CAPÍTULO ³⁰

119 44 23
                                    

Alain

Uno enfrenta las despedidas no cuando la gente se va, sino cuando entiendes que no volverán jamás.

Muchas imágenes pasan por mi cabeza en este momento, mi abuela en un ataúd sin poder respirar ni moverse, mi madre destrozada, lo mucho que podría afectarle a mi bebé lo gran tristeza que siento, pero no encuentro la manera de levantar mis ánimos.

El momento en que la sepultaron sin duda alguna liderará mi lista de momentos más difíciles.

El simple hecho de pensar que ya no la voy a ver más arremete fuerte contra mi pecho haciéndome llorar incontrolablemente.
Ya varios días han pasado y aún no puedo recuperarme, no he salido de mi habitación, no he querido ver ni hablar con nadie.

Hoy concluye la semana de privilegio personal que me otorgo el instituto por la muerte de mi abuela, lo que significa que debo volver a clases.

La verdad es que no tengo ganas de nada, pero quiero terminar la secundaria, quiero salir adelante por mi bebe, sé que será un gran reto ser madre soltera, pero estoy dispuesta a eso y más por el ser que crece dentro de mí, él merece lo mejor y lucharé para dárselo.

Agradezco al cielo no estar haciendo ningún tipo de malestar a veces me dan arcadas, algunas cosas me dan un poco de asco, pero en todo lo demás mi embarazo va muy bien.

Una vez lista bajé las escaleras y desayuné, encontré una nota de mamá en la cocina y de alguna forma causó destellos eléctricos en mi corazón, está es diferente a todas las demás notas que me había dejado antes. "Nena, perdóname por no estar para desayunar juntas, debo hacerme cargo de la peluquería de tu abuela que en paz descanse, pero más tarde cenaremos juntas y si quieres vemos una peli, cuídate mucho, te amo preciosa".

Yo también te amo mama.

Satisfecha con mi desayuno, Salí y tomé un taxi.

Hace una semana exactamente desde la última vez que hablé con Terry, le pedí un poco de tiempo a solas para asimilar esto y él lo entendió muy bien.

Me dedico solamente a mirar por la ventana mientras el taxista pone el pie sobre la marcha, la melodía proveniente de mis auriculares hace que las lágrimas abandonen mis ojos y la imagen de su cara arremete progresivamente contra mi pecho, jamás podre olvidarla, jamás podre dejarla ir.

Estoy escuchando cuando te vuelva a ver de Marcos Yaroide y se me hace inevitable llorar entre letras y melodías.

El taxi se detuvo y me desmonte después de pagar el servicio, lo primero que visualizo es a mi mejor amigo quien me abre los brazos para que corra hacia él y no lo pensé dos veces, me lancé a sus brazos como una niña pequeña, Terry me apretó contra su pecho y me permití llorar con un poco más de libertad.

-No aguantaba más estar sin verte, has estado sufriendo todo esto tu sola.- dijo él colocando su cabeza sobre la mía.

-Me he sentido tan vacía Ter.- dije entre sollozos.

-Alain, nosotros al igual que la luna, atravesamos fases de vacío para sentirnos llenos nuevamente, todo va a estar bien tranquila.- nunca se puede quedar su lado filosófico.

-Siento que todo terminó sin ella.- dije escondiendo aún más mi cabeza en su pecho.

-Pues, por fortuna siempre existe otro día, otros sueños y risas, otras personas y cosas, sé que nadie la sustituirá, pero con el tiempo nena sobrellevaras esto, vas a ver.- dijo tomando mi cara para secar mis lágrimas, debo ser un desastre.

-Gracias por siempre estar a mi lado Ter.- dije acuñando su mejilla en la palma de mi mano.

-Alain, Te amo.- dijo y me quedé helada por lo sincero y dulce de su voz. ¿Qué le respondo? No me esperaba esto de verdad y menos ahora.

La vida de una adolescente ✓ [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora