La ayuda.

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Horacio

La comisaría estaba patas arriba, Conway no se tomó para nada bien la derrota y tomó esto como algo personal y como no podía llegar a la organización pagaba su frustración contra su rehén... Emilio.

Gustabo no me llamaba y tampoco recibía llamadas ni mensajes de parte de Gus, no quería llamarlo por si lo molestaba, además aún me siento culpable por disparar al primo de Manolo.

– ¡Horacio! –

Me gire hacia la persona que grito mi nombre.

– ¿Que pasa Conway? – Pregunte confundido.

– Sube al coche ya. – Ordenó.

Me subí detrás ya que en el asiento del copiloto estaba Volcov. Al subir me di cuenta de que ambos estaban fuera de servicio y sin el uniforme, ambos con ropa casual. Observe el coche, era un Mercedes negro y muy bonito y limpio.

– ¿Donde vamos? – Pregunte después de unos minutos.

– ¿Estas fuera de servicio? – Me pregunto Volcov ignorando la mía.

– S...Si, estaba apunto de quitarme el uniforme y... –

El coche se detuvo frente a una tienda de ropa.

– Baja y cámbiate rápido. – Ordenó Conway.

– Vale... pero cuando vuelva quiero respuestas. –

Baje del coche ante la pesada mirada de aquellos dos.

Tarde unos minutos en elegir mi outfit, es difícil elegir algo cuando no sabes a donde vas.

Opte por algo casual, una camiseta roja y una chaqueta negra con llamas , unos pantalones negros rasgados y unas zapatillas rojas que hacían juego con las llamas de la chaqueta y la camiseta.

Pague la ropa y volví al coche con el uniforme de policía en la mano.

Conway y Volcov me miraron.

– ¿Que? –  Pregunte algo cohibido por sus miradas.

– Como si la cresta no llamase suficiente la atención. –

Mire hacia abajo, observando mi ropa.

– A mi me parece básico. –

– Si para ti eso es básico entonces no me puedo ni imaginar algo más elaborado. –

– Depende de la ocasión me visto de una forma o otra pero siempre dándole el toque "Horacio" – Grite mi nombre de manera divertida.

– ¿El toque Horacio? – Repitió Conway.

– No, el toque "Horacio" – Repetiré con el mismo tono se antes.  –  Venga super  repítelo. – 

Conway nego mientras yo contenía la risa. Me distrage con la conversación tanto que no me di cuenta de que hace rato habíamos retomado el camino al destino desconocido para mi.

– Oye ¿A donde vamos? –

Volcov miró a Conway, el cual conducía en silencio.

– La comisaría últimamente está revuelta, desde lo de esos mierdas no hay nada más de lo que hablen, la prensa, la gente y los agentes, incluso algunos detenidos hablan de ello. –

Asentí ante las palabras de Conway, es verdad que últimamente solo se habla de eso, también es porque pasó hace dos días y la prensa grabó la huida de aqul grupo, produciron problemas grabes al baco.... Lo que a todo el mundo le choca y a mi incluido es que el alcalde, el que debería estar más nervioso e impaciente por pillar a los ladrones es el que más calmado está... por lo que se el guardaba todo su dinero en ese lugar.

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