013. Sin respuestas

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Eran alrededor de las 12 del día.

Una Ayame de 25 años se encontraba junto a Takemichi y Naoto.

—¿estás seguro que encontraremos a Osanai aquí, Naoto? —cuestionó el pelinegro ojiazul—

—regresaste de la nada y me pediste que investigara, no tuve mucho tiempo —respondió Naoto con seriedad—

La castaña por otro lado, miraba fijamente el cartel en frente a la edificación en plena construcción.

"La seguridad ante todo"

—esas cuerdas se ven demasiado flojas —murmuró— espero no reír si alguien cae. Sería cruel.

—Ayame, a veces me asustas —negó Takemichi—

—como sea —se giró ella— lamentamos aparecer de la nada, Naoto. —repitió la frase que el emocionado había usado anteriormente— pero era una emergencia

—¿una emergencia? —suavizó el ceño al tratarse de ella—

—si, y te equivocaste al decir que Mikey y Draken están peleados —intervino Michi— esos dos jamás se pelearían en sus vidas, ¿entiendes?

El joven contrario se colocó una mano en el mentón. Luego dirigió su mirada a la chica.

—¿tú qué crees, Ayame? —le cuestionó—

—estoy con Takemichi. No creo que esos dos tengan problemas. Además, estuve hablando con Kenny acerca de su pasado, y según mencionó, Mikey fue muy amable con él. —ella bajó la mirada, recordando los ojos brillantes de su amigo al hablar del rubio bajito— se conocieron muy jóvenes. Describiría su relación como un lazo de hermandad muy fuerte.

Con tristeza miró hacia otro lado.

—¿qué pudo causar una disputa entre ellos...?

—el conflicto entre la Toman, y Moebius está por comenzar en el pasado, y Ryuguji, morirá en el altercado. —aun con la mano en el mentón, no pudo evitar ver los ojos enrojecidos de su compañera— discúlpame Ayame. Se que es un tema que no quieres tocar...

—tranquilo —se limpió con rapidez las lágrimas— más razones tenemos de hablar con ese tal Osanai. Dije que evitaría la muerte de Draken, sin importar que me cueste la vida...—aquellas palabras las soltó con firmeza. Naoto no podía creer que ella fuera capaz de tanto por personas que había conocido hacía tan poco tiempo—

—um, ¿señorita? —una voz habló bajo detrás de la castaña— ¿podrían dejarme pasar por favor?

La joven, que se encontraba de espaldas al hombre desconocido, lo inspeccionó con rapidez, era ya una costumbre.

—lamento detener su paso. Adelante —con una sonrisa se disculpó. El joven negó con tranquilidad devolviendo el gesto de ella y siguió su camino—

—ayuda mucho que siempre estes seria Ayame.
—añadió Michi con sarcasmo, a lo que ella lo fulminó con la mirada— es que, todos te temen por tu semblante, sin embargo luego se dan cuenta de lo dulce y amable que eres —se colocó una mano en la nuca por la vergüenza—

—¡llegas tarde Osanai! —una voz que venía de la edificación les llamó la atención a los tres chicos—

—¿Osanai? —se preguntaron a la vez—

—dime ¿cuánto te demoras en almorzar? —la misma voz regañó al mencionado chico. Era a quien estaban buscando—

Ayame se acercó a la valla abierta que rodeaba el edificio, y se asomó, contemplando al joven de hacía unos segundos siendo regañado por quien debía ser su jefe.

𝓟𝓮𝓻𝓭𝓲𝓬𝓲𝓸𝓷 卐 𝐓𝐎𝐊𝐘𝐎 𝐑𝐄𝐕𝐄𝐍𝐆𝐄𝐑𝐒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora