Apagué nuestra calefacción

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Lo primero que YoonGi leyó al entrar en Seúl fue un mensaje de su jefe de editorial, diciéndole que trajera su culo de cambiante de regreso a la oficina. Había nada de personal gracias al invierno y le importaban nada sus vacaciones, lo quería ahí.

No tuvo el suficiente tiempo de desempacar. Simplemente se vistió con una de sus camisas de botones, su portafolio de trabajo y salió de su departamento.

Ignoró la puerta de JiMin, sabía que el humano no se encontraba dentro. Todo estaba en un abrumador silencio.

YoonGi aplastó los labios y siguió adelante en el pasillo de los condominios. Aunque le gustaría caminar para sentir el invierno en su piel, llegaría tarde esta forma. Por lo que consiguió un taxi a su trabajo.

Tal vez ir a la editorial era lo mejor, podría vaciar su cerebro un poco. Lo encargarían de corregir documentos de más de quinientas páginas y estaría muy ocupado tratando de encontrar el lugar adecuado para colocar los puntos y comas.

Eso fue exactamente lo que su jefe le pidió cuando llegó al edificio de correcciones, después lo regañó por un insignificante retraso.

—Estás aquí, cinco minutos tarde.

Le gruñó su superior. Era un viejo humano impuro, lo que quería decir que tenía sangre de híbrido viniendo de alguna parte de su árbol genealógico. No como JiMin, él no tenía una marca de otro animal en toda su sangre.

YoonGi se inclinó para darle una profunda reverencia y después lo siguió por el pasillo lleno de cubículos. Asegurándose de caminar detrás de él, para que no observara su extraño balanceo al caminar.

—Lo lamento, sabe que pedí un permiso para permanecer fuera de la ciudad durante mi temporada de apareamiento.

—¿Para eso era? —Su jefe abrió sus ojos con la alarma encendiéndose en ellos. YoonGi evitó hacer una mueca grosera, él recibió el permiso para irse de vacaciones, pero era claro que su superior no se encargó de autorizarlo— ¿Eres peligroso ahora mismo?

—No, mi temporada terminó —resumió con su voz apagada.

Sería imposible intentar explicarle la manera en que su celo se apagó después del rechazo de JiMin. Simplemente pasó y no era algo que su jefe entendería.

Su pingüino no tenía ánimos para tontear ahora que su potencial para pareja lo negó.

—Más te vale, si haces un movimiento extraño voy a sacarte de aquí. ¿Oíste bien, pájaro?

—Sí, señor.

Era un ave, no un pájaro. Presionó sus labios, muy fuerte para no dejar escapar un sonido agudo de ofensa.

Entró en el cubículo que usaba eventualmente cuando no podía trabajar en casa. No tenía decoraciones en él.

—Que bien que lo entiendas —se burló. YoonGi se sentó en su pequeño escritorio, ampliando los ojos cuando una enorme pila de papeles le dio la bienvenida. Todos los documentos apilados eran más altos que él—. Empieza por estos, después puedes dárselos a tu compañera para que los transcriba. Más vale que sea hoy.

Con un suspiro, YoonGi tomó un lápiz y empezó por unas hojas del inicio. Antes de que su jefe se fuera, tuvo presente su estrecho salario que tenía que estirar para que alcanzara la comida y su pago mensual de su apartamento.

Tenía que preguntar.

—Uhm, ¿me, me pagará estas horas extra? —preguntó nerviosamente, ladeando la cabeza.

Si jefe amplió sus ojos con humor.

—¿Qué te hizo pensar eso?

—Uhm, bueno, yo pedí un permiso de descanso hasta la siguiente semana. —Las vacaciones para las temporadas de apareamiento eran un derecho obligatorio para todos los cambiantes, YoonGi ni si quiera debería estar explicándole eso—. Y usted me está pidiendo trabajar fuera de mi horario.

Amor de pingüino [YM/JS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora