040 ─ Traidor

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-Taehyung...

Le llamaron.

-Mi amor... despierta.

El mencionado, abrió los ojos lentamente ante el reconocimiento de aquella voz que lo solicitaba.

Identificaría su melodiosa voz dónde sea y cuando fuera.

Era T/N, su esposa. Acariciándole el cabello rizado mientras la luz deslumbrante del sol se posaba sobre ellos.

-Eres un oso, te has quedado dormido.- sonrió.

No podría describir la paz y tranquilidad que ella le brindaba cuando la tenía a su lado.

El cabello suelto de la contraria se movía con el viento refrescante. Parecía un día de tantos en su maravillosa isla.

Sin embargo, algo desagradable estaba llegando a su memoria de nuevo y en consecuencia, Taehyung frunció el ceño un poco confundido.

-T/N, tú... estabas...- dejó su habla por un momento, intentando recordar lo que había sucedido anteriormente en ese amanecer lluvioso.- Tú te habías ido.

Ella negó con la cabeza lentamente.

-¿De qué hablas? Estoy aquí.- dejó de acariciar su cabello.- Contigo.

Entonces... todo lo que había pasado antes... ¿Había sido solamente una alucinación?

-¿De verdad estás aquí?.- susurró él con un hilo de voz.

T/N lo miró con melancolía. Taehyung se veía sumamente asustado, con una creciente necesidad de resguardarla en cualquier parte del mundo para que ella no se apartara de su lado.

Y por un segundo, ella pudo sentir el mismo deseo desesperado en su pecho. Por lo que simplemente pronunció:

-Siempre...- murmuró, mirándolo a los ojos.

Taehyung con el corazón menos agobiado, tomó entre sus amplias manos la mandíbula de su esposa y la atrajo suavemente hacia él mismo.

En cuanto sintió los labios contrarios, el tic tac potente del reloj se pronunció en sus oídos. Un sonido sumamente inquietante que le ponía los pelos de punta y que al parecer, solamente él escuchaba.

El castaño consternado, fue sintiendo cómo la lluvia le inundaba el rostro de nueva cuenta y el sol dejaba de calentarlo.

Lamentablemente, por más que lo intentara, no podía abrir los ojos adecuadamente, por lo que tuvo que prestar suma atención a todos sus demás sentidos.

El tacto, los sonidos...

Y en un instante, esos suaves belfos que estaba besando, fueron perdiéndose como partículas de polvo en cuestión de segundos.

-¿T/N...?.- susurró al sentir esa ausencia.

Desesperado, también comenzó a percibir que la mejilla de su esposa se estaba disipando con el viento y sin poder protestar, se dio cuenta de que se encontraba solo otra vez, sin su cálida presencia.

-¡T/N!.- gritó.

Y ahí finalmente pudo abrir los ojos.

Una lluvia de sangre lo recibió con los brazos abiertos. Enormes gotas de las mismas le borraban su campo de vista, le tapaban los oídos y lo que acabó con su propia cordura, fue la repetición de los gritos desgarradores de T/N mientras la golpeaban en la arena.

Y la realidad es que esa sangre... era de su esposa.

Esa tibia, espesa y abundante sangre definitivamente daban una perspectiva aterradora de la escena.

Sangre Fría [+18] | KTHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora