♠ · Capítulo 19 · ♠

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(Continuación de los eventos del capítulo 17)

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(Continuación de los eventos del capítulo 17)

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Capítulo 19. Prisionera.

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Pov's Becka Foster

La camioneta en la que me trasportan se estaciona frente a una mansión, junto a las otras dos que vienen por detrás y adelante. Una vez ha cesado completamente el movimiento de las camionetas, el conductor se desmonta y me abre la puerta, dejando entrar una ráfaga de viento frío que me hace estremecer.

—Desmóntate.

Saco un pie de la camioneta y con ayuda del mismo guardia termino de desmontarme de esta, pues es muy alta. Mientras espero a que Rhett termine de discutir con Sinaí y parte de sus hombres, miro a mi alrededor, intentando buscar alguna edificación cercana con la mirada, pero no hay nada. Todo en unos cuarenta kilómetros parece estar completamente desolado.

Suelto un suspiro y me dispongo a esperar un poco más a los inconscientes que tiene Alek de guardias, en medio del frío de la noche, cuando las puertas de la mansión empiezan a abrirse.

Al principio solo distingo una figura esbelta que se acerca a mi entre las sombras de la noche, pero conforme a esta se va acercando, empiezo a reconocer la manera de andar y la forma del cuerpo del sujeto.

Cuando él llega frente a mí, no es un saludo o una frase de bienvenida lo que sale de su boca, sino una queja.

—¿Por qué no has entrado todavía?

Respiro hondo, feliz por ver una cara más o menos reconocida, pero no le contesto. Una mueca de fastidio casi imperceptible aparece en su rostro a la par que se acerca a mí, apoyando una de sus manos en la camioneta que tengo detrás.

—Te voy a quitar esa mala costumbre que tienes de no responderme.

—¿Y por qué mejor no empiezas por quitarme el brazalete que me pusiste?

Aleksandr quita la vista de mis ojos y la baja a mi muñeca, donde se percata de un par de líneas rojas que tengo marcadas en la piel, y que son testigo de que he intentado innumerables veces quitarme el brazalete.

Una de sus manos me toma del antebrazo y deja mi muñeca frente a sus ojos el tiempo suficiente para poder examinar la rozadura con más cercanía. Mientras él está distraído con mi muñeca derecha, yo escondo detrás de mi cuerpo mi otra mano para que sea incapaz de ver la marca que me dejó Rhett.

—Siempre me he preguntado por qué eres tan terca... —murmura, volviendo sus ojos a los míos.

Casi no logro divisar el azul de sus ojos, pero lo poco que veo logran atraparme e hipnotizarme, atontándome por un par de segundos.

Poker Face {A #1}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora