Extra 1: Caminemos sobre el lago congelado

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El auto se agitó y JiMin también. YoonGi lo sostuvo fuerte para que su compañero no se golpeara por accidente.

La cara de su novio estaba descansando sobre su hombro. Debía estar babeando un poco su ropa, pero al pingüino no podía importarle menos. JiMin siempre dormía como un bebé cuando viajaban y él estaba feliz por volverse la almohada personal de un hombre tan guapo.

—Estamos por llegar —TaeHyung le avisó demasiado alto para su gusto, como para el del humano dormido.

Como YoonGi predijo. Su compañero se removió y se apretó más fuerte contra su cuerpo. Ese era el movimiento que solía hacer al despertar. Antes de abrir los ojos, JiMin lo buscaba a ciegas por todo el colchón para asegurarse que el cambiante siguiera ahí.

—Tengo mala suerte. Lo primero que escucho al despertar es la voz de alguien horrible —murmuró JiMin con la boca pastosa y levantándose con lentitud.

YoonGi se rio. Mirando a su compañero luchar contra sus propios párpados.

—Ni si quiera estás despierto, y ya estás peleando con TaeHyung. —JiMin le sonrió adormecido, haciendo que el estómago de YoonGi se apretara. Él era el hombre afortunado que podía mirar la cara hinchada del humano al despertar o escuchar sus suaves ronquidos durante la noche.

Cariñosamente su novio se inclinó para dejar caer un beso rápido en su nariz. Viéndose despierto por completo y radiante como siempre.

—Yo no estaba haciendo nada. —Buscando probar su punto, el humano pestañeó inocentemente. Un instante después su expresión se volvió agria antes de hablar con el oso polar—. ¿No chocaste mi coche mientras estaba dormido o algo así, TaeHyung?

Cruzó los brazos sobre su pecho y levantó una ceja. YoonGi reconoció que eso era una postura amenazante.

Fue todo un problema que JiMin le soltara las llaves a TaeHyung para conducir rumbo a Yejong. No paraba de decir que eso eran vacaciones para su pareja y él, sin osos horribles. Al final, el cambiante de pingüino pudo sobornarlo con besos largos durante el viaje.

—Lo habría hecho con gusto.

El pingüino sacudió la cabeza con desaprobación. TaeHyung y JiMin no tenían remedio.

—Basta, ustedes dos.

—Soy inocente, bebé. —JiMin extendió la boca en un puchero muy triste y si no fuera porque YoonGi lo conocía no habría adivinado que estaba tratando de salirse con la suya—. No me gusta TaeHyung. Sé que es tu mejor amigo, pero no me agrada. ¿No quieres tener otro? Puedes tener a SeokJin Hyung si quieres.

Mientras TaeHyung estacionaba el auto se volvió hacia los asientos traseros y maduramente le mostró la lengua a JiMin.

—Oye, si quieres a YoonGi me quieres a mí. ¿Lo entiendes? Somos un paquete de dos por un uno.

JiMin miró a su novio con los ojos entrecerrados y finalmente lo aceptó con un suspiro de derrota.

—Algún defecto debías tener, bonito. —Era bastante ridículo que YoonGi se sintiera conmovido por una declaración así, pese a eso sonrió ampliamente—. Creo que estoy dispuesto a pagar ese precio.

Dejó que su novio le acariciara la mejilla. Los dedos de JiMin siempre lo tocaba con adoración. Lo hacía sentir como si valiera un millón de dólares.

—Eso es bueno. —Se escuchó decir a la lejanía. Toda su atención estaba acumulándose en el rostro de su novio que se acercaba, el paisaje que más le gustaba desde que tuvo su primer beso. Cerró los ojos despacio, esperando la sensación de los labios de JiMin en los suyos.

Amor de pingüino [YM/JS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora