El papá de YoonGi esperó pacientemente a que el humano pudiera salir del estado de sorpresa. Tardó un poco más de lo que pensó.
—No, no lo estoy —JiMin tartamudeó, sonrojándose.
JunSeo sonrió más amplio. Como si él no fuera lo suficiente mayor para saber cuándo había algo más que una simple amistad.
—No está bien visto mentir, mucho menos a un adulto —dijo con paciencia dejando su taza sobre la mesa. Podía distinguir la incertidumbre parpadeando en la mirada del humano—. ¿Vas a negarlo otra vez?
—Puede, que YoonGi me guste un poco.
Atrapando su labio inferior entre sus dientes, JiMin se alzó de hombros. Tratando desesperadamente de fingir que no era más que una suave atracción.
—¿Un poco? —preguntó sonriendo.
—De acuerdo, usted gana. YoonGi me gusta bastante —confesó bochornosamente.
—Esa es la honestidad que me gusta.
Podía ver claramente al humano luchando contra su propia vergüenza antes de hablar.
—¿Cómo... Cómo lo supo?
—Me he esforzado mucho para no escuchar sus conversaciones —aclaró JunSeo logrando que JiMin levantara una de sus dos cejas igual a un signo de interrogación en su expresión—. Desgraciadamente tengo ojos y puedo mirar.
—¿Se refiere a que nos vio... Abrazándonos?
Había un ligero pánico atascado ahí y toda la cara de JiMin se volvió más roja de lo que era antes. Qué curioso, ese color no era cosa de la temperatura que los resfriados traían.
—No, eso no fue lo que te delató. Creo que dices mucho con tu mirada.
—¿De qué habla?
Existía alguna frase en algún libro, que decía que los ojos no sabían guardar secretos. Era un refrán que aplicaba perfectamente para los cambiantes. Cuando pasaban por situaciones que los sacaban de su mente, el color del iris se intensificaba con el sentimiento.
Los ojos de JiMin no hacían un cambio de color. Pero brillaban cegadoramente para una sola persona.
—Miras a mi hijo como si él sostuviera la luna.
JiMin hizo un sonido angustioso, cubriendo con sus manos su rostro.
—Demonios, esto es tan vergonzoso —gimió apenado—. No sabía que era tan evidente.
JunSeo tuvo que reprimir una risa o haría sentir al humano más avergonzando.
—No tiene que darte pena querer a alguien. —Bebió de su taza—. Es encantador que un chico esté interesado en YoonGi con esa intensidad.
A papá pingüino le preocupó mucho tiempo que YoonGi nunca encontraría alguien para amar, su hijo favorito era lo suficiente torpe socialmente para no captar cuando un chico gritaba cumplidos para él.
Se daba cuenta que estuvo equivocado, YoonGi logró atrapar a JiMin y parecía lo suficiente perdido por él para no huir de una charla con su padre.
Alejando las manos de su rostro, el humano hizo el amago de sonreír hasta que recordó algo y su boca tembló. La mirada cayendo sobre el contenido del té.
—Pero no importa, no soy su compañero real. Sólo un capricho.
JunSeo acercó su taza a sus labios, le habría dicho a JiMin que bebiera para aliviar el dolor de ese pensamiento pero tenía que disculparse primero.
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Amor de pingüino [YM/JS]
Hayran KurguMin YoonGi es un adorable cambiaformas de pingüino, demasiado preocupado. Su especie es conocida por vincularse con una persona de por vida y es desalentador que su gordito animal interno eligiera caprichosamente como candidato al humano, Park JiMi...