CAPÍTULO ²²

124 60 11
                                    

-Maratón 3/4-
-Narra Alain-

No puedo creer lo mucho que he extrañado a mi mejor amigo, pero no quiero hablarle, no quiero hacerlo hasta que no se disculpe con Marco por todas las cosas feas que dijo de él.

Ya hace un mes desde entonces, lo ignoro en instituto y no respondo a sus llamadas ni mensajes.

Hoy me levanté súper temprano, le dije a mi abuela que iré al instituto y que regresaré para cenar en la noche, odio mentirle, pero tengo algo importante que hacer.

Le pedí a Donna que me acompañara y no quiso faltar a clases, aunque tampoco que dije a donde iríamos, a mi abuela no le puedo decir nada, porque sé que se preocuparía demasiado.

Es increíble lo poco que he sabido de Marco en todos estos días, de vez en cuando me envía un texto, pero no más, me dijo que se iría a una de las propiedades de su madre y que me avisaría al volver, pero ha pasado un mes y no regresa, no sé que está pasando con él, últimamente no es el mismo, no me trata igual, ya ni siquiera le importa saber como estoy y eso se siente feo.
No entiendo la razón de su indiferencia si todo estaba marchando tan bien hasta hace unas semanas, espero que cuando regrese me dé una explicación.

-No me puedo alejar de él después de la forma tan linda en la que se ha portado conmigo, tal vez solo sea un bloqueo lo que está pasando, volverá a ser el mismo.- digo para mi misma.

-No es egoísta alejarse de alguien después de decirle mil veces que sus actitudes te lastiman.- dijo una señora detrás de mí y es cuando caigo en cuenta de que estoy pensando en voz alta.

-¡Oh! Que pena, perdón, señora, he pensado en voz alta.- sentí la sangre correr por mis mejillas, ella solo asintió y volví mi vista a la enfermera que se diría hasta nosotras.

En vez de ir al instituto, vine a una clínica, hace días que no estoy comiendo bien y casi todo lo que como lo vomito, me da asco la mayoría de las cosas que como y me mareo mucho.

Al llegar le conté a una enfermera como me estaba sintiendo y me realizo unos cuantos estudios, unos análisis rápidos de sangre, entre otros.

-Señorita Alain Ferrety.- dijo la enfermera sacándome de mis pensamientos, no me querían atender por sé menos de edad, pero les dije que me había independizado y que ya vivía sola, dudaron en creerme, pero cedieron después de unos minutos de pura persuasión de mi parte.

-Soy yo.- dije levantadme.

-Bien, sígueme.- demandó y seguí sus pasos hasta una puerta blanca.

Me recibió una sonriente doctora de edad media, me indicó donde sentarme y busco unos papeles dentro de una carpeta que había en su escritorio.

-Bien pequeña, debo hacerte unas preguntas, ¿estás de acuerdo?- solo asentí con la cabeza para que procediera.

-¿Has tenido relaciones sexuales últimamente?- su pregunta hace que me ponga del color de un tomate y solo me limito a asentir recordando las dos veces que estuve con Marco.

-¿Te has protegido tú o el chico con el que has estado?- mis ojos se abren de par en par ante su pregunta y es cuando recuerdo lo borracho que estaba Marco en las dos ocasiones en las que hemos estado juntos, ninguno de los dos se ha percatado de ello, ninguno pensó en ello y ninguno lo menciono después, pero ¿cómo pude ser tan idiota?

-No doctora, ninguno de los dos.- dije avergonzada, ella aún no abre los papeles en el sobre y ya me invade el miedo de un posible embarazo no deseado, ¡Dios! Que no sea lo que estoy pensando.

-¿Sabes que es irresponsable tanto de tu parte como de la suya?- me limitó a asentir porque tienen mucha razón sus palabras.

-Bien, veamos que dicen estos estudios.- dijo y empezó a romper el sobre, inconscientemente lleve mis manos hasta mi boca y destruí parte de mis uñas.

-Alain, estás embarazada, felicitaciones.- esas palabras paralizaron todo mi cuerpo, quede en shock por unos largos minutos, ¿embarazada? No, no puedo estar embarazada, pero si a penas tengo 17 años, y sé que no pensé eso al momento de estar con Marco, pero ¿ahora qué hago con un bebé?

-Tienes casi 4 semanas de gestación preciosa, vas a ser madre.- sus palabras me hacen romper el shock que antes me había invadido, no me di cuenta en que momento comencé a llorar, son muchas las emociones que me invaden en este momento y la principal de ellas es que no estoy lista para ser madre, aun así ya empecé a amar a esta cosita que desde hoy sé que llevo dentro de mí.

Tomé los estudios y salí de la clínica dispuesta a ir a casa de Marco para que Licha me dijera dónde puedo encontrarlo, tomé un taxi y llegué en lo que parecieron ser unos eternos 25 minutos.

La puerta de la casa está entre abierta y me parece extraño, quiero darle la noticia de que seremos padres a mi chico, me adentre a la casa en busca de la señora del servicio y no la encontré por parte.

Visualice en el mesón de la cocina la llave de la motocicleta de Marco, ¿habrá llegado ya? Pero, ¿por qué no me ha dicho? Subí las escaleras para buscarle.

La puerta de su habitación estaba igual que la de la casa, medio abierta, antes de empujarla visualice un papel doblado en el piso y me agaché para tomarlo, es un papel con varios nombres, 5 para ser exacta.

1. TATIANA
2. SOFÍA
3. LAYLA
4. CRISTINA
5. ALAIN

Espera, ¿qué es esto? ¿Por qué esta mi nombre y el de Layla en este papel? En ese momento llegaron a mi mente las palabras de Terry.
"-Lo sabía, ves lo que te estoy diciendo, le gustan las chicas vírgenes, tiene una lista de todas las jóvenes como tú con las que ha estado y estoy seguro de que tu nombre ya está en ella, cuando vuelvas a estar en su casa búscala, no hago esto por difamarlo, lo hago porque te quiero y si te hace daño sé que te costará reponerte de eso, pero aquí estaré para ti, ojalá y este yo equivocado y las cosas salgan bien, pero si no es así cuentas conmigo."

Me decidí por fin a entrar, empujé lentamente la puerta y lo siguiente que vi hizo que mi corazón dejara de latir.






















•••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••
Nota de la autora: Aquí lo tienen, el gran problema, un bebé en camino y el padre muy lejos de querer hacerse cargo.
Veamos que sucede a continuación.
Gracias por su apoyo mis ojitos de koala.

La vida de una adolescente ✓ [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora