♦ · Capítulo 38 · ♦

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Capítulo 38

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Capítulo 38. De mi para ti, Princesa.

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Pov's Becka Foster

Por donde quiera que mirara, la nieve se veía a montones, dándole un toque mágico a este castillo oculto entre las sombras del bosque.

La nieve había caído de la nada entre la noche de ayer y esta mañana, adelantándose a su tiempo, pero asimismo sorprendiéndome y alegrándome un poco el día.

Una de mis épocas favoritas del año había llegado a endulzarme la vida.

—Ese árbol debe ir un poco más a la derecha —indicó Anastasia, haciéndole señas a los trabajadores para que le hicieran caso, pero nadie parecía notarla entre tanto ajetreo.

—¡Dijo que a la derecha, mal paridos! ¡Óiganla!

—¿Quieres por favor callarte? —gruñe la pequeña pelinegra de ojos azules intenso, intentando silenciar a su doble mientras le tira una bola de decoración en la boca.

No puedo evitar sonreír mientras veo como a lo lejos las niñas empiezan a destruir todas las decoraciones, causando que a su madre casi le dé un infarto al ver el desastre que habían causado.

—Por lo que veo te gusta ver el mundo arder.

Siento los brazos de Aleksandr enrollarse en mi cintura mientras él coloca su cabeza en el hueco que hay entre mi cuello y mi hombro, haciéndome cosquillas con su respiración y cabello.

—¿No deberías estar trabajando?

—Ya casi es navidad —es su única explicación.

Su respuesta me hace reír.

—No me digas. Estás pensando en darle vacaciones a tus guardias y un descanso a tus enemigos para que puedan disfrutar la navidad en paz.

Aleksandr ríe contra mi cuello, provocándome cosquillas, luego deposita un suave beso allí mientras que su mano izquierda sube por mi torso hasta llegar a mi cara. Él busca mi boca para taparla, pero antes de que lo logre, le muerdo un dedo con suavidad.

—Deberías aprender a controlar esa boquita.

—Pero si a ti te gusta que no tenga control —lo molesto, haciendo énfasis en mis palabras y dándole un doble sentido mientras vuelvo mi cara a la suya.

Aleksandr capta al instante el tono en el que hablo, por lo que sonríe con malicia.

—No sé qué tienes que me pone tanto.

Le regalo una sonrisa al ruso, pero no vuelvo a hablar, simplemente me dedico a ver cómo las gemelas ahora pelean por una maleta, aunque mi mente sigue intentando descifrar el extraño comportamiento de Aleksandr.

Poker Face {A #1}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora