyan en tus malos momentos.

Ahora me pregunto ¿por qué no hice caso a mi mejor amigo cuando me aconsejó? Supongo que por más consejos que te den, hay lecciones que solo aprendes a base de golpes y caídas.

Me apresuro a despertar a Terry al ver la hora.

-Ter, ya es tarde, vamos.- mi dulce mejor amigo se dio la vuelta y comenzó a chillar como niño.

-Quiero dormir un ratito más.- dijo con voz de chiquillo.

-Ter, son las 11 de la mañana.- no sé dé donde saco tanta velocidad, pero antes de que pudiera parpadear él ya estaba de pies, es sábado y no tenemos clases, pero debo decirle a mi abuela lo que está pasando, no quiero esperar más tiempo.

Salí a la habitación de Janna, su hermana menor, ella tiene un año menos que yo, pero su ropa me queda a la perfección, me duché y me vestí, bajamos hasta la cocina y desayunamos todos juntos, su familia es agradable.

Nos subimos al coche y él puso el pie sobre la marcha.

Al llegar a casa los nervios se apoderaron de mí, Terry estaciono el auto y se desmontó, yo no moví ni un pelo, no pude hacerlo en el momento en que el pensamiento de lo decepcionada que estará de mí al saber que estoy embarazada.

Acepté que cometí un error y bajé del auto dispuesta a enfrentarme a las consecuencias del mismo, abrí con mi llave y nos adentramos a la estancia.

-Ali, pequeña traviesa, has llegado ya.- cada vez me sentía más nerviosa y un nudo se estaba apoderando de mi garganta.

-S... Si abu, ya estoy aquí.- dije caminando hasta la cocina, de haya provenía su voz.

-Terry, has venido tú también.- dijo sonriéndole muy eufórica.

-A veces pienso que lo quieres más que a mí, abuela.- dije haciendo un puchero.

-No digas eso hermosa, eres mi chiquita y mi nieta favorita.- dijo ella abrazándome.

-Soy la única que tienes abu.- dije y gracias al cielo que se me ocurrió, sirvió para liberar un poco la tención, ya que Terry no había dicho ni una sola palabra, los tres reímos a carcajadas.

-¿Se quedan a comer chicos?- inquirió ella.

-Si abu, de hecho tengo algo importante que decirte.- no pude sostenerle la mirada y ella notó que algo no andaba bien.

-¿Ali?

-¿Si abuela?

-Sea lo que sea, lo solucionaremos juntas.- dijo posando su mano en mi hombro, sus palabras me tranquilizaron un poco, miré a Terry y me guiñó el ojo a lo que solo sonreí.

Ter y yo nos sentamos en la sala de estar hasta que mi abuela terminara la comida, después comimos todos juntos y vimos un cortometraje llamado "en el tiempo de las mariposas".

-Bien, ahora si estoy totalmente desocupada chicos, ¿qué es eso tan importante que me tienes que decir pequeña?- Volteé para darme cuenta de que Terry me miraba fijamente, tragué en seco y él posó su mano sobre mi rodilla.

-Vamos Ali, tú puedes.- fue lo único que dijo acompañado de un guiño.

-Verás abu, y... Yo, es que yo...- las lágrimas se hicieron presente y la presión volvió que mi pecho.

-Tranquila princesa, respira profundo y luego déjalo salir.- dijo Terry acariciando mi cabello, asentí viéndole a los ojos y me preparé para volver a hablar.

La vida de una adolescente ✓ [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora