19.- En la Madrugada.

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Hola hola, hoy se viene capítulo intenso, así que prepárense, ustedes ya saben para que Jajaj y disfrútenlo .

No olviden votar y comentar bebes, me ayuda mucho para que el Fic sea leído por mas personas.

                                     🦾

Alena se despertó en la madrugada y comenzó a alistarse para visitar a James, estaba nerviosa, pero no quería hacerse tanta expectativa, pues aún quedaba mucho por sanar.

Salió de su oficina en silencio, caminó por los pasillos con cuidado y al llegar a la puerta de la nueva celda de James, está estaba sin seguro, así que solo entró.

Cuando lo hizo, se dio cuenta que solo una tenue luz que James tenía en su pequeña mesa alumbraba la celda, Alena cerró la puerta y se acercó lento, para no despertarlo de golpe.

Este dormía boca arriba, sus manos las tenía en su cabeza y sus codos descansaban en su almohada. Las ropas de cama solo tapaban su pelvis y piernas, mientras que su torso completo estaba desnudo.

Alena tragó nerviosa y acalorada. Miró el rostro de James y este estaba de lado, haciendo que pudiera observar su hermoso perfil. Su melena tapaba parte de sus ojos, pero ella se fijó solo en los labios, los labios de James eran tan suaves, tan adictivos, que deseaba con todas sus fuerzas poder besarlos nuevamente.

La respiración de Alena se había vuelto irregular, pues estaba nerviosa y acalorada, para no seguir así decidió despertarlo.

—...James...— Susurró. Pasaron unos segundos y este no despertaba.

— James...— Fue un susurro más alto, pero nada.

Alena acercó lento su mano a la piel de James para despertarlo, los latidos de Alena se aceleraron y Justo cuando sus yemas lo tocaron, James le agarró la mano con fuerza asustado.

Alena rápidamente dijo afligida .
— Soy yo—. James soltó de golpe su mano y se paró rápido. Alena dio un paso atrás y sobó su muñeca.

— Lo siento Alena... yo, me asusté...— susurró James. Alena bajó sus manos y se quedó mirándolo de frente.

James hizo silencio y se acercó a ella.
Ambos querían abrazarse con fuerza, devorar sus labios y acostarse por unos minutos aunque sea, pero sólo se miraron.

— Gracias por venir— susurró James.
Alena sonrió, miró el piso y james se derritió con la acción de esta.

— No aguanto— Dijo y se acercó de golpe a abrazarla con fuerza. Alena no alcanzó a decir una palabra cuando este ya la había afirmado y ella había quedado con su rostro en el cuello de James.

Alena rápidamente lo abrazó y ambos aspiraron sus olores, hace tanto que no disfrutaban un momento así.

Después de varios segundos alejaron sus rostros para mirarse. Alena estaba completamente nerviosa y con mucha ansiedad . James miró los labios de Alena, mientras que los de él vibraban por besarlos.

Alena estaba con su boca entreabierta, intentando respirar normal, pero la delataban su pulso, su respiración, sus mejillas ruborizadas, sus ojos brillosos.

De repente de golpe James hundió sus labios en los de ellas. Alena aspiró grande y James comenzó a darle un beso desesperado e intenso.

Él la afirmó de la espalda y Alena quedó con sus manos en el pecho de James, ambos cerraron sus ojos y la chica siguió el compás.

No podían creerlo, al fin, después de tanto tiempo, sus bocas volvían a beberse, Alena sintió tanta emoción, que algunas lagrimas salieron de sus ojos. Una de esas, rodó hasta sus labios y James pudo sentir el sabor a sal que estas tenían, se alejó y vio a Alena con el ceño fruncido, conteniendo sus lagrimas.

La Psicóloga de El Soldado del Invierno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora