Capítulo ²

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Narrador:
Omnisciente

El señor Juan Ferrety, un distinguido empresario que se adentró al mundo de los negocios desde muy temprana edad tras la muerte de sus padres.

La señora Elain Sotomayor, a diferencia de su esposo, no creció rodeada de lujos. A base de esfuerzos logró crear un gran imperio, una empresa constructora que unificó con Juan al casarse.

Acordaron no tener hijos porque para los dos sería una gran perdida de tiempo.

Un niño requeriría de mucha atención y cuidados que ellos no estaban dispuestos a dar, así que, ella decidió llevar una planificación vía inyecciones cada cierto periodo de tiempo para evitar un embarazo.

Todo iba muy bien en las empresas Fersoto & asociados, tenían grandes proyectos y el dinero entraba por puertas y ventajas. Para ambos el trabajo era lo único importante.

La entrada del dinero y gastarlo era su actividad favorita, no se interesaban en nadie más que ellos mismos, ni familia, ni amigos, solo ellos dos.

Luego de casarse y fusionar los negocios su fortuna creció en gran manera, se encontraban en pleno apogeo cuando Elain se dio cuenta de que estaba embarazada.

En todas las historias cuando un bebé llega todo es alegría y felicidad, pero ese no era el caso de esta pequeña.

Sus padres no querían cargar con ella, no querían siquiera tomarla en brazos, por lo que la señora Elain contrató a Marilus. Una nana que se haría cargo de la bebé de manera que ella solo tuviese que tomarla para alimentarla.

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Tiempo después

Pasaron tres meses desde su nacimiento y Elain ya quería retomar su trabajo, por lo que dejó a Marilus a cargo de su hija.

No le importó que fuese un ser indefenso e incapaz de vivir por si solo, la ambición por el dinero fue mayor que su responsabilidad de madre. Volvió a las empresas, pero nunca pensó en que su hija le necesitaba.

El calor de una madre es la primera muestra de amor que debe recibir toda criatura al llegar a este mundo, pero esta madre, si se le podía llamar "madre" no tenía tal sentir.

Marilus acababa de quedarse sin trabajo, iba de camino a hacer sus compras cuando se cruzó con la señora Blanca, la madre de Elain.

Conversaron un buen rato y ambas se dieron cuenta de algo: Marilus estaba desempleada y la señora Blanca buscaba una nana para su nieta, en vista de que su hija no quería hacerse cargo de ella. Se refugiaba tras la escusa de que ser madre era una responsabilidad muy grande que no estaba lista para asumir, por lo que en seguida la contrató sin pedir referencias.

Alain crecía muy rápido, sus padres la enviaban a casa de su tía Claudia los días festivos y las navidades para dar vacaciones a su cuidadora.

Para su cumpleaños número cinco, sus padres organizaron una gran fiesta con todos sus primos y compañeros del colegio. Marilus se encargó de todos los detalles porque ellos estaban demasiado ocupados para hacerlo.

La pequeña preguntaba por ellos seguidamente y no obtenía respuestas. En la mañana le habían prometido que llegarían, pero terminó la fiesta y eso nunca pasó.

Días después, Alain fue a la habitación de sus padres para pedirles que la acompañaran al colegio.

─Papás, ¿me pueden acompañar al colegio?─ preguntó la pequeña con la cabeza gacha.

─¿No te cansas de molestar, mocosa? Ya deberías estar a kilómetros, no aquí despertando a los que si trabajan.─ respondió su padre fastidiado.

¿Cómo es posible que la trate así? Es solo una pequeña.

Es...que... mis compañeros me molestan y me pegan.

─¡Pues aprende a defenderte y sal de mi vista!─ la pequeña se asustó con los gritos de su padre y salió corriendo en busca de su nana.

Esta niña no lograba acaparar la atención de sus padres. Nunca la llevaron al colegio, siempre lo hacía la niñera y la recogían los choferes de la casa.

Para ella todo era difícil, no sabía cómo manejar las situaciones y aunque la persona que habían asignado para cuidarla no la dejaba sola, Alain nunca le contaba nada.

Era una niña sumamente hermosa, tenía un largo cabello negro y ojos azules. Siempre fue callada y no tenía muchos amigos, pero obtenía las mejores calificaciones.

Todos los días sus compañeros le hacían Bullying, ella intentaba hablar con sus padres, pero en escasas ocasiones les veía. La maestra la enviaba a psicología porque era muy callada y solitaria, pero las terapias no le ayudaban en nada.

Con frecuencia citaban a los señores Ferrety Sotomayor, pero estos nunca iban, se excusaban tras el trabajo.

Al cumplir los once años, Alain fue enviada a casa de su tía Claudia de forma permanente, solo veía a sus padres y a la niñera en épocas navideñas y de vacaciones escolares.

Para cuando regresó estaba a punto de cumplir sus diecisiete años. Ya no quería vivir con su tía, necesitaba a sus padres quienes habían estado ausentes en todo ese tiempo, quería los concejos de su madre y aunque pareciera extraño, añoraba los regaños de su padre.

Ahora se cambiaría al instituto de su ciudad natal y aunque no tuvo amigos en el anterior, sus primas siempre la acompañaban y ahora estaría sola.

Tendría que salir de cara al mundo, conocería a nuevas personas y esa idea no le agradaba para nada. Era una chica insegura, llena de miedos, con muchos problemas emocionales y guerras que peleaba contra sí misma, pero tenía "un espíritu inquebrantable".

Al llegar de New York fue a ver a sus padres a la empresa bajo la custodia de Taylor, uno de los guardaespaldas de la familia.

Les pidió que la llevaran al instituto al menos el primer día, que llamaran de vuelta a la nana Marilus y que pasaran más tiempo con ella, a lo que sus padres se negaron.

Elain le dejó muy claro que las empresas no se encontraban en su mejor momento, por lo que tenían que trabajar tiempo completo para poder mantenerlas.

Aunque había crecido sin el apoyo de sus padres, sin sus consejos ni atenciones, Alain nunca bajó la guardia con sus calificaciones, siempre fue una excelente estudiante y la más destacada de su clase.

El cambio de instituto sería una nueva etapa en su vida, se enfrentaría a muchas cosas y se mudaría al mundo de la adolescencia.




















El cambio de instituto sería una nueva etapa en su vida, se enfrentaría a muchas cosas y se mudaría al mundo de la adolescencia

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La vida de una adolescente ✓ [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora