Libro I de la bilogía Azares: Poker Face.
♠ · ♦ · ♠ · ♦ · ♠ · ♦ · ♠
«Lo que pasa en Las Vegas, no siempre se queda en Las Vegas»
· ♠ · ♦ · ♠ ·
Para Becka Foster su cumpleaños número dieciocho era la oportunidad perfecta de conquistar a s...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Capítulo 1. Él.
♠ · ♦ · ♠ · ♦ · ♠ · ♦ · ♠
Muchas cosas pueden pasarte en una fiesta a la que NO has sido invitada.
Entre las peores situaciones está la que me ha pasado a mi: Drogarte con lo que pensabas que era un inofensivo vasito de agua y perderte de la vista de la persona que te trajo, que encima, es el único de los dos que está sobrio.
Busco con la mirada a Noah entre la multitud mientras me sostengo de la barra, buscando la estabilidad que mi cuerpo no puede darme. La cabeza empieza a darme vueltas, y de vez en cuando tengo alucinaciones con un elefante rosa que me habla sobre Winnie the pooh. Aun así, me aparto de la barra y empiezo a buscar a Noah entre la multitud, preocupada por cómo podría estar.
La droga corre por mis venas, nublándome e incitándome a unirme al baile de algunos, o incluso a dejarme tocar en frente de todos, pero me niego y me presiono a continuar mi búsqueda.
***
Han pasado varios minutos desde que estoy buscando a... ¿A quién busco?
Frunzo el ceño con fuerza, intentando recordar a quién busco y por qué lo hago, pero no lo logro. Cada vez más mis recuerdos se vuelven difusos y el deseo empieza a controlarme, tentándome a buscar alguien que pueda ayudarme con el creciente calor que siento entre las piernas.
Estoy a punto de volver hacia la barra, donde perdí a quien busco, cuando sin querer tropiezo con alguien, tirando su bebida sobre los dos.
—Dizculpa, terrestre... —arrastro las palabras mientras llevo mis manos a su camisa negra, intentando remediar mi error de alguna manera, pero en cuanto mis dedos tocan sus pectorales cincelados, mi mente me juega una mala pasada y empiezo a acariciarlo mientras disfruto del olor a cuero y a licor que desprende su cuerpo.
El chico no se queja o me aparta, hasta que en un momento toma la iniciativa de hablarme, así que acerca su boca a mi oreja para que pueda escucharlo por encima de la música.
—Iz togo, chto ya vizhu, ty ne tratish' svoye vremya —su susurro me estremece y envía ondas de calor a mi centro en cuestión de segundos.
«Por lo que veo no pierdes el tiempo»
Levanto la mirada y fijo mis ojos en los suyos. No lo logro ver nada claramente, pero puedo distinguir el azul intenso de sus ojos, de las luces de la fiesta.
Doblo mi cabeza suavemente hacia un lado y no le respondo, sino que solo sonrío de manera coqueta mientras empiezo a moverme al ritmo de la música frente a él, seduciéndolo despacio.
Los movimientos que hago son torpes, por lo que, tremiendo caerme, en ningún momento quito mis manos de encima de él. De igual manera no es algo que parezca resultarle molesto, ya que cuando nota mí no tan sutil manera de atraerlo, sus labios se curvan en una pequeña sonrisa, tentándome a besarlo.
