Hospital

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Narra Gustabo

Me dolía mucho la cabeza con pesadez abrí los ojos pero solo veía una brillante luz y un techo completamente blanco mi vista estaba borrosa, poco a poco fue aclarandose y logre ver mi brazo enganchado a varios tubos y supuse que estaba tumbado en una cama, me gire y pude ver que en la cama de alado habia otra persona... Yun. - ¿Gus estás despierto? - Segui  el sonido de la voz encontrándome con un Horacio con los ojos rojos eh imchados. - ¿Que pasa? - Que eres un idiota eso pasa.... - Me abrazo mientras lloraba. - Lo último que recuerdo es bajar del autobús y sentirme fatal. - Yun y tu tuvisteis una intoxicación por una bebida que tomasteis hos echo algo raro y en mal estado ... idiota no sabes lo asustado que estaba. - Estábamos.... - Me gire y vi a Culebra y Manolo, cerca de la cama de Yun que ya estaba despierto estaba Segis y Culebra. - Joder me duele la cabeza y la barriga que te cagas. - Dijo Yun.

Después de unos minutos los chicos tuvieron que irse para no preocupar a sus familias ya que la madre de Yun vino a visitarlo, solo quedábamos Horacio y yo. - ¿Porque no te vas? - Ya avise a Eloisa esta lejos ahora vendrá en unos minutos y... Conway no contesta. - Me quiero ir. - No puedes tienen que esperarte a que esa bolsa se acabe. - Mire la bolsa con un líquido estaba aún por la mitad, las gotas caían lentamente. - Esto no acabará nunca ... Ve a descansar anda. - Y dejarte solo ni hablar. - Esta la madre de Yun y Yun. - Mire a mi costado viendo la cortina echada. - Bueno están detrás de esa cortina. - La próxima vez que se te ocurra la brillante idea de aceptar algo de un extraño piénsatelo dos veces podrías aver muerto. - No exageres. -

Al final acabe haciendole un hueco a Horacio y nos dormimos juntos hasta que el gotero se acabó y Eloisa llegó a llevarnos a casa pero hubo un problema, no podía salir sin que mi tutor legal firmase no se que papeles. - Gustabo has llamado a tu padre? - Si no responde... pero tranquila. - Señorita puede llamar a la policía. - El doctor y la enfermera me miraron extrañados. - Decid que se requiere la presencia de Jack Conway- Lo hicieron y por la puerta apareció Conway y Greco. - ¿¡Porque cojones se me necesita!? - El doctor se asustó. - No querías a mi tutor legal pues ahí lo tienes. - ¿Greco? - No... - El doctor respiro hondo y llamo la atención de Conway.

Se acerco con el ceño fruncido. - Ey viejo. - ¿Tu no deverias estar en casa? - Bueno si respondieras al teléfono sabrías que tu queridisimo hijo tubo que ser ingresado por intoxicación casi muero, eh, vi la luz. - Me hice el dramas, Conway se relajo y miro al doctor - Solo tiene que firmar estos papeles y podra irse le hicimos un lavado de estómago y le pusimos suero recomiendo que siga una dieta blanda, durante estas semanas. - Si hombre en cuanto llegue me voy a comer una pedazo de pizza más grande que la cabeza del doctor, puta mierda de comida que me han dado en este hospital y eso que solo eh estado una noche y un día.

Me estire al salir del hospital. - Tu al coche. - Dijo Conway entrando en el patrulla. - No gracias ya me lleba Eloisa tu tienes demasiado "tabajo". - Remarque la palabra trabajo y justo una alerta de un código 3 salto. - Adios. - Volveré temprano a casa tómate las pastillas que te dio el doctor y no comas chatarra. - Dijo desde el patrulla antes de acelerar. Mire las pastilla y estuve a punto de tirarlas pero Horacio me las quito y me dio un manotazo. - ¡¡Ay!! Oye ¿que haces? Estoy malito. - Y bien merecido ¿Porque las ibas a tirar? - Estoy bien no las necesito mira. - Empecé a saltar para demostrarlo. - Me da igual vas a ir a casa, vas a comerte una sopita te vas a tomar las pastillas y a mimir ni se te ocurra volver a beber alchol en lo que queda de vida. - ¿¡Como!? - Gus... no. - Porque le hago caso ... odio el amor te hace débil. - Vale... - Venga sube al coche que nos espera Eloisa.

