9.- Histerectomía.

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Oye, antes que se vayan a leer díganme de que lugar del mundo me leen. Por las cosas que me escriben me imagino que son de Mexico o Argentina, yo soy de Chile 👉🏼👈🏼 coméntenme aquí de donde son💕💕.

                                     🦾

Esa noche Alena se sentía fatal. Recordaba la pelea y lloraba, la unica vez que peleó en su vida fue cuando tenía como 10 años con una compañera de colegio. Esto era, casi nuevo.

Ella estaba acostada en su cama llorando en silencio y James estaba sentado al lado consolándola. Acariciaba su espalda mientras le hablaba.
— Tranquila preciosa... ya pasó, está todo bien...—
— ¡¿Pero si la matan por mi culpa?! — Decía y luego volvía a llorar.
— No la matarán Alena....— James se acomodó al lado de ella y le dijo.
— Ven, recuéstate en mi brazo...— Alena se giró
Y acomoda su cabeza en el brazo derecho de James. Él acarició su rostro con su mano de metal, estaba helada y Alena tuvo un escalofríos.
— Está helada...— Le dijo. James sintió vergüenza y se disculpó.
— Lo siento— para luego sacarla. Pero Alena le tomó la mano y volvió a ponerla en su rostro. James sonreía y volvía a acariciar su mejilla.

La chica estaba tan cansada de llorar, que se durmió completamente en el brazo de James.
Este se quedó ahí, con el brazo acalambrado, pero aguantaría cualquier cosa con tal de tener esa vista.

James miró a Alena por varios minutos antes de dormirse, la encontraba perfectamente hermosa. Comenzó a imaginarse una vida con ella, quizá salir de ahí, buscar un lugar donde vivir y estar juntos por el resto de lo que le quedaba de vida. Pero volvió a la realidad y él estaba convencido que esa vida no era para él, así que, al rato Cerró los ojos y se durmió.

Al otro día Alena despertó primero, pues ella se había dormido mucho antes que James. Escuchó un ruido y era un tenue ronquido de James, pero lo sentía muy cerca. Luego sintió un metal pesado encima de su muslo, no entendía, hasta que recordó cómo se durmió ayer y echó un vistazo. La mano de metal de James afirmaba un muslo de Alena, por encima de la ropa de cama. La chica sonrió y solo se quedó ahí, decidió mirar el rostro de James.

No podía creer lo hermoso que era, sus facciones varoniles y bien marcadas. Su cabello largo y sedoso, sus labios, labios que la besan todos los días. James abrió lentamente los ojos y le dijo.
— ¿Que me miras...?— Alena rió tímida y respondió.
— Estaba esperando que me soltaras para ir por el desayuno ...— James miró el cuerpo de Alena y se fijó que agarraba su muslo. La sacó rápidamente y se disculpó.

— Lo siento Alena, yo no me di cuenta— Alena sonrió y respondió.
— Tranquilo, solo estaba ahí...—.
Alena se duchó rápidamente y fue por desayuno, cuando venía de vuelta a la celda se escuchó a Karpov hablar por los parlante de los pasillos.

Atención a todas las mujeres de la base (eran como 4).  A las 16:00 deben estar en enfermería con el doctor Ivanov, es de suma importancia que asistan, de lo contrario los soldados irán a sus celdas...—

Alena apuró el paso frunciendo el ceño. Cuando abrió la puerta estaba James con la
Misma expresión.
— ¿qué ocurrió ?— Le ayudó con las cosas y Alena respondió.
— No lo se, quizá se hablará sobre lo que ocurrió anoche con Nika—. Alena recordó lo de anoche y se sintió triste.
— Tranquila... ya pasó lo peor... ven, tomemos desayuno—. James la tomó de la mano y le acomodó la silla.

Tomaron desayuno, Alena comenzó a hacer el reporte diario de las sesiones de James, cada vez le era más difícil escribirlo, al tener una "relación", sus sentimientos se metían en cada palabra que escribía. Luego James le pidió ir a entrenar un rato al gimnasio.

La Psicóloga de El Soldado del Invierno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora