𝐒𝐄𝐆𝐔𝐍𝐃𝐀 𝐎𝐏𝐎𝐑𝐓𝐔𝐍𝐈𝐃𝐀𝐃||𝐂.𝐇.

☂ Capítulo 2 | Temporada 1

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𝐒𝐄𝐆𝐔𝐍𝐃𝐀 𝐎𝐏𝐎𝐑𝐓𝐔𝐍𝐈𝐃𝐀𝐃 || 𝐂𝐈𝐍𝐂𝐎 𝐇𝐀𝐑𝐆𝐑𝐄𝐄𝐕𝐄𝐒

𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐃𝐎𝐒, 𝐓𝐄𝐌𝐏𝐎𝐑𝐀𝐃𝐀 𝐔𝐍𝐎:
╰┈➤ ❝ 𝐆𝐑𝐈𝐃𝐃𝐘'𝐒 𝐃𝐎𝐔𝐆𝐇𝐍𝐔𝐓𝐒 ❞

[𝐛𝐲 𝐜𝐞𝐥𝐞𝐬𝐭𝐞𝐡𝐚𝐫𝐠𝐫𝐞𝐞𝐯𝐞𝐬_]

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2001

Omnisciente:

—¡A que no me atraparás!— se burló la chica y comenzó a correr más rápido.

 Los dos niños se encontraban jugando detrás en el patio trasero de la academia. 

—¿Cómo de que no?— sonrió malévolamente el chico, se teletransportó frente a la chica y la atrapó. 

—¡Hey! ¡Eso es trampa!— chilló tirada en el pasto.

—Al menos te atrapé— rió Cinco para levantarse y darle la mano a Ocho, misma que aceptó y se levantó. 

Era un día nevado. Esto no era tan común, pues a penas era agosto.

Estaba por oscurecer. 

—¿Quieres ir por unas donas?— sonrió Ocho, esperando a que su amigo le correspondiera, además, sabía que Cinco amaba las donas con café. 

—Pero no podemos salir de la academia—comentó Cinco.

Eso era cierto, ellos no podían salir de la academia. Reginald era demasiado estricto con ello y ellos siempre estuvieron vigilados constantemente. 

Pero, a veces, él les daba permiso de darse una vuelta por la ciudad, pero este no era el caso, así que estaban atrapados en una mansión.

—Te puedes teletransportar, duuh— se burló la chica. 

—¿Con qué dinero piensas pagar?— Cinco se cruzó de brazos victorioso, pues sabía que era poco probable que Ocho tuviera dinero.

Reginald no les daba dinero. Así que, Ocho se las arregló para conseguirlo. 

—Le robé un poco a papá— se cruzó de brazos —debería cambiar la contraseña de su caja fuerte.

Cinco rió levemente y negó, esta vez no había tenido la razón. A él le molestaba no tenerla, pero él siempre fue más suave y gentil con Ocho que con el resto.

—Bueno, ¡vámonos!— sonrió el ojiverde. 

Agarró la mano de Ocho. La chica sonrió y el chico también. Finalmente, teletransportaron a Griddy's Doughnuts. 

Ambos pidieron lo mismo que piden cuando van con sus hermanos. Ellos iban frecuentemente cuando Reginald les daba permiso de salir.

—Gracias— Ocho recibió la bolsa de donas mientras Cinco recibía los cafés. 

Salieron de aquel lugar y se dirigieron al parque para comer esas donas tan deliciosas que habían comprado recientemente. 

—¿Te imaginas que papá no nos hubiera adoptado?— cuestionó la chica seguido por un sorbo del café. 

—No nos hubiéramos conocido si fuera así— suspiró Cinco mientras tenía la mirada perdida —y creéme que jamás me arrepentiría.

La chica asintió sonriente y luego alzó la mirada hacia las nubes que todavía se alcanzaban a ver por la pequeña luz tenue que el sol daba.