MaliaArleed Jones.
Siento la incomodidad en mis ojos, esa luz natural que me dice que me tengo que levantar.
Ese rayo de luz que siempre me despierta a la misma hora o al menos siempre en el tiempo adecuado.
Siento ese calor que me brinda el cuerpo de Axel a mi lado. Jamás quita el brazo de mi cuerpo.
Gracias a Dios, ¿Qué haríamos sin sus manos?
Graciosa.
Abro mis ojos y lo miro.
Su cara aplastada por la almohada, sus ojos cerrados, las pestañas espesas y los labios rosados entre abiertos.
No lo puedo creer.
Mi mejor amigo es mi prometido.
Tu futuro marido.
Bueno eso lo se pero no lo creo.
Hazlo... porque lo será.
— Deja de hablar contigo misma, cosita.
Abrí mis ojos de la impresión y suelto una risa.
Me conoce muy bien.
Créeme que demasiado bien
Sentí mis mejillas arder y me mordí el labio inferior.
Sus ojos verdes se abrieron y después sonrío. — Buenos días — susurré un poco cohibida tapando mi rostro son mis manos en señal de vergüenza.
El quito mis manos, me miro a los ojos — Buenos días cosita — susurró y me dio un pico.
Aún intento entender que esto es real.
>> ¿Por qué te sigues sonrojando?... Olvidado me encanta tener ese efecto en ti.
Solté una risita.
— Es que es inevitable... — sus manos se pusieron a mis costados para ponerse sobre mi, pero antes de que pasara algo más... su celular sonó y el hizo un sonido de frustración, agarró el celular para contestar.
— Axel Miller.
>> No puede ser — Dijo de manera fría — Estaré ahí en un rato ¿si?
Colgó y se aventó a la cama envolviéndome en sus brazos.
— ¿Qué paso? — pregunté acariciando su cabello castaño.
Enterró la cabeza en mi cuello provocándome cosquillas — Trabajo, no quiero irme, pero tengo que.
—Está bien, guapo.
Levantó el rostro y me miró — Te amo Arleed — susurró.
— Te amo Axel.
Sonrió genuinamente besándome de nuevo — Haré — beso — el — beso — desayuno — terminó con un beso largo y se levantó de cama dejándome anonada como todas las mañanas.
Con pesadez me levante y fui directo al baño a hacer mis necesidades.
Me sentía tan cansada
Bueno es que este sedemental te deja cansada todos los días... o la mayoría del tiempo.
No te lo niego.
Solté una risita picara para mí misma mientras me relamía los labios y me dirigía hacía la cocina, pero su voz me hizo parar.
Estaba hablando con alguien... así que me quede detrás del marco de la pared para poder escuchar.
— ¿Entonces te veo en la oficina? — preguntó juguetón.
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MI PERFECTA RENDICIÓN © (1) (¡Completa!)✔
Dla nastolatkówArleed Jones ha vivido en la sombra de su tumultuosa relación con su madre y los recuerdos fragmentados de un pasado trágico. Lejos de la diversión de fiestas y excesos, su vida giró en torno a un atractivo vecino y mejor amigo Axel Miller, aunque é...