Rumbo al clima glacial

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Tres estilistas estaban cepillando los blancos cabellos de TaeHyung, mientras el chico oso no dejaba de hablarle al cambiante pingüino animadamente.

Podría parecer mucha gente preparando a un solo modelo para unas cuantas fotos al aire libre. El pingüino sabía mejor que nadie cuán duramente estaban luchando esas chicas para controlar al oso polar.

—Así que le dije a HoSeok que debería intentar un nuevo estilo para las nacionales, porque calificó con un estilo mariposa y...

YoonGi sintió verdadera pena por las tres chicas. Correr detrás de su amigo como una pelota de energía no siempre era lo más divertido.

—Tae, mantente quieto —le recordó en voz baja.

—Oh, sí, perdón. —TaeHyung se disculpó con la estilistas y trató duramente de quedarse quieto. Su esfuerzo apenas duró medio minuto, pronto regresó a contarle como HoSeok estaba triunfando en las competencias y a sacudir todo el cuerpo. YoonGi dejó de escucharlo del todo en algún punto, sus pensamientos rebotando hacia un humano con tinte cobrizo—. No estás escuchando.

—Síp, lo hacía. —A medias, en realidad. Porque cuando se centró de nuevo en la charla, las estilistas habían terminado con su amigo y el trío no estaba más—. Felicita a HoSeok por mí.

Su amigo oso polar estudió su sonrisa.

—Algo huele raro en ti. —Su acusación vino acompañada de una olfateada sin discreción—. Además de que apestas a humano.

YoonGi se sonrojó, apartando la mirada.

—Um, ¿humano? Supongo que es por JiMin.

Él era tan malo hablando casualmente de algo que lo ponía nervioso.

No había forma de contarle tranquilamente la forma en que JiMin le sostuvo el rostro y lo besó profundo contra un muro, presionando todo su firme cuerpo. Sus labios quedaron hinchados y sensibles después de que el humano terminara con ellos.

Su cara se incendió ante el vivido recuerdo de sensaciones y sintió a su pingüino abarcando gran parte de su mente, aleteando como un pingüino bebé. Todas las señales que enviaba eran de pura felicidad.

Por supuesto, era un manipulador. Finalmente estaba teniendo lo que quería.

—¿Estás ocultándome algo?

TaeHyung apuntó astutamente. Era su mejor amigo, era evidente que lo descubriría tarde o temprano.

—¡N-no! —Intentó asegurarle con normalidad, por desgracia el tono de su voz se agudizó hasta que se volvió demasiado similar a un graznido. TaeHyung olió fácilmente su débil mentira y estaba por acusarlo cuando el deber llamó.

El pingüino fue salvado por la voz ansiosa del fotógrafo, dirigiéndose hacia el oso.

—¡TaeHyung-ssi, ven aquí!

—¡Voy! —gritó en respuesta— Iré a tomarme un par de fotos y entonces vas contármelo.

Lo apuntó con dedo seguro para firmar su amenaza antes de correr hacia el hombre con una cámara.

—No hay nada que contar —YoonGi se quejó bajito, torciendo la boca.

Evitó pensar en cómo TaeHyung lo tomaría, si supiera que JiMin puso su lengua en su boca y le susurró lo precioso que era entre suspiros.

Seguramente la idea no le gustaría. La rivalidad entre el oso y el humano podría tomarse entre dos dedos y cortarse con unas tijeras.

Se encogió con incomodidad, prefiriendo mirar a TaeHyung hacer lo suyo. No existía mejor modelo que el oso polar para soportar el frío en las camisas delgadas de diseñador y seguir sonriendo tan apuestamente. Sobresalía entre todos los demás.

Amor de pingüino [YM/JS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora