♠ · Capítulo 3 · ♠

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Capítulo 3

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Capítulo 3. Soy Aleksandr Vólkov.

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La tarde llegó rápido.

Claire, Nia y Brian se fueron al área de las ruletas a pasar el rato, siendo supervisados por Will y Marie. En cambio, Frederick fue el único que nos escoltó a los demás (Vanessa, Blake y yo), a jugar póker al otro lado del casino, a pesar de ser el grupo más intranquilo.

Así nos habíamos pasado la mañana. Viendo a los adultos jugar, conociendo personas con fortuna de dudosa procedencia, y unos personajes muy amables que nos explicaron cómo jugar póker, blackjack, baccarat, craps, entre otros juegos que podíamos encontrar en el casino.

Me hubiera divertido como nunca, pero cada cierto tiempo, cuando me emocionaba por algo, volteaba y buscaba a Noah entre la multitud, olvidando por pequeños lapsos de tiempo que él no había venido con nosotros.

Por más que intenté olvidarlo por un momento y concentrarme en el juego o Blake, su mirada rota seguía en mi memoria.

Por suerte los maestros no tardaron en darnos una breve pausa a las doce para ir a comer, y cuando Will se dispuso a ir en busca a Noah, me ofrecí yo para ir.

—¿Quieres ir tú? —me preguntó él, sin estar muy seguro de dejarme ir. A mis espaldas todos coreaban un «Déjala ir», apoyándome. Al final Will aceptó, dándome un teléfono por si "volvía a perderme", pues el mío había sido retirado de mis pertenencias por dos días—. Y vuelve rápido. Nada de distracciones.

Asentí en su dirección y salí corriendo en dirección al ascensor. Ya allí esperé pacientemente hasta que llegara, y posteriormente, el piso donde se aloja Noah. Cuando las puertas del ascensor se cerraron, me pareció muy extraño que el ascensor fuera vacío, pero rápidamente mi mente lo asoció con el hecho de que era hora de almorzar.

Unos cinco pisos antes de llegar al piso del castaño, alguien pidió el ascensor en el que era mi piso, incrementando mi desesperación por llegar y hablar con mi mejor amigo, pero cuando el ascensor se abrió en mi piso, no tuve que esperar mucho más para verlo.

—¡Noah! —grité emocionada mientras lo abrazaba. Él, muy gustoso, me devolvió el abrazo, e incluso, me besó la coronilla.

—Beck, que bueno que te encuentro —dice mientras me separa de él y me empuja dentro del ascensor—. Tenemos que ir a la recepción, pero ya.

—¿Qué? ¿Por qué?

—Son esos tipos —murmuró, señalando la puerta de mi habitación, que se encontraba solo a unos metros de nosotros—. Quieren forzar la entrada de tu habitación.

—¿Qué? ¿Y por qué harían...?

Miro en dirección a los hombres que rodean la puerta de mi habitación y me quedo viendo fijamente a uno de ellos que me resulta muy conocido. Achino los ojos y lo miro más detalladamente, tomándome solo unos segundos reconocerlo ahora que me fijo en el tatuaje en tinta negra que sobresale de su camisa, dándole un aire de hombre poderoso moja bragas.

Poker Face {A #1}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora