015. Confrontación

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—¡Pah-chin! —exclamó alarmado Peh-yan, al ver a su amigo en el suelo, tratando de levantarse luego de ser golpeado por Osanai—

—hemos venido a verte desde muy lejos, Mikey, de la guardería de secundaria. —con una sonrisa exasperante para Ayame, el trajeado rojo lanzó al suelo su cigarrillo sin terminar—

Mikey mantuvo la mirada sobre Osanai. Lo seguía con los ojos. Hasta que de repente, sintió un extraño calor subir a su pecho. El rubio frente a él devoraba con la mirada a una neutra castaña.

Ella se mantenía firme, y en silencio, esperando órdenes. Sin embargo, Mikey no estaba dispuesto a hacerla pelear. Él si, él si se ensuciaría las manos, ya que nadie, ni siquiera él mismo, merecía mirar de una forma tan descarada a su Yami.

—demonios —maldijo Michi para sus adentros al ver a Mikey levantarse y caminar hacia Osanai—

La pandilla enemiga comenzó a rodear a la castaña y a sus compañeros. Esto la tensó, y la hizo apretar con fuerza la mano de Draken.

El de trenza frunció el ceño al sentir la presión que ella estaba aplicando. Él sabía que no estaba asustada, sólo que quizás se preocupaba de más por Mikey, y más aún, cuando se encontraba cara a cara con el líder de los enemigos.

—¿necesitas a tantos contra unos niños de secundaria? —sonrió con burla el blondo bajito— eres justo como me imaginaba —levantó el mentón con superioridad— una mierda.

—¿eh? —colocó una mano tras su oreja— perdón, no puedo escucharte, pulga. —ante aquella frase, los miembros de Moebius rieron—

—es increíble, el de 12 años en el futuro, y este tipo...¿en serio son los mismos? ¿Que debe pasarte para terminar así? —se cuestionó Takemichi al ver la sonrisa de Osanai—

—oye —ladeó la cabeza— te hablo a ti idiota, ¿a quien rayos crees que estás mirando? —el rubio se acercó a Michi con aire amenazante. Y sin más, lo golpeó en el rostro—

—¡¡NO!! —gritó internamente Ayame—

—intentabas...mirar sobre mi hombro, ¿no? —una lluvia de golpes cayó sobre el pobre ojiazul en solo unos segundos— ¡ese, es el tipo de mirada que más odio! —de un fuerte puñetazo en el medio del rostro lo lanzó al suelo—

Aquello había sido demasiado. Para ese punto, Takemichi era como un saco de boxeo. Todos lo golpeaban. Todos lo lastimaban. Sin embargo, se volvía a levantar y seguía adelante con el fin de ayudar a los demás.

—es por eso...—susurró— que lo admiro demasiado.

Draken abrió los ojos como platos al ver a Ayame soltarse de su agarre. Con una fuerza impresionante, corrió hacia Osanai, y agachándose, usó como impulso el apoyar sus manos al suelo, de manera que con sus propios pies, hizo caer al rubio.

Al recibir un golpe en la cabeza se quejó con furia. El que una mujer lo hubiera hecho caer con aquella agilidad y fuerza sólo lo hacía pensar en algo: "acabar con ella". Sin embargo esa chica no estaba sola. Daba igual que sólo estuvieran presentes 6 integrantes de la Tokyo Manji. Solo ellos eran suficientes.

—maldita mujer...

Enseguida Pah tomó a Osanai del brazo cuando se dispuso a golpear a la castaña.

—tú pelearás conmigo, pedazo de imbécil malnacido —dijo con voz grave el de cicatriz—

Ayame se dispuso a atacar de nuevo, pero una presión en su pierna la detuvo.
No podía creerlo, era Takemichi, había caído al suelo, y ahora, sujetaba el pantalón de la joven, obligándola a no continuar.

𝓟𝓮𝓻𝓭𝓲𝓬𝓲𝓸𝓷 卐 𝐓𝐎𝐊𝐘𝐎 𝐑𝐄𝐕𝐄𝐍𝐆𝐄𝐑𝐒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora