La Psicóloga de El Soldado del Invierno

60.- El Soldado del Invierno Volvió

Hydra Finalmente fue derrocada y todos quienes estaban prisioneros obtuvieron su libertad. Arrancaron a distintos lugares, a esconderse de la sociedad, suena irónico saber que eres libre, pero que serás siempre un fugitivos de la justicia y jamás podrás caminar tranquilo por la calle.

A Alena eso no le importaba, estaba decidida y enfocada en buscar a James, por donde sea, si debía viajar a otro país lo haría, ella debía encontrarlo, volver con él, sentir su olor , besar sus labios otra vez, sentir sus manos, su cuerpo.

Paso el tiempo, Alena y el doctor Ivanov vivieron un largo tiempo juntos como refugiados en un hogar junto a Alphine, fingieron ser padre e hija que habían escapado de su país buscando una vida mejor. A pesar del tiempo, Alena continuó su búsqueda sin éxito, pero no decantaba su entusiasmo y enfoque.

Tenía una cama, comida a diario, un techo, vivía con Alphine y la única persona que le prestó ayuda en los últimos momentos más difíciles de su vida, Ivanov. Pero para ella no era suficiente, ella necesitaba a James.

Al cabo de 1 año, al doctor Ivanov le diagnosticaron cancer, para Alena, quien se había encariñado como si realmente fuera su padre, fue devastador, temía que Ivanov no resistiera lo suficientemente y muriera antes de tiempo. En la casa de acogidos le prestaban la ayuda suficiente e Ivanov ya era un hombre viejo, retirado, solo y (finalmente) libre de Hydra, él se sentía preparado para lo que la vida quisiera hacer con él, pero Alena, Alena lo necesitaba, era lo único que le quedaba, así que decidió poner en pausa su búsqueda y se enfocó en el hombre que le salvó la vida.

Durante 1 año Alena se dedicó a cuidar y consentir al viejo y enfermo Ivanov, juntos recordaban momentos que vivieron en Hydra, cuando ella llegó, cuando llegó él, cuando llegó Alphine, lo cruel que era el lugar, reían, a veces lloraban recordando cosas, pero ese año, fue el mejor año para Ivanov, el mejor año en décadas.

Un día, mientras cenaban en el casino del hogar, Alena ocupada dándole de comer en la boca al cansado Ivanov quien ya casi no tenía fuerza para afirmar una cuchara, escuchaban la televisión, pudieron estar viendo, pero estaban más concentrados en la comida, así que solo su audición estaba pendiente de la TV.

—"...En CLEVELAND, OHIO fue encontrado el cuerpo del ex agente de Hydra Vasily Karpov. Según las autoridades, vecinos escucharon un choque fuera de la casa en donde vivía Karpov, viendo entrar y salir a un hombre..."—

Alena, al escuchar ese horrible pero al mismo tiempo esperanzador nombre, se paró de golpe, haciendo que la cuchara que iba dirigida a la boca de Ivanov cayera al plato, generando un ruido en el silencioso casino, llevando todas las miradas a ella.

— Súbanle— dijo firme, acercándose al televisor.

Una enfermera se acercó preocupada.

— Alena, te encuentras bien?— Los ojos de Alena estaban hipnotizado con tremenda información, haciendo que ignorara por completo cualquier otra voz a su alrededor.

— Alena...— insistió la enferma tocando el hombro de esta.

Alena saltó de golpe asustada, miró a la enfermera con sus ojos aguados y asintió.

— Si, lo siento, él... él se parecía a alguien que... que yo recordé...— mientras secaba sus lágrimas.

— Está bien, ve a ver a tu papá que está preocupado...— Alena aún ida no entendía a qué se refería la enferma. Pensó en su mente (-...papá?...-) Miró con extrañeza hacia donde apuntaba la enferma y recordó la gran mentira que tenían ella e Ivanov.

— Oh, si, lo siento, me desorienté...— dándole una pequeña y fingida sonrisa a la enferma, alejándose de ella para llegar donde su supuesto padre.

La enferma extrañada de la actitud de Alena, se quedó mirando la situación. Alena se acercó al oído de Ivanov, tomó la silla de rueda y se lo llevó. La enferma solo hizo un gesto en negativa y dijo:
— La juventud...—

La cabeza de Alena no podía analizar lo que había visto, necesitaba más información, así que se llevó a Ivanov a la habitación, intento explicarle todo, este lo entendió, sintió miedo, Alena lo tranquilizó.

— Ey!... tranquilo, no pasa nada, Karpov murió...—
— Y Si... y si quién lo mató viene por nosotros?— dijo Ivanov. Alena lo pensó por un momento, pero en su mente no encontró nadie que quisiera venganza directa con ellos.

Después de un rato, sin poder conciliar el sueño, la chica se acercó a la sala de computación, necesitaba buscar la noticia con más información, pero lo único que encontró en todas las páginas, era "noticia en desarrollo", esa noche no durmió pensando en lo cerca que podía estar de James.

Al otro día, Alena y el doctor Ivanov se fueron al casino para desayunar, pero cuando llegaron vieron que todas las personas allí , estaban cerca del televisor, lamentándose.

Alena dejó a Ivanov en uno de los puestos y se acercó, cuando miró el televisor su sangre de congeló, sus piernas no la sostuvieron, pero antes de de caer, se afirmó de una mesa, respiro profundo y se convenció que la explicación que tendría que dar iba a ser mucho más peligrosa que aguantarse un desmayo.

A penas se sentó, temblando, sudada, llorando el silencio, sin poder creer lo que sus ojos venían y sus oídos escuchaban.

—... identificado como James Buchanan Barnes, conocido como  "El Soldado del invierno" es ahora un fugitivo de la justicia luego de haber atacado la charla de la organización de las Naciones Unidas con el Rey de Wakanda dándole muerte inmediata a este...—

Alena cerraba y abría sus ojos mientras veía aquella noticia, miraba a su alrededor, como la gente murmuraba aterrada por aquella noticia, miraba a Ivanov quien no entendía bien que pasaba, sentía sus latidos en su garganta, solo pensaba en James, su James, volvió, ahí está, está vivo, existe, es real, existió realmente, no fue un sueño, donde está, porque está en la televisión, que hizo y de repente, Alena volvió a la realidad.

James fue acusado de asesinar al rey de una nación, siendo El Soldado del invierno.

Volvió a ponerse de pie, se acercó a la televisión y escuchó con claridad todo, pero no dijo ni una sola palabra. Alena estuvo esperando este momento por 2 años y finalmente, su plan recién comenzaba.