Sangre Fría [+18] | KTH

018 ─ Dos años después

2 años después...

T/N

──Sí, cariño... eres la mejor...

Después de unas cuantas embestidas, Sergio salió de mí y se acostó a mi lado.

Respiré profundo para recobrar el aire mientras miraba el techo con detenimiento. Sentí su cuerpo deslizarse fuera de la cama para tirar el condón y dirigirse al baño.

Suspiré y le di la espalda, parpadeando con lentitud. Minutos posteriores, supe que estaba de nuevo en la habitación, pues me abrazó por detrás, acurrucando su cabeza en mi cuello.

──Te amo, T/N... ──susurró, dándome un beso en la mejilla.

No le respondí y mantuve mi mirada al frente.

Después de unos horas, Sergio se quedó completamente dormido, pero yo no pude ni acercarme un poco a lograrlo.

Entonces, con cuidado salí de la cama y me puse una bata para retirarme de mi habitación.

Bajé las escaleras y lo primero que hice fue encender la televisión y poner las noticias.

Miré la hora y eran las 6:30 de la mañana.

Subí el volumen y me dirigí a la cocina para servirme una copa de vino.

"Ahora, el mayor narcotraficante de la historia: Kim Taehyung, sigue prófugo de la justicia. No se ha encontrado ni rastro de su paradero desde hace dos años. Sigue dejando cadáveres a cada paso que da"

Con la copa en mano, me senté sobre el sofá y seguí escuchando a la noticiera hablar.

"Si tiene alguna información acerca de su paradero, por favor comuníquese con la policía..."

Tragué lentamente la bebida mientras mantenía la mirada perdida en la imagen de la pantalla, la cual, tenía de pie de foto un: SE BUSCA.

Era una imagen de Taehyung...

──¡MÁTAME YA! ──grité.

La pistola de Taehyung sonó al instante, callando los gritos de toda la habitación.

Un cuerpo se desvaneció, cayendo de inmediato y dejando un gran charco de sangre a nuestro alrededor.

Aquel cuerpo... era de Verónica.

Él no me mató...

Sentía mis mejillas mojadas y ardiendo ante tal adrenalina que había sentido minutos antes.

Mantuve mi mirada perdida frente al cuerpo tendido de mi "madre".

No podía pensar en nada. Estaba en blanco.

El disparo en su frente le había desfigurado el rostro, y sus manos quedaron a la altura de su cabeza. El líquido rojo fue esparciéndose hasta llegar a mis pies y dejé que éste mismo me tocara.

Jungkook y Camila, con los ojos cristalizados, vieron sorprendidos su acto y la escena, tragando saliva.

La respiración de Taehyung se niveló un poco al ver el cadáver de su enemiga tendido en el suelo. Sus hombros subían y bajaban lentamente con el pasar del tiempo.

Minutos más tarde, él dejó caer la pistola que sostenía en las manos. El ruido del arma al impactarse sobre el piso me sacó del trance en el que estaba y al mirarlo, noté que me veía de vuelta con los ojos cristalizados.