La Psicóloga de El Soldado del Invierno

8.- Nika es un problema.

Hola bbs! Antes de leer aviso que ... en este capítulo hay violencia (suave) y algo de lenguaje explícito (muy nada) para que lo consideren si no les gusta leer ese tipo de capítulos.

No se olviden votar y comentar todo lo que quieran, me hacen inmensamente feliz 🥺💕

🦾

James al ser un soldado entrenado por años, le es inevitable despertarse temprano, así que a las 7 am ya está listo para comenzar su día.
Abrió los ojos y recordó a la hermosa chica que dormía al lado de él, en otra cama. Giró su rostro y ahí estaba ella, con su rostro hacia arriba, dormida completamente. James sonrió al saber que Alena estaba ahí y estaba dormida aún, eso quería decir que ella si había podido descansar.

se levantó con cuidado para no despertarla, se fue al baño, se dio una ducha, salió y Alena aún dormía plácidamente. se vistió, quedando sólo con pantalón, sin polera y su melena húmeda. Alena se movió e hizo un pequeño gemido, James se acercó a ella y le susurró.

— Alena... despierta...— Muy despacio.
Ella seguía durmiendo. James se quedó ahí mirándola, acarició su rostro suavemente, miró sus labios y pasó su pulgar sintiendo la suavidad de esos, corrió un mechón de cabello y Alena lentamente abrió los ojos. Cuando se dio cuenta que el soldado la miraba, la chica saltó de golpe quedando sentada en la cama.

— James! ¿Qué haces ?—. Él sonrió y se hizo hacia atrás.
Alena se perdió en él esculpido y húmedo torso que tenía frente a sus ojos, los abdominales del soldado estaban tan marcados que era casi imposible creer que eran reales. Luego bajó la mirada hasta sus oblicuos y tragó. James se agachó buscando la mirada de Alena con sus ojos entrecerrando.
— ¿Se le perdió algo, doctora?— Alena apretó los ojos y negó. James se largó a reír y se acercó a ella.

Alena tapó su cuerpo (que ya tenía un pijama) con la ropa de cama.
— Buenos días hermosa— Le susurró James y ella sonrió avergonzada.
— ¿cómo dormiste?—
— Bien— respondió ella.
— ¿Y tu?— él sonrió y asintió.
— Puedo abrazarte ...— le preguntó James.
— Eem... James, yo no, yo no me he aseado y, em... tú estás, húmedo, o sea digo, estás bañado y limpio y hueles bien...—
Para el soldado era tan fácil poner nerviosa a Alena y eso a él le encantaba.

— Ah! ¿Huelo bien?, ¿me oliste ?—  Alena corrió su cabello atrás de la oreja y miró hacia abajo respondiendo.
— No, yo no. Yo no te olí, yo sentí, sentí el olor a ... jabón...— Antes que terminara su explicación James envolvió sus brazos desnudos en el cuerpo de Alena.
— ...James...— Murmuró ella.
— Extrañaba sentirte Alena...— Él se alejó pero su rostro se mantuvo cerca de ella. Alena ya sentía calor al ver el cuerpo de James, así que decidió quedarse en sus ojos.

— ¿Te puedo besar Alena?...— La chica tímidamente asintió y James hundió sus labios en los de ella.
— Ok... me iré a duchar...— Le dijo Alena poniendo las manos en el pecho de James, intentando que este se corriera unos centímetros.

Las manos de Alena tocaron la piel de James y este casi enloquece. Ella iba a sacarlas y James se las tomó.
— No te vayas...— Alena lo miró extrañada
— no me iré, sólo me ducharé...—
— No saques tus manos...— Alena deseaba disfrutar esa acción y ese momento, pero Estaba demasiado nerviosa, así que no lo disfrutaba como era debido. Aún así, miró a James y después de varios segundos quitó sus manos.

James sonrió y Alena fue al baño, antes que cerrara la puerta James le dijo:
—... Alena...— la chica giró para mirarlo y él continuó.
— tengo hambre...—
— Ok, lo haré rápido...— James Sonrió y esperó a que la chica saliera de la ducha.