Extra part 4

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Gustabo

– ¡Vale, trabajo hecho, chicos!– Gritó Yun mientras se quitaba la máscara.

– Me apetece una copa. Vayamos a algún lugar a celebrar el gran trato que acabamos de cerrar. – Sugirió Manolo pasando sus brazos por mis hombros y los de Yun.

– Estoy de acuerdo, pero sin esos tres raritos. – Se quejó Sergis.

– ¿Raritos? Aaah... Te refieres al Hai, el ruso y José ¿no? Esos cabronas han desaparecido sin dejar rastro. – Comentó Yun.

– Que les den por culo ¿En serio siguen pensando que están sobre nosotros? Somos quienes llevamos los tratos, son tan vagos que nos dejan a nosotros todo el trabajo, se creen muy listos, pero no se dan cuenta de que en este mundillo estamos ganando mucho más terreno que ellos, al fin y al cabo solo los conocen por sus apellidos, no tienen un trato cercano con los compradores y proveedores. – Fardó Manolo.

– Si, que se quiten los italianuchos, los chicos de Los Santos no tienen competencia y mucho menos se doblegar ante ellos. Mi Gustabo es el mejor líder que hubiese existido, incluso su falso rubio le queda mejor que a ti. – Añadió Yun.

– Yo paso. – Dije entre risas mientras caminaba hacia mi coche. – Tengo una cita –

Yun sonrió y los demás me miraron como si estuviera loco.

– ¿Le está poniendo los cuernos a Horacio? Porque si es asi... No dire mada a menos que no me dejes unirme a la diversion.– Dijo Manolo a lo que Segismundo se encogió de hombros.

Lo miré asqueado.

– Primero solo realizo el "acto sexual" con mi esposo y segundo que puto asco, putero de mierda, solo piensas en eso todo el rato. –

– Es que estoy necesitado... Y si solo miro, seguro qur ha Horacio no le parece mala idea. –

Asentí lentamente antes de sacar mi pistola y apuntarle.

– ¿Últimas palabras? – Pregunté serio.

– Joder, era broma. Cuando pones esa cara tan.... Ya sabes quien, me das miedo. –

– Vuelve a mencionar algo así incluso de broma y te lo corto en trocitos que enviaré en diminutas cajas de regalo a cada uno de tus parientes ¿Hecho? –

‐ Si, jefe – Respondió serio.

– Me voy, no quiero llegar tarde por culpa tuya, payaso. –

– ¡Gustabo! Creo que tu cita ha sido cancelada. – Gritó Yun.

Me detuve y lo miré, encunato vi que en sus manos sostenía su teléfono, supe que tenía noticias y no eran buenas.

– ¿Qué ocurre? – Dije acercándome a él con rapidez.

– Es Culebra. Dice que a perdido de vista a Horacio, no lo encuentra por ninguna parte y parece que hay signos de lucha en su habitación... –

– ¿Horacio? Esta en Italia ¿no? ¿Alguien lo ha secuestrado? – Preguntó Manolo.

Los pusimos al día de forma rápida.

– Sois unos hijos de puta. – Nos insultó tras pegarle un golpe bajo a Yun. – De Gustabo me lo espero, lo lleva en la sangre, lo compramos así.... Pero ¿tú? Como has podido conspirar a nuestras espaldas, Yun. –

Los fulmine con la mirada, no era hora de peleas. Yun se reincorporó pidiendo perdón y caminando adolorido se subió al coche.

Nada más subir al coche llamé a Tony, lo puse en altavoz y le tire el móvil a Yun, si Carlo sabe que estamos aquí, su hermano y mayor confidente también.

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