Al llegar a casa hice todo lo que Horacio dijo me cuido y se quedó conmigo hasta que me recupere por completo Conway venia a mi habitación de vez en cuando trayendome distintos dulces. - Viejo... - ¿Que quieres? - Este verano iremos a ... la cabaña de mamá. - Conway se quedó callado, mi madre tenía una cabaña apartada de la sociedad a lado de un hermoso lago todos los veranos hibamos ahí. - Es que ... quiero enseñársela a Horacio. - Sabía que se negaría a sí que mi cerebro ya estaba maquinando como combencerlo. - Vale... - Porfiii... ¿Has dicho que si? - Si capullo si tienes tantas ganas de llevar a esa nenaza ahí pues hazlo. - ¿Tu irás? - Claro no confío en ti. - Gracias súper Conway. - Si contenerme lo abrace y salí contento pero Conway me detuvo. - Espera ahí una condición... - Sabía que no sería tan fácil. - ¿Cuál? - Iremos si apruebas todo da igual con que nota solo aprobar. - Osea que si paso de curso iremos. - N... bueno eso me sirve con que pases me da igual la nota pasa de curso e iremos. - Ya verás papu te voy a dejar de piedra. - Anda vete que llegas tarde. -

Mi madre me contó que en esa cabaña ella se entero de que estaba embarazada de mi hermana y al verano siguiente se entero que lo estaba de mi, era una cabaña especial que unía a las personas, también me contó que el lago que estaba cerca de ella cuando la luz de la luna impactaba contra el agua y tu delante de ese lago te confesaba a tu amor estaríais juntos para siempre, aun que yo me confesé... más bien Horacio lo hizo en un cuarto ho sucio mientras el creía que hiba a morir a manos de un fantasma ... siempre puedo confesarme dos veces ¿no?

Narra Horacio

Estaba nerviso faltaba poco para las notas estos últimos meses Gustabo a estado aprobando todos los exámenes lo que a sorprendido a todos los maestros yo incluido. - Horaciooooo!!! - Segismundo corría hacia mi se le notaba también nervioso hoy era el último día de clase. - Segis. - ¿Emocionado? - ¿Porque? - No lo sé quizás porque el año que viene entraremos como los putos amos a clase juntos ... cuanto areis Gustabo y tu un año. - Me sonroje - Solo llevabamos unos meses. - Pequeño Horacio llevas aquí meses y me has echo cambiar de idea sobre Gustabo y sus amigos incluso emos acabado llevándonos bien, has enamorado al mini Conway el chico de hielo y acero Gustabo García el chico sin sentimiento y del que todos temen por su padre, has aprobado todas las clases con notazas, eres lo más... - Segis gracias, pero para que me sonrojo. - Segis se río y paso su brazo por mi hombro.

- El año que viene imaginatelo tu y Gustabo siendo la parejita popular y yo el amigo fiel. - Esta vez yo pase mi brazo por los hombros de Segis. - Y tu imagínate tu y Yun la pareja del siglo. - Segis se puso nervioso y me empujó. - Qu..que di..dices para de d..decir tonterías Horacio. - Que te parecería una cita doble. - Me reí mientras el corría hacia dentro de la clase chocandose con Gustabo, que se hacerco hasta mi confuso. - ¿Que le pasa al chico de las cabras? - Le gusta Yun. - ¿¡Como que al amantes de las cabras le gusta el chino pelirojo!? - shhh Gus cariño la discreción no es tu fuerte. - Mira quien fue a hablar. - Le saque la lengua el intento atraparlo pero me hui y entre en la clase.

Porfin las notas estaban publicadas y yo había pasado de curso, mis ojos inmediatamente buscaron a Gustabo que estaba viendo las suya. - ¿Y? - Me miró serio. - ¿Gus tu... - ¡¡¡Eh pasadoooo!!! - Lo abrace contento y mire sus notas mientras el me abrazaba por la espalda. - Uff por los pelos eh. - Si pero eh pasado. - Sigue así eres muy listo lo que pasa es que no quieres aprobar. - Lo haré... además antes lo odiaba pero ahora quiero ser poli como tu y trabajar juntos. - ¿¡En serio!? - Si seremos compañeros. - Prométeme que estudiaras hasta serlo. - Lo prometo, promete que jamás me abandonaras. - Lo prometo siempre juntos. - Alce el meñique para sellar la promesa pero Gustabo lo apartó, puso sus manos en ambos mofletes y me beso. - Acabamos de sellarlo con un beso nunca debes romperla promesa o tu y yo romperemos. - Lo mire asustado. - Pe...pero... - Es broma ni en el  peor de los casos haría que dejase de estar enamorado de ti ... pero si me abandonas romperemos... - Nunca, jamás lo haré. - Sonreí y Gustabo volvió a atrapar mi cara. - Mi bonito niño.

Ojalá aquel momento hubiese durado para siempre, ojalá nunca y hubiese recibido aquella carta ...

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