Solo

105 12 0
                                    

Horacio

Mire en silencio como Gustabo devoraba su quinta hamburguesa doble , convinandola con nuget y patatas. Comía con cierta ansiedad, lo de la expulsión es más importante para el de lo que quiere aparentar.

Y yo me siento horrible, porque por un lado estoy triste y preocupado por Gus. Pero por el otro estoy contento y aliviado de que sin hacer falta intervenir Gus se haya desvinculado de esa organización.

– Horacio ¿Quieres postre? – Preguntó  levantándose.

– Aún no te has acabado tu hamburguesa.– Le señale.

– No quiero más, me apetece dulce. Terminarla por mí. –

Puso la bandeja con la mitad de su hamburguesa, otra aun en su envoltorio, patatas, nuguet y refresco. Hice bien al no pedirme nada, sabía que no se terminaría todo lo que ha pedido.

Espere a que volviera mientras comía la hamburguesa.  Unos minutos después Gustabo volvió con un batido de chocolate y nata montada por encima, una caja de donut y tres helados que venían con el enorme menú que se pidió.

– ¿De dónde has comprado eso? – Pregunté extrañado.

– La pastelería de enfrente. – Respondió sin más.

– Por eso tardaste... Gus, se que estas disgustado... pero ¿tú crees que comer hasta reventar es la mejor opción? – Intente razonar con él, pero no me hacia caso.

Después de que Gus al fin estuviera out y no pudiese comer más, nos fuimos con la enorme cantidad de comida que sobró. Al llegar Gustabo no saludo a nadie, se fue directo a su habitación.

– Horacio. – Oí la voz de Segis, la verdad es que no quería verlo... no después de votar egoistamente por la expulsión de Gus, solo por que creía que el me dejaría y lo elegiría.

– ¿Que? – Respondi cortante.

– ¿Cómo está Gustabo? –

– ¿Ahora te importa? Eres un egoísta de mierda, me da igual la excusa de... "Ay! Es que estoy enamorado y por eso actúe así." –

Me miró enfurecido ¿Y ahora que?

– Tu siempre lo has tenido fácil. Llegaste de un día para otro y ¡Pum! Ya sientes amigos, hablas con él unas cuentas veces y ya te crees con derecho de decir que lo conoces, pasas con algo de tiempo y ¡Pum! Novios... No hiciste nada por él, nunca te mereciste estar a su lado, yo sí. Estuve años ahuyentando a malas personas de su vida, lo protegía y me conformaba con solo mirarlo desde lejos, era alguien que no debía ser tocado... pero tú llegaste y te saltaste todos los carteles de "no tocar" y lo ensuciarse todo. –

Lo mire de pies a cabeza con una expresión de asco.

– ¿De qué coño hablas? ¿Te crees que Gustabo es un trofeo en exposición, te crees con derecho de decidir quién puede y quién no puede estar a su lado?Déjame dejarte las cosas claritas, Sergismundo. Que estuvieras enamorado u obsesionado con Gus, me da absolutamente igual. Ahora Gus es mi novio y voy a hacer lo imposible por que, uno, siga siendo mi novio, dos, que gente como tú no le haga daño y tres, que sea feliz. Lo que tu buscas no es su bien, si no poseerlo. – Le dije con desdén.

– No ... yo me preocu... –

– Me alegra que Gustabo no se hubiera fijado en alguien así... y me decepciona que te haya considerado mi mejor amigo y haya confiado en ti. Y no creas que lo que te voy a decir es porque me siento amenazado por ti, es todo lo contrario. Aléjate de mi novio o vas a salir mal parado, Segis. Advertido quedas. –

Me gustas...   Gustacio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora