52.- Soy Alena

282 32 1
                                    


En cuanto apretó el botón rojo, la cámara comenzó a subir lentamente de temperatura, todos estaban expectantes y algunos doctores se acercaron a chequear los signos vitales de James.

— Estable— informaban y Alena solo miraba fijamente a la cápsula, esperando que el hielo se derritiera y por fin ver el rostro de James.

Después de algunos minutos de completo silencio, sólo escuchando los sonidos de la cámara, el hielo había desaparecido por completo y Alena se encontraba con el rostro dormido de James, se acercó más y no podría creerlo, ahí estaba, su rostro no había cambiado, era el mismo rostro de hace 5 años atrás. Alena no podía con la emoción y lágrimas caían de su rostro junto con un suave sollozo.

— ¿Todo en orden?...— preguntó Malik a Ivanov.
— Todo en orden señor, sus signos vitales estan estables...— respondió mientras anotaba un par de cosas.

— ¿y en cuánto tiempo despertará?...— preguntó Pierce.
— Emm... tal vez.. en unos 15 minutos, media hora como máximo... no fueron muchos años congelado, así que no debería tardar...—

Alena escuchaba todo mientras sus ojos no se despegaban de James. No podía creerlo, ahí estaba, deseaba tanto que él despertara y poder abrazarlo con fuerza, deseaba tanto escuchar su voz, mirar sus ojos.

En eso, sus pensamientos fueron interrumpidos por Ivanov.
— Ok, traigan la camilla y llevémoslo a mi oficina...— Alena secó sus lágrimas y miró al doctor, este le dio una sonrisa y le dijo:
— Tu vendrás conmigo...—

A los pocos minutos algunos doctores llegaron con una camilla, entre 4 tomaron el cuerpo dormido de James y lo acostaron para luego llevarlo hasta la oficina del doctor Ivanov.

De camino, Alena tomó la mano humana de James, estaba muy helada.
— Está helado...— dijo preocupada mientras caminaban por lo largos pasillos.
— si tranquila, es normal— respondió Ivanov.

Alena afirmó con fuerza la mano de su amado y la besó. su cabello estaba húmedo y sus ojos aun cerrados, Alena observaba los labios frío de James y deseaba con fuerza hundirse en ellos.

Finalmente llegaron y el doctor pidió 2 enfermeros y Alena, nadie más. Malik y Pierce dejaron que los doctores hicieran lo suyo, así que se fueron a sus oficinas esperando noticias.

— debemos quitarle toda la ropa, sólo debe quedarse en ropa interior...— Dijo Ivanov mientras configuraba las máquinas que medían pulsaciones.

Alena tragó y sintió calor, hace mucho que no veía el cuerpo de James y era la única mujer en la sala, tomó aire y dijo:
— Yo lo hago, ayudenme...— los enfermeros comenzaron a ayudarla y Alena lentamente quitaba cada prenda del cuerpo de James.

Él era grande y robusto, sus brazos eran fuertes, su piel suave y blanca por la poca exposición al sol, sus manos parecían como si nunca hubiese trabajado, casi no tenía cicatrices en ellas.

Mientras Alena se ocupaba de eso, uno de los enfermeros tomó el brazo de metal de James y Alena lo interrumpió.
— No... yo hago eso...— rodeó la camilla y se acercó al frío brazo de metal.

Cundo finalmente quitaron sus prendas de arriba, Alena aguantó las ganas de tocar el torso de James, tragó cientos de veces, transpiraba y sonreía sola debes en cuando. Los enfermeros e Ivanov no hacían nada más que ayudarla, pues todo el mundo en esa base sabían de la historia del soldado del invierno y su psicóloga.

Luego Alena se acercó al cinturón que cubría la cintura de James, lo que afirmaba sus pantalones. Rápidamente intentó quitarlo para no hacer más incómoda la situación.

— Ok, aquí deben ayudarle porque el bello durmiente tiene un trasero muy grande...— vaciló y los enfermeros junto on Ivanov rieron.

Alena estaba muy feliz de saber que pronto James despertaría.

La Psicóloga de El Soldado del Invierno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora