Otra vez no

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Habían pasado ya unas cuantas semanas. Carol y Marcos habían vuelto a casa, todo estaba tranquilo, habían detenido a Hugo, y todo el mundo estaba contento porque, a pesar del susto, Carolina y Valeria seguían con vida.

JM- Iván, ¿que haces?

IN- Darle el biberón a Elsa, pero no lo quiere, no se que pasa.

JM- Pues pasa que acabas de darle uno, normal que no quiera más.- dijo Julia sin entender porque Iván hacía eso.- No sé que te pasa últimamente, me estás preocupado, deberías ir al médico.

IN- Que no Julia, que son despistes, nada más, no te preocupes tanto.

JM- No sé yo.

IN- Que no me pasa nada, ya está.- dijo, aunque por dentro él también estaba preocupado.- Voy a dar una vuelta, ¿vale? Quiero que me de el aire.

JM- Vale, no tardes que enseguida vamos a comer.

IN- Tranquila, ahora vengo. Si tardo un poco no me esperes, vete comiendo tú.

JM- Vale.

IN- Adiós.

JM- Adiós.

Iván salió por la puerta, pero en realidad no iba a pasear o a tomar el aire, él iba directo al médico. Le estaba pasando lo mismo que en el Internado, tenía pérdidas de memoria, y lo que más le preocupaba, cada vez iba a más. Ni Julia ni nadie se estaban dando cuenta de lo que estaba sucediendo pero él sí, era el mismo sentimiento que sintió en el Internado, cuando estorbaba más de lo que ayudaba. Como la vez que Marcos casi muere por su culpa. Si en vez de bajar con él hubiera bajado con Julia o Victoria no hubiera estado el borde de la muerte. Y de esto no había pasado mucho más de un año y había vuelto a recaer gravemente, eso era lo que realmente le preocupaba, iba demasiado rápido. Por una parte estaba feliz de que no se estuvieran dando cuenta, pero por otra parte viendo cómo Julia había sufrido la vez que cortó
con ella por este mismo problema pero sin decirle la razón a ella, hacía que Iván necesitara contárselo todo para poder desaparecer de su vida tranquilo. Porque sí, iba a desaparecer de sus vidas, porque no podía someter a nadie a ese peligro, y menos a su hija con lo pequeña que era. Al fin y al cabo dentro de unos años todos le habrían olvidado y aprendido a vivir sin él, por no hablar de su hija, que ni se acordaría de él. Estos pensamientos le estaban torturando poco a poco, pero dejó de pensar en esto porque ya había llegado al hospital. Entró, se sentó en la sala de espera y esperó su turno.

Enfermera- ¿Siguiente?

IN- Soy yo.

Enfermera- ¿Usted tenía cita?

IN- Ehh, no.

Enfermera- Vale, pues le apunto ahora. ¿Cuál es su nombre?

IN- Iván Noiret.

Enfermera- Vale, pues pase a consulta.- Iván pasó y se sentó en la silla.- ¿Qué le pasa?

IN- Tengo pérdidas de memoria.

Enfermera- ¿Cuántos años tiene?

IN- 19, casi 20.

Enfermera- ¿Y ha tenido algún accidente o algo que haya podido producir este problema?

IN- No, no he tenido ningún accidente, pero hace poco más de 1 año que deje de tomar una medicina que me hacía perder la memoria. Cuando deje de tomarlas parecía que había vuelto a la normalidad y hace como 2 semanas que he vuelto a tener pérdidas de memoria.- la enfermera iba tomando apuntes en el ordenador de todo lo que decía Iván.

El Internado Laguna Negra (continuación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora