CAPITULO 4

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Noticias Inesperadas

Arleed Jones.

Me desperté con una resaca del infierno, le mandé mensaje a Ax, porque se los juro que no podía con mi alma, me dolía tanto el pecho que sentía que me habían aplastado algo encima, pero entendí que es el frio de la noche, igual mi voz, estoy increíblemente mormada, cierro los ojos y se Marisa no estaba porque no hay ruido, entonces estaba sola otra vez.

Como siempre cariño, es costumbre.

No me acordaba de nada, solo de que estaba muy borracha, así que no me puse a pensar más porque el dolor de cabeza aumentaba y no quería poner de malas, en la madrugada me levante, me dieron unas inmensas ganas de vomitar así que de pasada me había quitado el vestido y me puse el pijama, pero el dolor aún permanecía y la verdad si se sentía horrible, no se como las personas tienen aguante para el alcohol.

No había tomado mucho durante mis 19 años de vida, pero creo me qué pase un poco con el tequila, pero veamos el lado positivo me sirvió para distraerme y relajarme después de un cumpleaños tan aburrido.

19 años de aburrimiento pero...si que te distrajiste.

Cuando llego Ax se miraba extraño, tenía una sonrisa muy fingida.

Como si no lo conociera.

Me hizo un té y dejo un pastilla en mi mesita de noche, realmente era muy tierno pero a veces no lo era con todo mundo.

Pero contigo sí.

Bueno ya, tome del té y me pase la pastilla para el dolor.

—¿Ya me dirás qué paso ayer? ¿Ax? — diablos la resaca le cayó mal o no se trae este imbécil.

Cuanto amor.

Es que parece que no está aquí, está muy distraído.

Ahhh si... Lo siento es que también me duele la cabeza — se acomodó a mi lado en la cama, poniendo sus antebrazos en mis piernas, mirándome delicadamente.

>>Nada, solo tomamos y bailaste y ya, tú estabas muy borracha así que te traje a casa y ya. — neutra y fría parecía su voz.

Ya y yo no estoy enamorada de mil protagonistas literarios.

Vale, entonces estuvo bien... — dije como si le creyera, cuando miente arruga la nariz, me quiere ver la cara de estúpida lo sé. — entonces ¿no hice nada cómo? ¿malo? — pregunté murmuré con inseguridad.

Ni yo le creo eh, para mí que paso algo y no te quiere decir.

¿Algo como qué Arleed? ¿qué tuvo qué pasar?— preguntó un poco molesto mientras quedábamos en silencio.

>> Ah y mi padre te manda saludos no están ninguno de los dos — dijo cambiando de tema.

—Bueno yo... solo digo, tampoco mi mamá está así que...¿qué haremos? — le dije poniéndome enfrente de él, mirándolo a los ojos.

El cambio el semblante y se río mientras negaba con la cabeza— No haremos nada Lee, porque mañana hay clases y tienes que quitarte esa resaca del infierno así como yo, pero te puedo hacer de comer. — sonrió y ladeo su cabeza.

Sonreí como niña pequeña y asentí, nos levantamos para ir a la cocina, la verdad tenía mucha hambre.

Me senté en los taburetes y me le quede mirándolo tratando de acordarme, pero solo había pequeños recuerdos en donde estaba bailando y sentía unas manos cálidas en mi cintura y abdomen también recuerdo las luces y el tequila pero no más.

—¿Lee me ayudas a cortar los vegetales? — Ax prendió la estufa.

—Claro — me levante del taburete y rodee la barra, saqué los vegetales y mientras me acomodaba en la barra, empecé a cortar una zanahoria y en una de esas — ¡MIERDA! — grité, me había cortado, y no es como que me guste mucho la sangre.

— Arleed ¿qué carajos paso?,  ven — me agarró la mano y fuimos al fregadero, me hecho agua mientras salía la sangre — casi te cortas el dedo, Arleed — murmuró molesto mirándome de reojo mientras yo sonría.

— No es para tanto solo se me fue poquitito el cuchillo — agarró mi dedo que dejo de sangrar, el dio un pequeño beso ahí.

— Ya está y no fue poquito. — murmuró mirándome preocupado.

Me sonrojé y solo sonreí.

Me volví a sentar en el taburete mientras él terminaba de hacer de comer.

El celular empezó a sonar, y fui por el mientras Ax ponía la comida en los plantos, era Marisa así que conteste.

Hola, madre — dije entre dientes.

Arleed, quería pedirte algo ayer... Pero como era tu cumpleaños ya no te dije. — Suspiro y siguió — Me marco uno de los accionistas de la empresa, en al cual quería que le ayudáramos con su hijo que se quiere instalar en la ciudad, pero primero quería que se quedara con alguien de confianza, así que se quedara en la casa unos días en lo que encuentra un apartamento, tiene como tu edad. — termino de decir entusiasmada.

Hmmm.

Oh, mamá... Pues da igual, la casa es muy grande entonces ni siquiera me daré cuenta si esta o no, pero ¿no se te hace un poco raro? — dije irritada, no lo conocía y no quería conocerlo.

Ha lo mejor esta guapo...

 ¡No digas estupideces! Llega mañana por la mañana, a lo mejor lo puedes llevar a la universidad por sí le interesa, déjale una habitación cerca la tuya y si necesita algo por favor dáselo, sus padres son muy importantes. Nuestro nombres está en tus manos.

Si mamá, como sea.

Bien —colgó,  y sin pensarlo mucho o preguntarme cosas que ya sabía regrese a la cocina con una cara de hastiada con la vida y lo vi ya sentado en uno de los taburetes con los platos enfrente.

— ¿Y esa cara? — sonrió de manera picarona — ¿otra vez pelea familiar?

— No estoy de humor, y cada vez ira peor, estoy segura. — asegure mientras me miraba curioso.

— Cuéntame ¿qué tan malo puede ser?.

¡Oh Ax! No te va a gustar.

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¡Hola Cositas!

Hoy hay capitulo corto pero tranquilos, todo a su tiempo.

Las cosas se pondrán raras.

Nos vemos mañana.

Con amor Vaal.

MI PERFECTA RENDICIÓN © (1) (¡Completa!)✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora