Alain
Abro mis ojos lentamente tratando de acostumbrarme a la blanca luz que emana de las lámparas en el techo, levanto la vista para encontrarme con los deslumbrantes ojos de mi dulce mejor amigo, me está viendo fijamente, sin pestañear.
-¿Hace cuánto estás despierto?- inquirí estrujándome los ojos con los nudillos.
-Hace unos minutos, no quise despertarte.- dijo llevando sus manos a mi cabello.
-Hay que buscar a mamá Ter.- dije moviéndome de su pecho para incorporarme en la cama de hospital, Terry se levantó y salimos de la habitación, fuimos en busca de mamá y la hallamos recostada en los asientos de espera. -¿A caso pasó aquí la noche?- inquirí para mi misma.
-Mamá, estoy aquí.- dije tocando sus hombros.
-Mi niña, ve a casa y toma una ducha, desayuna y ve al instituto, si hay noticias yo te llamaré.- dijo ella, no pretendo hacerle caso.
-No mamá, yo no me quiero ir, yo me quiero quedar con la abuela, quiero estar cerca de ella.- dije sintiendo el ardor en mis ojos.
-Alain, estás embarazada, no puedes estar en estas situaciones, te hará daño, debes comer, tienes que estar tranquila.- dijo ella.
-No mamá...- La voz de Terry me interrumpió.
-Alain, tu madre tiene razón, a penas tienes dos meses de embarazo y tienes que cuidar a tu bebé, estoy seguro de que es lo que haría tu abuela, vamos a casa y te acompaño a que te duches y desayunes, si quieres no vamos a clases, después de que comas algo te traeré aquí de nuevo.- sé que tienen razón y me asusta que algo pueda pasarle a mi bebé, pero es ella, es mi abuela quien está hay dentro, el solo hecho de pensar que puedo perderla me está matando.
-Ve con él, hija.- dijo mamá, me limité a asentir y Terry tomó mi mano para salir del hospital. Antes de salir mamá prometió llamar si tenía noticias de la abuela, así que salí tranquila.
•••
El agua caliente cae por toda mi piel, las lágrimas dejan mis ojos, los ánimos han abandonado mi cuerpo, últimamente estoy muy sensible y supongo que es por el embarazo.
Terry se fue a casa después de dejarme aquí, él también ha de estar cansado, no se ha despegado sé mi ni un solo instante y se lo agradezco, de no haber sido por el yo ya habría desmayado. A veces necesitamos a alguien que simplemente esté hay. No para arreglar nada ni hacer nada en particular, sino solamente para hacernos sentir que estamos cuidados apoyados y queridos.
Salí de la ducha y me vestí tan rápido como pude, comí un poco de cereal con leche y espere a Terry quien llego unos minutos después, me subí al auto y emprendimos en camino hacia el hospital.
-Ter, ahora que me dejes en el hospital puedes volver a casa, has estado mucho tiempo fuera, debes descansar.- dije quitando mi vista de la ventana, Terry tomó mi mano y me miró fugazmente para volver la vista a la calle.
-Alain, si estoy contigo es porque me importas y no te imaginas cuanto, me gusta estar a tu lado, me gusta formar parte de tus buenos y malos ratos, me gusta sentir que te ayudo y que te apoyas en mí, así es que no te dejaré sola en esto para nada, estaré a tu lado hasta el final y tu abuela se va a recuperar.- dijo guiando mi mano hacia sus labios para depositar un dulce beso, me limité a asentir porque en realidad necesito que este a mi lado, pero no quiero que piense que lo estoy usando ni nada por el estilo.
Con todo lo que está pasando me he olvidado del instituto, ayer Terry me sacó de clases y no he vuelto, me dijo que hablo con los maestros, pero me tiene un tanto inquieta ese tema, estamos a mitad de año y lo menos que quiero es perder clases.A penas llegamos al hospital visualicé a mamá muy inquieta, lloraba desesperadamente y ese nudo en mi garganta se empezó a abrir paso otra vez, mis manos comenzaron a sudar y una sensación muy extraña invadió todo mi cuerpo.
-Hey, mamá, tranquila, estoy aquí.- dije sujetando sus manos temblorosas.
-Hija, es tu abuela.- No soporto más la sensación de desesperación que me está invadiendo.
