Sangre Fría [+18] | KTH

042 ─ Sospechas

01 día después de cumplir con el trato...

──Hemos llegado, señor.

Después de unos cuantos toques en su hombro, Kim Namjoon pudo abrir los ojos al dar por terminado su profundo sueño.

Finalmente, el jet en el que transportaban a T/N había llegado a tierra.

Suspiró pesadamente para sí mismo y se levantó de su asiento para ir hacia la camilla en dónde la castaña aún seguía inconsciente.

Mientras la observaba, retiró un mechón de su cabello que le ocultaba la frente y lo colocó detrás de su oreja.

──Realmente vas a desear haber muerto en la isla... ──le susurró── Porque no tienes ni la más remota idea del calvario que sufrirás aquí.

No, nadie tenía siquiera una idea de lo que sucedería de ahora en adelante, excepto Yoongi.

Varios miembros de Revenge se posicionaron a sus espaldas y uno de ellos carraspeó levemente para que lo escuchara.

──El señor Min lo espera ──le indicaron.

Namjoon sonrió ligeramente para sus adentros y se llevó ambas manos a los bolsillos de su abrigo para comenzar a bajar.

Al sentir el aire frío de la madrugada sobre su rostro, supo de inmediato que ya no se encontraba en aquel lugar húmedo.

Minutos posteriores, varios de sus hombres le siguieron el paso transportando la camilla de T/N para entrar en el lugar previamente acordado por Min.

Pues, sobre sus pies, estaba el sitio que resguardaba uno de sus mejores negocios de tráfico de órganos:

Osaka, Japón.

Después de que el de la cicatriz capturara a la castaña en Brasil, tardaron aproximadamente poco más de veinticuatro horas de vuelo para llegar a este lugar.

Por tal, Kim se encontraba exhausto, y lo mínimo que requería su sistema era un puro entre sus labios.

Así que, con un chasquido de dedos atrajo a uno de sus servidores y éste de inmediato le proporcionó aquello que requería.

Dio una calada y saboreó a más no poder el humo entre su paladar.

Por otro lado, Min se encontraba con las manos en los bolsillos del pantalón, sintiendo la tela del traje.

Tenía la mirada perdida, pues su cabeza le recordaba a cada segundo que ya no había chance de arrepentimientos.

Sabía a ciencia cierta que las cosas no volverían a ser iguales de ahora en adelante. Ella no lo volvería a ver de la misma manera y estaba dispuesto a convertirse en su peor enemigo si con eso lograba su cometido.

Mentiría si dijera que no estaba ansioso. Pues, había pasado casi un mes desde que no la veía, y sinceramente fue un calvario estar sin su presencia tanto tiempo.

Sin embargo, ese martirio terminó en cuanto pudo escuchar pasos aproximándose y el sonido de unas ruedas en avance a la lejanía.

Volteó de a poco para mirar al hombre y socio de ese plan maligno.

──Min ──saludó, acercándose lentamente hacia él.

Con el rostro serio, Yoongi dio un asentimiento de cabeza, viendo cómo se posicionaba a poca distancia de su anatomía.

Para después, ver cómo entraban cuatro de sus hombres con la camilla en la que venía la persona que tanto había estado esperando.

En cuanto la colocaron a su lado, Min abrió los ojos un poco sorprendido y no pudo evitar cuestionarse qué es lo que había pasado en la isla cómo para que T/N terminara de esa manera.