CAPÍTULO ¹⁴

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"El comienzo de una nueva vida"
Alain

Después de terminadas las clases, le pedí a Terry que me llevara a casa de mi abuela, me despedí de él y toqué el timbre varias veces.

Mi abuela es de esas personas que no soportan tener servicio en casa, le gusta hacer todo ella misma, es una mujer encantadora. Mi madre ni se preocupa por ella, supongo que lo egoísta ya no se le quitará con nada.

-¡Pequeña!- gritó ella.

-¡Abuela¡- le respondí con el mismo entusiasmo envolviéndola en un suave abrazo.

-Vamos, pasa pequeña.

Me adentré a la hermosa casa y sin rodeo alguno le conté todo. Ella siempre ha sido una mujer fuerte, pero sensible, mientras le contaba rompió en llanto, haciendo que yo siguiera sus pasos.

-Es que no lo entiendo abu, siempre he sido buena, he sacado las mejores calificaciones, no me he portado mal, no salgo, nunca he escapado de casa. ¿Por qué nunca me han querido?- acomodé mi cabeza en su regazo y ella pasó sus manos sobre mi cabello.

-Pues, supongo que a veces hay que perder lo que se tiene para luego darnos cuenta de cuán valioso era. Ten paciencia mi niña, algún día pueden cambiar y por supuesto que te puedes quedar conmigo, es más, ahora mismo vamos por todas tus cosas para que te instales aquí.

-Gracias abuela, sé que tú nunca me darás la espalda.- nos abrazamos nuevamente y salimos a por mis pertenencias. Papá fue muy claro cuando dijo que no me quería bajo su techo así que no pienso quedarme.

Una vez terminé de acomodar mis cosas me miré en el enorme espejo de mi nueva habitación y hablé para mi misma.

-Mírate, hazlo muy detenidamente porque será la última vez que te veas así. Se acabó todo, dejaré de sufrir por quienes no merecen, empezaré a vivir mi vida y dejaré de vivir a través de mis padres. Hoy nace una nueva Alain, una a la que no le importa nada ni nadie más que sí misma. No volveré a llorar por mis padres, mi abuela tiene toda la razón, algún día cambiarán y si no pues suerte. Ya no puedo seguir llorando todos los días por algo que parece no tener remedio, tengo que hacer mi propia vida, construir mi propio camino, conocer el mundo, divertirme, salir y es lo que haré de hoy en adelante.

Tomé una ducha y me fui a la cama, ya es demasiado tarde y mañana será un nuevo día.

•••

El sol se escabulló por el enorme ventanal en mi habitación logrando despertarme, miré el reloj y me di cuenta de que se me hace tarde para ir al instituto. Devo darme prisa. Me levanté de un solo salto y empecé a buscar lo que me pondría para ir al instituto. Es miércoles así que podemos ir como queramos, nada de uniformes en ombligo de semana.

Hoy me siento totalmente diferente a como me sentía ayer, quiero olvidarme de todo lo que ha pasado y empezar mi propia historia. A fin de cuantas cada quien es arquitecto de su propio destino.

Tomé una blusa corta azul cielo que deja ver parte de mi abdomen y un short color negro, unos tenis del mismo color y me metí a la ducha. Al salir, me vestí, me di un último vistazo al espejo y muy satisfecha con lo que vi, tomé mi maleta para bajar a desayunar.

La abuela ya no estaba para cuando bajé, así que desayuné y me fui en taxi al instituto. No quise molestar a Terry y ahora está molesto porque no lo llamé.

Siento las miradas de todos sobre mí y se siente demasiado raro, pero a la vez me gusta. Está bien llamar la atención por lo menos un día.

Lo primero que escuché cuando entré al salón fue a una muy eufórica Donna.

La vida de una adolescente ✓ [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora