Sangre Fría [+18] | KTH

037 ─ Sueños

16 días antes de...

-Taehyung...

-S-Solo un poco más, cariño...

-Ah... joder...- mordí mi labio.

Me encontraba arañando la pared dentro de la regadera, reposando mi cabeza sobre la misma debido a las potentes embestidas que Taehyung me estaba otorgando.

Debido a que el agua nos bañaba por completo, mis fluidos eran retirados por las gotas lo cual ocasionaba que casi no tuviera lubricante y me doliera más de lo normal.

-M-Mierda...

Taehyung gimió y hundió su cabeza sobre mi hombro, con una de sus manos sostuvo uno de mis senos y con la otra apretó mi cadera dándome increíblemente duro.

Apreté mis ojos, dejando salir una que otra lágrima de placer que eran camufladas por el agua.

Nuestras rutinas mañaneras se han vuelto más inauditas.

-Me encantas mucho...- apretó mucho más fuerte, causándome un dolor intenso.

Los vidrios se habían empañado, estábamos en un punto en que nuestros cuerpos pasaban la cantidad de calor y se almacenaba en todo el baño.

Escuchábamos a los empleados caminar por toda la casa, haciendo sus actividades cotidianas, y nosotros pues... bueno.

-Preciosa...

-T-Tae... no aguanto más...- gemí un poco bajo.

Y al parecer él tampoco, porque a los segundos, soltó un alarido de placer sobre mi espalda cuando depositó todo dentro de mí.
Sentía mis mejillas ruborizadas y el aire me faltaba.

Esto parecía un jodido sauna.

Aun no puedo creer que esto haya sucedido porque mi marido despertó muy placido ya que había tenido un sueño húmedo por la noche en la que lo hacíamos justo así, como estamos ahora.

Taehyung me giró lentamente sobre mi propio eje para dejar en mis labios un ansiado y necesitado beso. Estaba cansado, impaciente, ávido, sumamente codicioso ante mí y sus deseos.

Con mis manos acaricié los mechones de cabello que caían sobre su mojado rostro y los llevé hacia atrás para descubrir sus cejas oscuras.

En cuanto nos separamos, no pude evitar mirarlo fijamente a los ojos. Dándome en el intento, una percepción de que había algo que estaba ocultándome muy en el fondo de él.

Y como si fuera magia, aquel escenario que estaba lleno de deseo, ahora se había convertido en uno más serio y triste.

Creo que después de tanto tiempo junto a él, me he vuelto una experta al momento de analizarlo.

-Te amo.- pronuncié desde el fondo de mi corazón.

-Y yo a ti, mi amor.- sonrió levemente, acariciando suavemente mi cintura desnuda.

Sin embargo, yo no le cuestioné nada. A decir verdad, no me sentí capaz de hacerlo.

-Terminemos de bañarnos.- murmuró, volteando hacia otro lado para tomar un poco de jabón.

Quizá más adelante hable con él.