-Los médicos dicen que no tiene vida, que las máquinas la mantienen respirando, pero que si la desconectan no reaccionara.- dijo lanzándose a mis brazos, esto no puede estar pasando, siento mis ojos arder y las manos de Terry se posan en mis hombros.
-Tienes que ser fuerte Ali, en este momento tu mamá te necesita fuerte, sé que las cosas no pintan nada buenas, pero lo último que deberías perder es la esperanza.- ¿cómo puedo estar fuerte en este momento? Siento como si la mitad de mi vida está por irse y no quiero que así sea.
-Familiares de la señora Blanca Stile.- la voz de un señor de edad avanza nos interrumpió.
-Somos nosotros.- dijo mamá, mientras que todos caminamos hacia él.
-Tenemos que desconectar a la señora, su cuerpo ya no tiene vida, respira por las máquinas, lamento informarles que tenemos que desconectarla.- no, ella no puede morir, ella no se puede ir, no ahora, todavía la necesito y mucho.
-Síganme por favor.- fue lo último que dijo el señor para emprender un lento trayecto hasta la habitación en la que se encontraba mi abuela, caminamos detrás de él y nos detuvimos frente a una gran puerta de cristal.
-Tienen que estar preparados para lo peor.- volvió a hablar el doctor.
-Dígame, ¿cómo se puede estar preparado para lo peor doctor?- dije entre sollozos, Terry me tomo de las manos y me apretó contra su pecho, mamá abrió la puerta y nos adentramos en la habitación. Lo siguiente que vi desgarró mi alma, hay estaba ella, herida, su rostro desfigurado y pálido, sus labios resecos y sus ojitos cerrados, mi corazón arremete fuerte contra mi pecho y las lágrimas salen desesperadamente de mis ojos, me separe de Terry y me lancé sobre la camilla de mi abuela.
-Abuelita, escucha mi voz por favor, tú no te puedes morir, no te puedes ir, mamacita no me puedes dejar sola, no tú, tienes que conocer a este bebé y tienes que cuidarlo y darle todo ese amor que me has dado a mí, vamos, sé que eres fuerte y puedes salir de esta, me dejaras rota si te vas y te llevarás una parte de mí que no regresará jamás, yo te necesito todavía y lo haré siempre, por favor no te vayas.- ya no estaba hablando, más bien gritaba desesperada, sentí las manos de Terry y las de mamá alejarme de la camilla y empecé a gritar más fuerte.
-¡No, déjenme, yo quiero estar con ella¡- dije entre gritos y pataleos, Terry me abrazó por la espalda sujetándome para que no pudiera moverme más, sus lágrimas también se hicieron presentes, mamá lloraba abrazada a una de las enfermeras y me está doliendo tanto esto, me duele verdad así, me duele saber que estoy perdiendo a mi otra madre, esto me está matando.
-Terry por favor suéltame, la van a desconectar, la matarán, por favor suéltame.- le imploré llorando de manera descontrolada.
-No puedo, Ali tienes que ser fuerte, tienes que luchar por tu bebé.- dijo abrazándome más a él.
Aquel doctor de avanzada edad camino hacia la camilla y posó sus manos sobre el tubo de oxígeno, intercalo su mirada con la mía y la de Terry y supe lo que iba a hacer.
-¡No, por favor no, mamá por favor diles que no, diles que no, diles que no la desconecten, abuela por favor tienes que reaccionar, me estás matando, mueve tus manos, escucha, sigue mi voz, abre los ojos, no te vayas no¡- grité a todo pulmón, el llanto de mamá y de Ter hacía eco por toda la habitación, lo vi desconectarla y mi corazón se fracturó aún más cuando espere a que reaccionara, pero ella no se movió, sus manos no se movieron y sus ojos no se abrieron, cubrieron su cara con una manta y mis ojos se cerraron.
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Nota de la autora: En la vida de todo adolescente llega el momento de la primera pérdida, ese primer adiós para siempre, esa sensación de que no volverás a ver a esa persona nunca más, ese dolor en el pecho cuando se va ese ser tan querido.
No olviden votar y comentar, los quiero mis ojitos de koala.
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La vida de una adolescente ✓ [En edición]
Teen FictionTodos piensan que es fácil ser un adolescente, lo ven como una etapa más, un simple periodo de edad en la vida de todo ser humano. Pero nadie llega a pensar en el sinnúmero de situaciones por las que tienen que pasar a diario, las cosas a las que se...