La Psicóloga de El Soldado del Invierno

2.- Ayuda.

Alena se pasó toda la noche estudiando al Soldado, tan así, que cuando se sintió cansada se fue a la cama y se llevó un par de hojas para seguir leyendo, en un momento su vista no le permitía seguir , el cansancio en su cuerpo, el dolor en su corazón la vencieron y se durmió, plácidamente.

Alena soñó con el rostro del soldado, pero no podía ver expresión, sólo imágenes de este en las misiones que le encomendaban en Hydra, con su brazo de metal y su melena larga, Alena podía ver cuando le borraban la memoria, cuando le decían las palabras para programar al soldado, ella solo veía a una máquina, no podía ver a una persona.

A las 8 am en punto un soldado golpeó la puerta de Alena y está saltó de la cama aún con la ropa del día anterior. El soldado entró y Alena salió de la pequeña habitación a la oficina, era Karpov, detrás de él entraba un soldado con el desayuno.
— ¿Dormiste?— Le preguntó. Ella solo envolvió su cuerpo con las manos y miró al suelo.
— Come, hoy tendrás una cita con la muerte— Le dijo riendo.
Alena lo miró de golpe con miedo, pero no se atrevía a preguntar porque, en el fondo ella sabía que Karpov se refería al soldado del invierno.

— Hoy te traerán nuevos lentes, útiles de aseo personal, ropa y zapatos... necesitas algo más?— Alena se atrevió a hablar y dijo.
— Ver a mis padres...— karpov giró sus ojos y suspiro en desagrado. Se acercó con furia a Alena, la afirmó de los delgados brazos y la movió con fuerza.
— Quieres ver a tus padres!?, eso quieres!?— Alena se quejó de dolor mientras comenzaba a llorar.
Karpov la empujó a un estante que había atrás de ella, Alena azotó su diminuto cuerpo y él le dijo.
— Te mostraré lo muerto que están tus padres... TRAIGANLO!— gritó karpov.

Alena sintió miedo, ¿a quién iban a traer?, ¿a caso al soldado?, ¿qué le iban a hacer?.
— Lamentarás haber insistido Alena—. Amenazó Karpov. En eso entran 2 soldados con un televisor y un reproductor de VHS.
Alena miraba atenta y con miedo a todo lo que ocurría. Karpov tomó el control remoto, encendió la televisión y la cinta comenzaba a rodar.

Era su casa, ¿cómo podía ser posible?, Alena no entendía como las cámaras habían llegado ahí.
—... ¿sorprendida?...— Le dijo Karpov. Ella miró con atención las imágenes. Habían cámaras en toda su casa.
— Instalamos estas cámaras hace meses, desde cuando decidimos que tú serías parte de Hydra, así que te espiamos. Sabíamos que nunca te ibas a enterar de la existencia de las cámaras, eras muy ingenua y estupida...— Alena llevó una mano a la boca y la otra al estómago, vio en la pantalla la fecha de cuando la secuestraron y supo que pasaría. Cerró sus ojos y se giró, Karpov la tomó con fuerza, puso su cara en la pantalla y la obligó a mirar.

Dos soldado entraron a su casa y sin tanto trámite le dispararon a sus padres quienes dormían esperado la llegada de su hija, sus padres fueron asesinados por los soldado de Hydra. Alena al ver esto comenzó a gritar de dolor,cayó de rodillas al piso y comenzó a murmurar.
— ¿Por qué?... ¿por qué hicieron esto?—. Karpov solo estaba ahí de pie con los brazos cruzados.
Alena lo miró e insistió.
— ¿Por qué hicieron esto!?— en respuesta, karpov giró sus ojos y rascó su frente.
— Sabes, llevas recién 2 días y ya eres un dolor de cabeza, si sigues con esa actitud tendré que matarte...—

Alena estaba completamente rota y lo que más deseaba en ese momento era morir, pero el dolor le causaba mucho miedo. Así que solo miró al piso y siguió llorando.
Karpov chasqueó los dedos para que se llevaran la televisión, escupió el piso, al lado de ella y salió.
Alena se abrazó en el piso, llevó sus rodillas al pecho y lloró en el frío y húmedo lugar que la acompañaría quizá por cuánto tiempo, le dolía el corazón, le dolía el estómago, le dolían sus ojos, le dolía todo su diminutos ser. No podía creer lo que estaba viviendo, ¿por qué la vida ha sido así con ella?.