CAPITULO 41

4.4K 265 33
                                    

No me dejes.

Arleed Jones.

Sentía el calor en mis mejillas, las a bofetadas que me daba Ray para despertar dolían como el infierno, pero no tenía fuerzas ni para abrir los ojos ni siquiera para decirle que dejara de hacerlo.

— Axel ven — balbuceé mientras sentía el sudor recorrer mi cuerpo.

— Él está muerto princesa al igual que tu mamita y Laura — espetó con asco.

No no es cierto.

— No es verdad — susurré.

— Si lo es por eso no han venido por ti, porque no te quieren, porque ya no están y pronto todos te tacharan de loca y asesina, por matar a tu mamá, princesa. — murmuró, sentí como acaricio mi mejilla con sus nudillos.

— No me toques más — pedí sin fuerzas, mientras las lágrimas amenazaban con salir de mis ojos. — Duele.

— ¡Ay mi princesa! De verdad que eres muy estresante, pero no puedo dejar de tocarte porque eres lo más excitante que he visto y si no te he follado es porque te quiero para Mason, pero aún tu cabecita hueca no procesa eso y déjame decirte que también a mi dolió.— beso mi mejilla.

Me dieron arcadas y el solo me dio otra abofeteada, las lágrimas salieron sin control y no podía más.

— Eres un hijo de puta y ojalá te pudras en el infierno — susurré abriendo de poco a poco mis ojos, tratando de mirarlo fijamente a la cara — púdrete — le escupí la sangre que tenía en mi boca.

Vi el enojo en sus ojos mientras se limpiaba lo que le escupí.

— ¡CÁLLATE BASTARDA! — me dio otra bofetada.

Las lagrimas no dejaban de salir, sentía mi cara magullada, pero jamás baje la mirada.

Aun si con la fuerza que me quedaba, le hice una seña con mi dedo para que se acercara más cerca de mí, él lo hizo y se quedo a unos centímetros viéndome fijamente.

— Si muero me iré feliz porque me iré sabiendo que aún que no fui tu hija yo también te atormente toda tu maldita vida, y espero que cuando me mates lo hagas con ganas porque al menos yo no me iré sucia de aquí, solo basta con que veas tus manos para ver la sangre de tu hija en ellas, pero ten por seguro que si sobrevivo te dolerá más cuando yo tenga la sangre de tu hijo en mis manos.— susurré a centímetros de su cara. — así que vete a la mierda, Ray.

Las manos y mandíbula de Ray estaban apretada por el enojo y tenía tanta satisfacción que le diera en dónde más le importa.

Mason.

Se escuchó un ruido arriba y Ray miro hacía atrás y después regreso su vista conmigo.

— Cuando vuelva Mason vas a saber que es el dolor, olvídate de todo a lo que le llamabas vida antes de que te encerrara maldita perra, porque esto será lo único que veas a partir de ahora. — espeto

Se fue hacía la puerta, cerré mis ojos y le pedí a lo que estuviera arriba que aventara una bomba o un meteorito.

Lo que sea.

Mire a mi lado y estaba sola, el cuerpo de mi mamá ya no estaba, no se ni cuando la sacaron de aquí pero el olor era horrible, no he ingerido mucho alimento, pero el liquido si me lo hacen tragar, al igual que unas pastillas que por más que intento sacarlas de mi boca hacen que me las tragué, inmediatamente después de consumirlas todo pesa y no duele, pero cuando el efecto pasa se siente el doble de peor.

MI PERFECTA RENDICIÓN © (1) (¡Completa!)✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora